C A P I T U L O 7

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Suelto un suspiro de alivio.

Me sintió más tranquila ahora que ya entregue el abrigo de Jung Kook, siento como si hubiera perdido un peso menos, feliz al sentir que he resuelto un "problema", me puse a pensar en el siguiente problema, como sino me inundara muchos, me puse a pensar que desde hoy voy a comenzar a odiar los sábados.

Así que...

Odio los sábados, aparte de estar otro día con los idiotas, tengo que pasar educación física.

No es que sea malísima en educación física, estoy bien. Solo que no me gusta simplemente hacer deporte y ejercicios.

Técnicamente odio cualquier deporte que tenga balón, por ejemplo fútbol, voleibol, tenis, básquet, entre otros.

Mejor dicho no odio los deportes con balones, sino jugar los deportes que tengan balón.

¿Cuál es la razón?

La razón por la que odio jugar deportes con balones es muy simple, es porque siempre, SIEMPRE, me tienen que golpear la cara con los balones o otra parte del cuerpo pero el 98% son en mi amado rostro que a sufrido muchos "accidentes" con balones.

Hasta he llegado a la conclusión de que mi rostro es un imán de balones. 

Escucho la voz gruesa del profesor de educación física llamándonos, están opuesto al profesor de música, por eso los shippeos.

Nadie toma atención al llamado del profesor, en especial las mujeres que seguían llegando de los baños ya que tenían que cambiarse y como es típico demoran un montón en cambiarse, los hombres mientras esperaba que los demás vayan llegando se pusieron a jugar un partido de fútbol, Lana y yo estamos sentada en unas de las bancas esperando que lleguen los demás pero al escuchar el llamado del profesor, con flojera nos levantamos de nuestros amados asientos y nos dirigimos a él.

El profesor al notar que nadie les toma atención y apenas solos dos estudiantes se les acerca que somos nosotras, decide sacar su silbato, y no es un simple silbato, ese silbato que con solo una soplada te rompe los tímpanos.

Rápidamente al notar que el profesor llevaba ese maldito silbato a su boca, nos llevamos nuestras manos a los oídos y presionamos fuertemente para que no se escuche ningún ruido de ese silbato.

Pero el profesor al ver que todos corremos hasta él al notar que iba utilizar el silbato, lo guarda y nos ordena que hagamos una fila por tamaño de menor a mayor.

— Muy buenas estudiantes, ¿cómo pasaron sus vacaciones?.- dice el con un tono energético

Todos respondemos en forma diferente, algunos diciendo "excelente ", "bien", "mal" o "más o menos" con poco entusiasmos.

— Espero que hallan vuelto con muchas ganas y energías.

Todo mis compañeros, incluyéndome, sueltan una gran "no" con muy pocos ánimos.   

— Porque hoy comenzaremos haciendo calentamiento con veinte vueltas por toda la cancha.- sonríe

Todos guardamos nuestro gran "oohh" ya que durante el año pasado sabemos que si soltamos una queja el profesor nos duplica el trabajo. Que suerte que los idiotas hayan aprendido con tantos castigos que tuvimos por ellos.

Yo sé que disfruta nuestro sufrimiento, ¿quién no disfruta ver a jóvenes volviendo de las vacaciones en clase de educación física?, claro mientras estás sentado mirando como un espectador en "Los juegos del hambre".

— Después más ejercicios para ejercitar sus músculos que seguro no lo han ejercitado en estas vacaciones. Más que todo para sus piernas, brazos y abdominales.  

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