¡Adicciones Lobunas!

Pareja: Peter & Stiles. (3/3)

Título: ¿Me temes, yo te deseo?

<<Te observo en cada momento, en cada paso como si fuera tu ángel guardián. Aunque, no tengo nada en común con tal ser celestial.>>

__________________________________________________________________________________

—¡No! -se rehúsa el castaño, ante la pregunta del mayor. —De verdad, ¿crees que quiero eso, Peter? -una sensación de angustia y tristeza invaden la habitación.

—Tus emociones no mienten, Stiles. Estas sufriendo tanto que no puedo conmigo mismo por ello. -acepta el mayor, viendo con sufricio al amor de su vida conteniendo lágrimas y preguntado cosas que están más que aclaradas, pero necesitan ser recordadas...

—Entonces, si es así. ¿Porque lo vuelves tan difícil? Siempre... Que... -hipea el adolescente. —Cuando las cosas se vuelven así, tu la mayoría de veces te comporta cortante, antipático y como un perro rabioso. Siendo que soy yo el que sufre más que nada, Peter. Soy tu compañero, tu pareja y aún así muchas veces no piensas en mis sentimientos. 

—Yo también sufrí. -le frena el ojiazul, y camina hasta estar a milímetros de Stiles. —Sufro al no sentirte junto a mi, sufro al sentir como cada una de mis palabras y acciones controlan tus emociones. Se como te sientes, cuando dijiste que me fuera, que terminemos con todo. -le mira triste y acaricia la mejilla del menor. —Ese día sentí que mi mundo se venía abajo. Que todo era en vano. Que era el hombre mas imbécil e infeliz del mundo. -el ojimiel escucha con asombro cada palabra, Peter nunca había dicho tales cosas tan fácil. —Perdóname, si... Por ser tan como soy. Espero puedas darme otra oportunidad, a sabiendas de lo idiota que puedo llegar a ser. -una sonrisa se apodera de la mirada lagrimosa de Stiles, no sabe si llorar de felicidad o solo secar sus lágrimas y sonreír como nunca lo había hecho en su vida.

—Claro, que tienes otra oportunidad maldito chucho loco. -Peter sonríe y sin esperar nada, tira del castaño acercando sus boca en el proceso. Los labios de Stiles eran como una droga para el mayor, como para el contrario. El aire escasea y el antiguo terrorífico Alfa gruñe ante la necesidad de alejarse de su pequeño.

—Te amo, chiquillo imperativo. -el menor sonríe y se aferra a la nuca del mayor, dejando un pequeño pico en los labios de su pareja.

—Yo también, tonto. -Peter sonríe y toma desde la cintura al mas bajo, haciendo que se aferra con sus piernas a su cintura.

—Podemos, hacer una pequeña fiesta de reconciliación. -ofrece el mayor, obteniendo la vista de su peqjeño mordiéndose el labio inferior y un aroma a excitación que lo descolocó de gran manera. —Tomare eso como un si. -y se encaminan hasta la recámara del menor, siempre mirándose y comiéndose con los ojos.

Peter empuja con desespero la puerta y deja caer a Stiles sobre la cama con cuidado, posicionándose sobre el menor; mirando con deseo cada parte de su compañero.

—Peter, quiero que me hagas tuyo, ya. -suplico con deseo el chico.

—Como desees, amor mío. -responde divertido, deshaciéndose de su camisa y la del menor.

Peter observa con detenimiento el cuerpo de su pareja y no puede evitar sonreír al ver como aquel pequeño cuerpo en comparación al suyo se estremece con sus toques. El ojiazul desliza sus manos sobre la clavícula del castaño, bajando hasta sus pectorales, acariciándolo con entusiasmo y observando como aquellos pequeños botones rosas responden ante su provocaciones.

Stiles mueve sus caderas, la excitación que está sintiendo lo esta volviendo loco y quiere más contacto. Extraño mucho a Peter, sus besos, abrazos, su voz, sus demandas, sus manos recorriendo su cuerpo y por sobre todo esa calidad que el mayor le proporciona al estar dentro de él.