-El tiempo pasaba, sin calmar el dolor solo se hacían más grandes las heridas tal vez lo único que calmaría la tormenta, era la sinceridad.
Tenía que ser sincero conmigo mismo y con ella.-Perdón mujer por tratar de convencerte que soy un hombre diferente, no era mi intención hacerte promesas ni convencerte que soy el hombre de tu vida solo soy un hombre y ya, no sería interesante si te cuento todo, yo no te he dado nada que tu ya no tengas aquí estoy, contándote todo lo que soy descúbreme que soy un misterio por resolver, no tengas miedo, olvida que soy un hombre, porque soy el recipiente de sueños e ilusiones, de ideas, metas sentimientos, deseos de amar, felicidad búsqueda de la perfección.
No soy yo quien te ama, es mi alma ni mis labios exigen besarte por deseo si no que pretendo con ellos, escribir el recuerdo más bello de tu alma.
Te ofrezco todo mi ser y todo lo que soy, no te preocupes por mí, no estoy exigiendo nada y no quiero nada de ti, más que tu libertad, ámame u olvídame.
La historia recuerda lo que hicimos, para bien o para mal solo existe aquello que te atreviste hacer a sentir y escribir.
Tus labios dejaron una huella imborrable en mi alma, la sensación más hermosa del mundo, un recuerdo imborrable, el sabor del amor, de la paz, sin duda el más dulce y sublime recuerdo, el rastro de tus labios se quedo grabado entre los míos, jamás sentí algo así moriré con el más dulce recuerdo en mi memoria.
El corazón perdona, pero nunca olvida.
Es cierto, recibí su perdón y creo que me di cuenta, que es el amor. Sabes que me dijo
-Usted sabe que no puedo odiarlo, me hiciste muy feliz, y no puedo evitar lo que siento, te amo y te agradezco lo lindo que fuiste conmigo, yo se que tu también me amas y puedo sentirlo.
-¡El problema! No es que usted sea menor que yo, ni tampoco lo que pasó, yo sé que esto que sentimos es real, pero lo nuestro es imposible.
-¡Usted es un seminarista! Y yo soy una monja!
-¡Lo sé! - Le conteste con mis últimas fuerzas.
-¡El problema! No es lo que somos son nuestros miedos y nuestra forma de pensar.
¡Tú crees! Que yo no tengo miedos, tuve miedo a que me rechazaras, tuve miedo de ser un cobarde, tuve miedo a perderte a creer que existe lo imposible, pero los miedos no se acaban, simplemente, se superan para encontrar otros... yo se que tú me amas, pero hasta que venzas tus miedos, serás libre.
-Todo este tiempo, he sido consiente que tu tenias que elegir, y que es difícil para ti, tal vez solo soy un niño, un mal escritor que escribe historias fantasiosas.
¡Te amo! ¡te amo! Y no sé qué decirte, solo tengo dos palabras que cuentan una historia sin final.
¡Porque, creo que te amo! Y no se puede olvidar que amaste y no, se puede borrar lo que escribiste quiero inventar el significado de la palabra te amo, y poner en tus manos la prueba de que el amor existe.
No soy el primero, ni el mejor no soy lo que la gente quiere para ti y te hacen creer que no serás feliz como ellos.¡Infelices! Y te arrancan de mi vida, dejando un vacio que fingimos llenar con el tiempo y la distancia y que algún día olvidaremos que juramos nunca olvidar... - y mi voz se apago, tal vez porque no sabía que mas decir, o porque sus lagrimas y las mías se lamentaban de que el Dios del amor, era nuestro obstáculo, ya que ninguno de los dos se arrepentía de habernos conocido.
Ella creía firmemente que Dios, le dio esta oportunidad de amarme y que soy el mejor regalo que él le dio y yo me había dado esta oportunidad de amarla sin importar mis miedos, y que su amor es el mejor regalo, de la vida.
Tocaba despedirnos, no porque lo queríamos sino porque ella tenía que consultar primero con Dios, si era correcto, sentir que me amaba, o tal vez tiene miedo de perder el cielo.
-Te escribiré, la última página de nuestra, historia, no porque deje de amarte, solo quiero salir de esta burbuja, y vivir en un mundo más real.
La historia de nuestras vidas, me atreví a escribir la mejor historia de amor en mi corazón, tú fuiste mi Dulcinea, Evangeline, mi Julieta, mi amor prohibido, el más dulce concepto de amor.
Y este concepto no es dolor, ni sentimiento, ni cuento ni novela.
Te ame sin medida, sin miedo a perder, rebase los límites de lo imposible te ame y mis ojos no podían ver los años en ti, fui rebelde, pero con causa, conquiste el corazón de una princesa, saboree el más dulce paladar esculpiste en mi memoria el beso del ángel.
Contigo la paciencia fue mi compañía para disfrutar los pocos segundos restantes, de un largo día de espera.
Gracias por abrirme tu corazón y mostrarme que tus heridas aun cicatrizadas están dispuestas a sanar y sentirte amada.