My little baby » H.S.

XVI

"Papá me va a regañar."

—¡Harry!— chilla Alison, haciendo que resuene por toda la casa logrando despertarme. Suelto un gruñido, creo que tendré que acostumbrarme a despertarme de esa manera, genial.

—¿Si, amor?

—No bajaste la tapa del váter— escucho que mi padre suspira y después ríe bajamente, joder, ¿sólo por esto me desperté?

—Lucy— canturrea papá tocando la puerta de mi cuarto.

—¿Si?

—¿Puedo pasar?— hago un sonido de asentimiento con mi garganta y después él entra a mi cuarto—, está muy oscuro aquí— se queja y abre las persianas, empuño mis ojos y ahora es mi turno de quejarme—. A desayunar— canturrea—, hoy es tu primer día en la preparatoria— sonríe y de una se deshace de mi cobertor, chillo.

—Hace frío— me quejo y él ríe.

—Ya— dice y sale de mi cuarto, después vuelve con mi uniforme.

«Ugh, creí que podría llevar ropa en la preparatoria»

—Sé que querías llevar ropa, pero llevarás uniforme bebé, lo siento— dice, como si hubiese leído mi mente, antes de hacer una mueca.

—Ya qué— sonrío y me encojo de hombros.

—Te espero abajo para desayunar— sale de mi cuarto dejándome sola de nuevo. Cepillo mi cabello y después lavo mi cara. Me quedo parada unos segundos y bufo, no quiero ir de nuevo a la escuela. Es estresante despertarse a las seis de la mañana sólo para ir a trabajar, joder. Me pongo mi uniforme y puedo notar que la falda de colores aburridos me queda un poco «muy» corta. Gruño, papá me va a regañar.

«Azotar»

Tomo mi mochila con mis cosas dentro, me pongo un poco de perfume y bajo a desayunar. Huele a panqueques, delicioso—. Siéntate— indica mi padre sin siquiera voltear a verme.

—Buenos días, dulzura— saluda Alison, besa mi cabeza y yo gruño silenciosamente y ruedo mis ojos—, ¿emocionada por tu primer día de escuela?— inquiere antes de meterse un bocado de panqueque a la boca.

—Sí— me encojo de hombros, papá coloca un panqueque en el plato frente a mí y yo agradezco.

—Oye— me llama—, ¿qué con esa falda?— inquiere con voz chillona.

—¿Qué hay con la falda?

—Lévantate— ordena. Me levanto de mi silla y ruedo los ojos, joder, estamos perdiendo tiempo—, esa falda está muy corta— se queda observando mis piernas y yo comienzo a sentirme incómoda. Sin esperar su indicación, me siento en la silla de nuevo y comienzo a comer apresuradamente. Me levanto y tomo mi mochila.

—Ya me voy— indico.

—Ah, ah— niega papá— ¿a dónde crees que vas tú con esa falda?

—A la escuela, duh— respondo obvia—. No importa, papá. Así te la dieron, puedo cambiarla luego, pero ahora me tengo que ir se me va a hacer tarde— me acerco a él y beso su mejilla, sin dejarle responder salgo de la casa.

—Honey— me llama Noah, volteo a mis lados y no veo a nadie, tal vez lo imaginé, lo extraño demasiado. Han pasado aproximadamente dos semanas que no lo veo. Entonces, siento unas manos pasar por los lados de mi cara y en ese mismo instante la luz se esfuma de mi vista y no puedo ver nada—. Adivina quién soy— dice una voz chillona.