La fiesta

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*La fiesta*

Sábado

-¡No, no y no!

-¡Por favor mamá! ¡Porfa! ¡Porfa! ¡PORFA!

-¡No, que después para levantarte se necesitaran 2 remolques! Además será el primer día de instituto, ¡de tu nuevo instituto!, y no querrás llegar tarde, ¿verdad?

Después de insistirle a mi madre 20.000 veces para ir a la fiesta ella seguía diciendome que no. A este paso seguramente hasta los del tercero se habrían enterado de la fiesta, y eso que viviamos en un primero.

-¡Porfa mamá! Aunque sea ponme un toque de queda para estar aqui, pero dejame ir a la fiesta.

Me pareció que mi madre se lo pensó, y así fue.

-De acuerdo.

-¡BIEN! Gracias, gracias gracias y 1000 millones de gracias más- dije eufórica.

-No te alegres tanto señorita, te quiero aqui antes de las 10:30- me replicó ella.

-Vale mamá, gracias, gracias, gracias, ¡eres la mejor madre del mundo!- dije llenandola de besos.

-Anda deja de hacerme la pelota y vete a hacer la compra.

-Okay.- Llené a mi madre de besos otra vez y me fui.

Domingo

Por fin era el día de la fiesta, no me lo podía creer, ¡MI PRIMERA FIESTA! Todavía eran las 6:30 asi que tenía más o menos una hora para prepararme.

Me fui al baño y me di una larga ducha mientras tarareaba "Rock n' roll" de Avril Lavinge, al acabar de ducharme empecé a buscar ropa para la fiesta, yo no era de las que se preparaban la ropa desde hace una semana... decidí ponerme un vestido sin mangas y con escote corazón blanco con bordados y unas bailarinas azules celestes. Después mi pelo me lo recogí con una coleta alta dejando dos mechones sueltos situados en cada lado de la cabeza y los ondulé. Cogí mi bolso y lo llené de las cosas que a lo mejor necesitaría en la fiesta, al acabar aun me quedaba un cuarto de hora asi que decidi salir antes ya que no tenía nada mejor que hacer.

Llegué a la casa de la playa gracias al GPS y al mapa del metro.

La casa era más o menos como un chalé pequeño, estaba construido con madera y piedras... era realmente bonito, además la playa tenía una arena blanquecina que apenas tenía conchas y en el agua se reflejaban en sol que ya estaba escondiendose en ella. Deje de observar la puesta de sol y decidí entrar en la casa.

-¡Hey!- exclamó Bruno al verme aparecer en la puerta-, ¿qué haces aqui?, es muy pronto.

-Lo sé, pero no tenía nada mejor que hacer asi que...

-Bueno, ya que estas aqui te presento a mis amigos, ¡chicos!, ¡venid aqui!

Al cabo de unos segundo aparecieron 3 personas más, los chicos que acompañaban a Bruno el día en el que le conocí.

-Este es Gus, mi mejor amigo- dijo señalandome a un chico alto castaño y con unos ojos hermosos.

-Hola- le dije sonriente.

Él me devolvió la sonrisa.

-Y la rubia del bote es...

-Cuidadito con lo que dices Arturo, que te puedes quedar sin lengua...- le amenazó

-No me digas asi- protestó él.

-¿Arturo?- pregunté confusa.

-Si, su segundo nombre Bruno Arturo.

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