Tiempo con Dios

La buena vida cristiana

2 TIMOTEO 1:7

"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." (RVR1960)

"Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás, y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana." (TLA)

¿Quién dijo que la vida cristiana era fácil?. La vida de una persona que se ha entregado por completo a Dios es difícil y esta llena de sacrificios. Cada día nos encontramos frente a diferentes situaciones donde debemos tomar decisiones y nos enfrentamos a una lucha entre lo que yo quiero y lo que Dios quiere, es aquí donde demuestro mi dominio propio del que habla el versículo. Cuando nuestra relación con  Dios es intima, es fuerte y cercana, el Espíritu de Dios estará de forma activa guiándonos hacia lo que le agrada. Pero si nuestra relación con Dios es todo lo contrario, la biblia dice que El Espíritu Santo se entristece (efesios 4:30), en otras palabras se opaca, es como si no comieras durante tres días, te pondrías débil y no podrías hacer todo lo que haces cuando estas sano y fuerte. La vida espiritual es exactamente igual, si no te alimentas de la palabra de Dios, estarás débil para enfrentarte a las trampas de tu carne y del enemigo. Si buscas el significado de dominio propio en Internet te aparecerá algo parecido o igual a esto : "capacidad que nos permite controlarnos a nosotros mismos, nuestras emociones y no que estas nos controlen a nosotros, sacándonos la posibilidad de elegir lo que queremos sentir en cada momento de nuestra vida." Es por eso que la única forma de vivir una buena vida cristiana como lo dice el versículo, es teniendo una verdadera e intima relación con Él. Dios esta animándonos, nos dice que no podemos ser cobardes porque tenemos su Espíritu, y  este nos da poder, amor y dominio propio para que podamos serle fiel en nuestro andar con Él cada día.

Si aun no tenemos una fuerte relación con Él, debemos comenzar desde ahora a buscar la manera de lograrlo. Toda persona que ama a Dios, su deseo siempre será agradar a Él viviendo como quiere que lo hagamos, en obediencia.