Lluvia

299 26 2
                                    


Dipper jamás espero que su primo le dijera que se fuera con él a la Santa Sede, hace años atrás aquellas decisión hubiera sido demasiado sencilla ya que aceptaría sin protestar ni decir nada, la idea de terminar su formación espiritual como un siervo del señor y tomo aquel camino tan temido como el der ser un exorcista era un sueño que solo lograría de ese modo, ahora las cosas eran distintas. Y era exasperante porque el único motivo por la cual se negaba era aquel niño de cabellos rubios que protagonizaba sus fantasías pedófilas.

—Yo debería pensarlo mejor— suspiro un poco. Estaría bien que se fuera, su obsesión con Bill era creciente y no quería hacerle nada malo, no obstante ¿lo entendería? Era como abandonarlo y eso era un acto cobarde y egoísta.

—Deberías venir conmigo, es una gran oportunidad para ti y Mabel te extraña demasiado.

—Soy el único de la familia que sigue aquí de todos modos ¿no?— pregunto en un tono amargado, a pesar de los años sentía ese peso de la soledad— aunque me gusta este lugar, así que no tenía problemas en realidad — explico aunque sin saber porque lo hacía en realidad.

—Te acuerdo que cuando me fui con tu hermana tú te negaste a irte — Dipper asintió recordando aquello ¿Qué le estaba haciendo ese niño?— ¿hay algo que pasa que te detiene? Si es por una chica, no te culpo eres muy joven y es obvio que te enamores....

—No es una chica, no tomo esto como algo superficial, yo quiero esta vocación con mi vida como tú y mi hermana— su voz titubeo un poco ¿realmente estaba comprometido? — Nada me ata en realidad— no quería seguir dudando y aunque Bill seguía siendo un niño, no era un idiota, lo más seguro es que lo entendería. Era su sueño después de todo.

—Entonces nada te impide dejar este lugar— Ford apoyo una de sus manos en el hombro de su primo. Aquel chico era demasiado inteligente, lleno de potencial que no podía permitir que se desaprovechara.

—No me has dicho porque estás aquí— desvió la conversación — no creo que solo decir que me vaya contigo sea el único motivo.

—Es verdad, he venido también por algo— admitió— y necesito tu ayuda.

...

Los gemelos nunca habían sentido tanto miedo cuando estaban a tan poca distancia de su hermano mayor, quedaron paralizados cuando los jalo con un brazo a cada uno contra sí. Como pudieron de tomaron de la mano pensando que pasaría; Phil era su hermano, jamás le harían daño. Se miraron entre ambos sin entender que pasaba hasta que escucharon un casi inaudible sollozo que les dejo bien en claro lo que sentía el joven pelirrojo.

— ¿Por qué me ocultaron algo como eso? ¿Por qué no me dijeron nada?— se aferró a sus pequeños hermano. Jamás espero aquellos de ellos, era totalmente ilógico.

—Teníamos miedo— murmuro Will — sabemos que eso estuvo mal pero aun así.

—Solo que no queríamos decirte porque ya tienes demasiado problemas — señalo el rubio que tenía un mejor aspecto que el de su gemelo— igual tampoco es para tanto.

— ¡¿Qué no es para tanto?! ¡Mataron personas, la policía están como locos buscando los responsables!— se calló cuando se dio cuenta que los estaba asustando, incluso el peliazul se había soltado para esconderse atrás de Bill en busca de un refugio. Era totalmente diferente al asesino a sangre fría que había visto en ese celular hace menos de una hora— no quería gritarles, pero es demasiado serio.

El Cipher pelirrojo sin pronunciar palabra alguna aparto al par de niños para alcanzar el celular que hasta ese momento seguía en su posición muda ante todo aquello. Lo tomo entre sus manos para lanzarlo con fuerza haciendo que chocara contra la pared no tardó mucho en acercarse para aplastarlo una y otra vez con su s pies dejándolo totalmente destruido.

Demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora