La mañana del viernes 13 recibí un mensaje de texto, "pin" escuché mientras me vestía frente al espejo para ir al colegio, me terminé de cerrar la camisa y sin mucho interés decidí ver quién me había escrito.
Me sorprendió ver que en destinatario decía desconocido e igual lo ignoré y deslicé el dedo sobre el mensaje para leer... _¡Ciara a desayunar! _la voz de mi madre me interrumpió y más bien guardé el teléfono, leería después.
Bajé a la cocina donde yacía mi madre apurada preparando café para llevarse a su trabajo,
_Buen día Ma. _Saludé
_Buen día amor, me iré primero voy retrasada y es una reunión importante. _dijo, besó mi frente y salió yo sólo sonreí no me dio tiempo siquiera a responderle.
Mi madre trabajaba muy duro como arquitecta para sacarnos adelante ya que éramos sólo nosotras dos, así que salía mucho y en ocasiones sólo nos veíamos en la noche, ya estaba acostumbrada a estos fugases encuentros mañaneros.
De camino al colegio tenía esa extraña sensación en el pecho de que algo malo pasaría, pero rápidamente recordé que era viernes 13 y tal vez andaba paranoica, ¡estúpidas supersticiones!.
Una vez entré a mi salón noté que no había nadie pero estaban sus mochilas. Que extraño, Pensé, me puse de pie para salir a ver en dónde andaban los demás cuando de pronto escuché mi nombre desde el pasillo
_¡Ciara, Ciara!
_Hola. _saludé normal a mi amiga Maité quién se veía algo exaltada.
_¡Está muerta! _dijo entre jadeos y llanto, arrugué el ceño no entendía de qué estaba hablando.
_tranquila cálmate, ¿de qué hablas? _puse mi mano sobre su espalda.
_¡Lea está muerta! _dijo claramente. _sentí como un frío me recorrió todo el cuerpo al escuchar aquello.
_¿Qué? _repliqué con la esperanza de haber oído mal.
_¡ESTÁ MUERTA! _grita nuevamente. _y rompe a llorar
Mis piernas comenzaron a temblar no podía mantenerme de pie y caí al piso, ¿cómo era posible, quién, cómo, por qué? No me salían las lágrimas Lea y yo nunca nos hemos llevado bien pero la conocía y estaba en shock.
_¿qué pasó? _pregunté
_No lo se, pidió permiso para ir al baño y luego de 10 minutos aún no regresaba pedí permiso de ir a ver qué le pasaba, y al entrar al baño encontré su cuerpo sobre un charco de sangre.
_¡Dios mío! _cubrí mi boca
_Ciara, ella me había comentado de unos mensajes amenazantes que recibía de un anónimo, nunca hizo nada pues pensaba que era una broma y ahora está muerta. _Dijo Maité llorando.
_¿Mensaje?
De inmediato me llegó a la mente lo que había recibido hace un rato, saqué mi teléfono y busqué el mensaje. _tu eres la siguiente_ decía. Mi corazón se heló.