Cecilia
Desperté espantada al verme sin nada puesto más que mi ropa interior, sentí una fuerte punzada en mi cabeza, ¿por qué carajo estaba desnuda, qué rayos me hicieron, por qué, Me cuestionaba, no puede ser, por favor Dios no puede ser, no quería ni imaginarlo aún me costaba pensarlo, ¿me violaron? No, no, negué rápidamente pero al mismo tiempo la realidad de mi cuerpo tendido en la grama y parcialmente desnuda me hacía ver que tal vez sí fue así, comencé a llorar y a rogar porque no fuera cierto
Sabía que no debía venir, ¿Para qué demonios vine? Me autoregañé, miré a mi costado y allí vi mi ropa tirada, la tomé aún sin poder contener las lágrimas me la puse y me senté sobre la banca necesitaba llorar sea lo que sea que me hayan hecho me implicaba a mi desnuda, mi recuerdo era muy vago sí recuerdo a alguien cubrir mi boca pero luego de eso caí inconsciente y no recuerdo más, ¿quién, quién me haría esto?
Entonces llegó a mi como un reflejo en ese momento dejé de llorar y la sorpresa tomó lugar en mi rostro, no, no puede ser, ¡no, no! Negaba, ¿Max?, no Max no, no quería asumirlo por favor no podía ser posible, pero no me llegaba nadie más a la mente, él me hizo esto, él me violó, me dije, un nudo se me formó en la garganta las lágrimas afloraron nuevamente una liga de odio e impotencia emergió de dentro de mi tanto que comencé a patear el piso.
¡Por tonta por quedarte callada! Me dije pero ya no más! En ese instante me dispuse a irme agarré el primer bus que me pasó por el frente sin preguntar siquiera la ruta y me fui, una vez sentada me perdí en mis pensamientos recordé a Lili y a mi madre, me toqué para ver si mi cartera y mi celular aún estaban en mi bolsillo y efectivamente ahí estaban ambas cosas
Revisé que todo mi dinero estuviera allí y por suerte ahí estaba lo que me dejó claro que quien me dejó allí tendida no buscaba robarme y otra vez sentí ese ardor en mis ojos que indicaban más lágrimas, aunque no estaba totalmente segura de que me hayan abusado todo me convencía más de que habían usado mi cuerpo. Saqué mi teléfono eran las 10 de la mañana, tenía 5 llamadas perdidas de mi madre y 2 mensajes de Lili.
_Me fui con Eduardo. _11:30 P.m
_Dijo que su amigo te llevaría, consíguelo y váyanse juntos. _11:30 p.mMi rabia aumentó más al leer aquello, Lili me había rogado para ir allí y finalmente me dejó sola no pude evitar echarle la culpa y todo por estar tras Eduardo sólo esperaba no tener que verla.
Me bajé del bus y caminé el resto hasta mi casa, tenía mi llave, entré y allí vi a mi madre dormir sobre el sofá con una cobija semicaída, me enterneció verla se durmió esperándome sentí deseos nuevos de llorar pero traté de contenerme. La arropé bien y besé su frente aún así no despertó supuse que estaba muy atrofiada tal vez no durmió en toda la noche.
Subí a mi cuarto y fui directo al baño necesitaba lavarme y deshacerme de esta ropa, así hice, me metí a la ducha y aunque ya era tarde quería ir al colegio quería hablar con el director estaba harta de Max y su grupo, pero no tenía pruebas, estaba segura que los mensajes amenazantes que he recibido son de alguno de ellos pero no dice el destinatario tenía que recopilar pruebas.
Mientras el agua caía sobre mi trataba de recordar los acontecimientos de la noche anterior, yo sentada con mis amigas, yo bebiendo, yo bailando en la pista, yo vomitando, yo llamando a Lili en la terraza, eran las imágenes que venían a mi mente y no pude evitar sentir una punzada en mi pecho por la culpa yo no hacía ese tipo de cosas, yo no actuaba tan desenfrenadamente.
Salí del baño enojada conmigo misma y con todo el mundo, dispuesta a arreglar este asunto, tomé algunas prendas de mi armario y me vestí, una cartera y tomé mi celular miré la hora, eran las 10:45 a.m era muy tarde, pero no pretendía esperar más tiempo, sólo puse un pie fuera del cuarto cuando el timbre de notificación de mi teléfono sonó, lo saqué de la cartera y vi la pantalla era de ese número que no tenía registrado, mi corazón dio un brinco de inmediato.
Deslicé el dedo con una creciente corriente de nervios, abrí el mensaje, eran fotos, las descargué y cuando las vi casi pensé que me desmayaría, era yo, tirada en el piso sólo en ropa interior, una tras otra, sentía que el corazón me explotaría por lo acelerado que estaba, mis ojos se llenaron de lágrimas.
_Tendrás que hacer todo lo que te pida o todos conocerán a la verdadera Cecilia *emoji llorando de la risa* _ 10:48 a.m
Sentí una desesperación muy grande e impotencia a la vez me sentía atrapada, perdí la fuerza en mis piernas por lo que caí al piso con la respiración un tanto acelerada, sólo pensaba en que mi mamá viera esas fotos, no lo voy a negar no quería que los demás la vieran pero ninguno me importaba tanto como ella... Mi mamá... ¿Qué se supone que le diría a mi mamá? Comencé a llorar más fuerte mi papá no me preocupaba tanto estaba de viaje aunque igual si mi madre lo sabe él también lo sabría.
¿Cómo pudo pasarme esto? ¡Cómo demonios había llegado a este punto! Mi celular comenzó a sonar pero no quise contestar y seguí llorando, hoy tampoco iría a la escuela.
_¡¿hija?! _resonó esa voz preocupada que tanto conocía era la última persona que quería me viera llorar. _¿mi niña que sucede, por qué lloras? _acarició mi espalda, yo intentaba hablar pero no me salían las palabras sentía que si decía algo lloraría más y sólo quería controlar las lágrimas y decirle que todo estaba bien.
_No pasa nada, _logré decir.
_Cecilia por favor deja de mentirme, se que te ocurre algo ¿por qué no confías en mi? Soy tu madre yo puedo ayudarte. _dijo sonando frustrada.
_No pasa nada mamá. _me levanté y caminé hasta mi cuarto iba a cerrar la puerta pero ella la detuvo
_¿Por qué no contestaste anoche? ¿Por qué llegaste hasta esta hora?
_No quiero hablar ahora. _dije y cerré la puerta.
_hija, tienes ya muchos días sin ir a la escuela. _escuché a mi madre decir tras la puerta.
No respondí nada, permanecí boca abajo sobre mi cama llorando, no sabía sí sentirme bien porque al menos sabía que no me habían violado o enloquecer porque lo que me espera a partir de esas fotos sería mucho peor, sentía que perdía el hálito era desesperante, yo no quería estar sometida bajo órdenes de nadie pero tampoco quería que esas fotos fueran reveladas, nuevamente pensé en mi mamá y otra vez sentí como se me encogía el pecho, tal vez debería morirme.