Tonks

827 56 4
                                    

Cuando Ron y Hermione aparecieron frenéticos y locos, comenzaron a hablar a gritos sobre como abrieron la cámara de los secretos y de que Ron sabe hablar párcel.

—No es la gran cosa. —Exclama el aludido rascándose la nuca. —Tai también puede igual que yo. Solo por escucharte a ti, Harry.

Me quedé en silencio mirando el suelo. Nunca le he dicho a nadie, ni a Harry ni a Fred, que a veces también he escuchado hablar a las serpientes. No a todas y menos con la claridad con la que Harry lo hace y es algo que llevaré conmigo hasta la tumba. Nunca nadie sabrá que a los 12 años fui una completa cobarde al negar escuchar las voces de la cámara de los secretos.

De todos modos, la idea de los chicos fue grandiosa. Ir en busca de los colmillos para destruir los horrocruxes que faltaban no había cruzado por mi mente antes. Ahora solo sentía una pequeña molestia por dentro, es decir, todos habían destruido uno menos yo. ¿Por qué? Yo soy una víctima más, no seré la elegida ni algo por el estilo, pero mi hermano ha sufrido yo con él. Merezco algo, un poco. Lo que sean pero lo merezco.

—Yo quiero el otro. —Digo encogiéndome de hombros. —Pediría matar a Voldemort, pero ese es trabajo de Harry. —Harry hace una mueca de disgusto y suspira.

—Debo hacer una última cosa. —Anuncia y desvía la mirada de mis ojos. —Solo. —Iba a protestar con molestia y enfado. ¿Por qué siempre quiere ser el único? Somos dos Potter, podría dividir la responsabilidad y dejar de ser tan altruista. Pero era inútil a esta altura de la vida. —Te quedarás aquí con Ginny... ¿Ginny?

—Yo iré a buscarla! —Grito antes de salir corriendo por la puerta. En realidad no iba a hacerlo, solo quiero irme de ahí. Me detengo solo para mirarlo por última vez antes de que la puerta se cierre y me quede mirando la pared blanca.

Comienzo a correr guiándome por los ruidos, los gritos y las explosiones mientras mi corazón empieza a latir a una velocidad que no creí posible. Cruzo por un pasillo y lanzo un encantamiento no verbal a un encapuchado en frente de mi para seguir corriendo aferrada a mi varita. No creo tener esa misma suerte para toda la noche.

Lo que veo es un terrible caos, hay cadáveres, hay gente luchando, hay combinaciones de buenos y malos contra las arañas gigantes y luego se vuelven contra uno. Divisé a Tonks y corrí en su ayuda, su cabello siempre de fuccia está negro. Y si no la conociera, nunca diría que es alguien torpe y divertida. Lucha con todas sus fuerzas contra Bellatrix, pero se nota su cansancio y la mortifaga es sádica, no tardará en matarla y no puede morir. ¡Tiene un bebé!

Corrí en su ayuda desviando un hechizo, Bellatrix rugió en cólera y Tonks me apretó el brazo agradecida. Ambas empezamos a pelear y aun así nos costaba esquivar los maleficios que lanzaba la crespa a diestra y siniestra. Comencé a asustarme en cuanto un avadekadavra me rozó el cabello, me estremecí y flaqueé, pero Tonks se mantuvo impasible y rebatía con la misma rabia y más. Esas dos mujeres son familia y se odian, no podía mirar a mí alrededor, aunque quisiera, estaba concentrada con varita en mano lanzando y lanzando encantamientos logrando desestabilizarla. La bruja me miro furiosa, estaba preparada para poder escapar de su maleficio imperdonable cuando escuche mi nombre. Toda mi concentración se fue al carajo y volví a flaquear, tuve que darme vuelta solo para verle correr hacia mí y esbocé una sonrisa...

—AVADAKEDAVRA. —gritó Bellatrix, pero yo miraba a Fred.

—TAI! —chilló Tonks y un empujón me derribo al suelo, la metamorfomaga cayó encima de mí y todo mi mundo se vino abajo.

—¿Tonks? —susurré mientras me incorporaba. Sus ojos estaban vacíos y sentí algo desgarrándose dentro de mí. Una risa macabra resonó en mis oídos y subí la mirada a esa horrible persona con cara de loca que se relamía — ¡Tonks! —grité, pero ella no reaccionaba.
Bellatrix salió corriendo e hice ademan de seguirla, pero Fred me detuvo.
— Tenemos que sacarla de aquí. —susurra. Las lágrimas caían descontroladamente y mi mano temblaba. —Tai por favor. —exclama sujetándome fuertemente. Me hizo mirarlo, pero yo no podía despegar la vista del cuerpo flojo de Tonks, un grito desgarrador salió de mi garganta e intente moverme nuevamente, pero fue inútil, lo mire con el más profundo odio.
—Déjame ir. —ordené mirándolo a los ojos, la gente a mi alrededor parecía andar en cámara lenta, no me importaba nada, quería venganza. —Déjame ir. —repetí en un sollozo.
—No. —dijo mirando a todos lados. —Vamos.
Me guía esquivando maleficios. Yo no podía hacer nada más salvo ayudarle a tomar a la muerta de Tonks y esconderla, me arrodille junto a ella tras una armadura y sequé mis lágrimas, ya tendría tiempo de llorar, si sobrevivo. Fred acaricia mi mejilla y yo gire el rostro, esa sangre está en mis manos.
—Tenemos que buscar a Ginny.





**********************************







Luego de la guerra en el Ministerio en quinto año me había roto un brazo y me lo arreglaron en un santiamén. Ni siquiera tuvieron que atenderme en San Mungo, aunque de todas formas estaba en ese lugar. Por otro lado, Hermione debía irse directamente a la enfermería apenas volviéramos al colegio y Harry... Harry estaba sentado mirando a la nada. Con el estómago contraído me acerqué a él y tome su mano con delicadeza sin decir nada, él la apretó con fuerza para luego retirarla y en silencio, irse en otra dirección. Ver su silueta y saber que su alma estaba adolorida llenaron mis ojos en lágrimas. También me dolía la muerte de Sirius, pero como todo en mi vida, Harry siempre sufre el doble.

Cuando me di vuelta Fred y George estaban parados en el corredor, sequé mis patéticas lagrimas rápidamente antes de verme envuelta en un cálido abrazo y sentir un dulce beso sobre mi frente.

—Te extrañé. —Susurré sobre su pecho.

—Y yo a ti.

—Y yo también. —Dijo George.

—Tu cállate.

Reí separándome de él cuando una de las puertas del corredor se abrieron dejando ver a un agotado Lupin. Al pasar junto a mi me aprieta el hombro y sonríe vagamente.

—Tonks estará bien.

—Harry se fue por allá. ¿Podrías hablar con él? —Sugerí notando cierto suplicio en mi tono de voz. Lupin asiente y sigue los pasos de Harry, yo solo observaba desde fuera. Siempre desde afuera del marco, nunca parte.

Me volteo hacia Fred y le hago una señal a George para que se vaya, lo que hace a regañadientas. Fred frunce el ceño pero luego se relaja y se queda mirándome.

—¿Puedo contarte un secreto? —Comienzo a sonreír al decir esas palabras.

—¿Cuál? —Fred sonríe de lado con curiosidad.

Extraigo un pequeño papel de mi bolsillo, que mágicamente está ahí para el drama y lo abro para ambos leerlo al mismo tiempo.


Estoy enamorada de tu padrino, él no lo sabe, ojalá estés de acuerdo con eso.
Tonks.

If I Stay // Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora