Encantamiento Patronus.

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No podía hacer nada para desquitarme. Me prohibieron hacerle daño a Malfoy asique tuve que contentarme con uno que otro mortifago en nuestra travesía, no sé a dónde nos dirigimos, solo los sigo cubriendo la retaguardia, Harry lidera y Ron va segundo, mientras corren le toma la mano a Hermione, ya era hora, pero no me importa en este momento, siento un dolor punzante en el pecho, quiero dejar de correr y ponerme a llorar, me lo aguanto, aunque sé que jamás voy a poder tomarme de la mano con Fred.

Siento que estoy en medio del océano, ahogándome, no puedo hacer nada para frenar la frustración que consume cada partícula de mi cuerpo, desquitándome con cada persona de capucha negra que se me cruza en el camino, siento esta energía correr por mis venas, como si quisiera hacer algo más que desarmarlos o desmayarlos, quiero hacerlos sufrir. Me pregunto que se sentirá cruciar a alguien, quizás Rockwood no tenga la misma suerte cuando vuelva a encontrarlo. Pero Harry y Remus se decepcionarían de mí, y son lo único que me queda.

Una corriente de aire me revuelve el cabello y tengo que frenar para amarrarlo en una coleta de manera rápida, hemos salido a los jardines, no hay mucha gente, es más, está desierto y un frío demencial me invade, tengo que abrazarme los brazos porque estoy empezando a tiritar y más que eso, siento que hay oscuridad, me siento muy triste y no es precisamente por la muerte.

-Dementores. – murmura Harry.

Los cuatro cogemos las varitas y apuntamos. Una pequeña nutria sale a cortesía de Hermione, no dura mucho, su mano le tiembla y se esfuma. Veo a varias decenas de criaturas negras aproximándose a nosotros, un grito de terror sale de mi boca y caigo al suelo hecha un ovillo, tapando mis oídos con las manos y negando con la cabeza, todos mis malos sentimientos se amplifican, la oscuridad me atemoriza, veo a Fred muerto, sus ojos vacíos están en mi cabeza y las lágrimas saltan descontroladamente por mis ojos.

Hasta que una ola de calor me saca del enfriamiento, mas no me devuelve la alegría, me levanto del suelo y Harry me mira, me tiende la mano que acepto y veo a Luna, junto a Seamus Finnigan, un zorro y una liebre, sus patronus nos han salvado, asiento para darle las gracias. Harry me tira la mano para que lo siga y luego se detiene.

- ¿Que fue eso? – pregunta.

-Déjala. – interviene Hermione.

-No podemos darnos en el gusto de flaquear. – dice Ron y lo miro enojada.

-Tonks murió. – digo, Harry aprieta la mandíbula, Ron patea el suelo y Hermione ahoga un sollozo. – Por mi culpa. – No entro en detalles que no quiero recordar y paso entre ellos para seguir. - ¿A dónde vamos? -pregunto con la voz temblorosa.

-La casa de los gritos. – dice mi hermano, acariciando mi hombro. – Sea lo que sea que haya pasado no es tu culpa, es la mía.

Pongo los ojos en blanco, mi querido Harry, siempre aceptando las responsabilidades que no le corresponde, que heroico. Sarcasmo.


************

Recuerdo que en tercer año no pude conjurar un patronus corpóreo por más que Lupin me dijera que puedo hacerlo, pero me era imposible, era mucha magia para una niña de trece y siempre Harry acababa en el suelo desmayado. No era una situación alegre para pensar en algo que me haga feliz, siempre de mi varita salen chispas, montones de chispas que se disipaban, recuerdo haberle preguntado a mi padrino si las explosiones eran patronus y el negó con la cabeza. Me sentía muy frustrada, asique cuando Harry anuncio que realizaríamos el encantamiento patronus a la vuelta de vacaciones navideñas me enoje. No quería. Había pensado en faltar a esa clase, pero como siempre...Fred me convenció.

Tome su mano, el enlazo sus dedos con los míos, hacia círculos con ellos alrededor de mi muñeca, se sentía bien. Mientras nos dirigíamos a la sala multipropósito, lo veía mirarme de reojo y yo soltaba risitas nerviosas como una estúpida niña enamorada de 15 años.

- ¿Podríamos quedarnos un rato cuando esto acabe? – susurró en mi oído.

-Tentador. – ronroneé, acariciando su brazo en tono seductor y mordí mi labio guiñándole el ojo.

-Me vas a matar. – dijo soltándome. – No hagas eso si no quieres que te viole aquí mismo.

-¿Porque? – fingí inocencia, alejándome de él hacia la puerta, contoneando mi cintura, Fred me atrapa por detrás y me atrae hacia él, juntando nuestras narices, acariciando mi cabello, quería besarlo pero él no me daba en el gusto, le gustaba jugar, tenía esa sonrisa traviesa y picara, se mojó los labios con su lengua y yo desvié mi mirada hacia ellos con seriedad, me acerque más hacia él y lo atraje aún más cerca mío, hundí mis nudillos en su rojo cabello y rozamos los labios,  pero no nos besamos, aunque lo deseamos, lo detectaba en sus ojos que brillaban en deseo.

Su mano se deslizo por debajo de mi blusa apretando mis caderas con sus manos frías, me estremecí y desaté un botón de su camisa, sin dejar de seducirnos, con las ganas de besarnos y no hacerlo, hasta que alguien se aclara la garganta y nos separamos. Él actuó con normalidad, yo me sonroje hasta la raíz.

-Más te vale que no sea lo que creí. – dijo Harry con una ceja alzada y una sonrisa en los labios. – Entremos.

Todos a mi alrededor podían hacer patronus corpóreos, hasta Cho Chang. Mientras yo ni me esforzaba, traté, pero las chispas volvieron a aparecer y me di por vencida. Un enorme puma me rodeo y me reí, era de Fred, me rugía en el oído y yo le dediqué mi más grande sonrisa.

Fred es como una silueta, cuando la oscuridad manda en el lugar él se convierte en la luna más grande y me da seguridad. Pensé en cómo me hace feliz, de tantas formas, con sus bromas, su caricia sobre mi piel desnuda en su habitación, sus artilugios. Me reí sola, me sentía feliz, tan pero tan feliz...

-Expectro Patronum! – grité. Las chispas salieron volando, no me frustre, las empecé a ver de mejor manera, no son chispas, son luciérnagas, miles y miles de luciérnagas revoloteando por el lugar, algunas chicas las miraron asombradas, cada vez se notaban de mejor manera, estaba satisfecha. Las luciérnagas te alumbran en la obscuridad.

La felicidad se puedehallar en los momentos más oscuros, si somos capaces de usar bien la luz. Y esto representa lasluciérnagas para mí, una salvación a mi mayor miedo. Mire a Fred emocionada yme tire a sus brazos para darle un pequeño y tierno beso en los labios

If I Stay // Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora