Reencuentro y Sentimientos

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Caminamos por un eterno pasillo muy oscuro, y a cada paso que doy, mi respiración se agita en una incipiente sensación de claustrofobia. Estoy cansada, con sueño y hambre y tengo que aferrarme a la mano de Harry para seguir caminando. Mientras más nos acercamos, más se incrementan los nervios en mis venas, una creciente adrenalina empieza a recorrerlas y me aferro a ellas con ahínco. Las necesitaba para lo que sea que pudiera suceder.

Apenas llegamos, doy una buena bocanada de aire y me siento un poco aturdida entre tanto vitoreo, aplausos y gritos de muchos estudiantes que saltan y nos aclaman. Mi boca se abrió de la sorpresa cuando pude reconocer a Seamus Finnigan debajo de un rostro demacrado y lleno de heridas.  Incluso más irreconocible que Neville, quien nos fue a buscar por el cuadro de Ariana.

Los escuchaba hablar todos al mismo tiempo, Neville relataba como consiguieron esconderse del nuevo Hogwarts, y cuando necesitaron comida, apareció el túnel que guía hacia cabeza de puerco. Parecía un tumulto, reían fuerte y nos felicitaron por nuestra visita a Gringotts. Yo simplemente me quedaba a un lado emitiendo una sutil sonrisa, no soy de las chicas sociables, en realidad, siempre he sido bastante reservada y muy protectora de mi hermano Harry. Así que creo que es normal empezar a sentirme un tanto abrumada de tanto cotilleo y algunas manos en mis hombros. ¡Me tratan como a una celebridad!

Antes de realmente fastidiarme, Harry se toca la cabeza y sé que intenta no caer al suelo de dolor. Me acerco a él con rapidez y lo tomo de los brazos intentando estabilizarlo. Los ojos verdes de Harry buscaban entre la multitud a Ron y Hermione, mientras se quitaba de mi ayuda completamente molesto. Por la alarma en su mirada solo puedo suponer una cosa: Voldemort ya sabe que estamos aquí. De pronto me estremezco y sacudo mis hombros de tan solo pensar en la furia del Innombrable y no dejo de mirar a mi hermano, mi única familia. El miedo que le sigue a los escalofríos amenazan con asesinar la adrenalina que me daba energía, no quiero que Harry muera. Y es un miedo que llevo conmigo desde que ingresamos a Hogwarts hace siete años atrás.

—¿Bien? ¿Cuál es el plan? —La voz de Seamus se hace notar y paulatinamente empiezan a callarse todos.

—¿Plan? —Repite Harry arrugando levemente el entrecejo. —No hay ningún plan. Ron, Hermione, Tai y yo tenemos algo que hacer aquí. Luego nos largaremos.

—¿A qué te refieres con "nos largaremos? —Cuestiona Neville claramente confundido.

—No hemos venido para quedarnos. —Contesto, me doy el tiempo de mirar a cada estudiante escondido en la Sala de Menesteres con el rostro serio. Que sepan que hablamos en serio. Mientras más rápido nos larguemos, mejor.

Y comenzó un debate, volvieron a hablar como cotorras y no pude sino que morder mi lengua frustrada. Neville nos refregaba su lealtad a Dumbledore y Harry, que nos quedáramos a luchar ya que, el ED lucharía con nosotros. Apenas dice eso, una ovación general de asentimiento lleno la sala y no pude evitar conmocionarme ante tanta gente dispuesta a pelear. Pero yo no quiero pelear, quiero buscar el maldito horrocrux, destruirlo, y largarme.  Harry parecía querer reclamar, pero el cuadro vuelve a abrirse como una puerta y Luna aparece tras ella, seguida de Dean Thomas.

—Hola a todos. —Saluda la rubia con una expresión bastante alegre. Tai la mira asombrada de lo saludable que se ve luego de haber estado encerrada en un sótano por quizás cuanto tiempo.

—¿Qué hacen aquí?

—Yo los he llamado. —Contesta Neville con orgullo, nos muestra un galeón en su mano derecha y comprende. Es el galleon que usaron para las juntas del E.D. —Le prometí a Luna y Ginny que les avisaría si ustedes aparecían por aquí.

—Escuchen... —Harry empieza a hablar molesto otra vez, cada segundo qué pasa es una pérdida de tiempo. —¡No podemos quedarnos! ¿Acaso no lo pueden enten...?—Pero sus palabras quedaron suspendidas en el aire. Miro nuevamente hacia la puerta y veo a Ginny.

Ginny seguida de Lee Jordan, George y Fred. Tengo que tener la misma cara de Harry al verlo aparecer con esa sonrisa traviesa y esos ojos cafés mirándome con alegrría. Mi corazón se hincha en alegria y sonreí. Sonreí como en mucho tiempo no había podido hacerlo.

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Esa mañana desperté con la boca seca producto de las obsenas cantidades de comida ingeridas la noche anterior. Sonreí burlona recordando como hace tan solo un par de días, estaba muerta de hambre en casa de mis tíos,  y en ese momento ya debí de haber ganado un par de kilos. Ginny y Hermione dormían plácidamente por lo que me levanté de la cama con sumo cuidado para no despertarlas y me encaminé al baño. Nunca hubiera podido imaginar que el baño estuviera ocupado, es decir, era muy de madrugada. Razón por la que di un salto apenas la puerta se abre de manera brusca.

—Fred! —Grité sin poder contener la sorpresa.

—¿Cómo sabes que soy Fred? Puedo ser George. —Entrecerré los ojos y caí en la cuenta de que tenía mis manos sobre su pecho. Lo solté de inmediato y no podía evitar notar que tenía el torso desnudo, con la cintura envuelta en una toalla.

—Amm.. Yo... Lo siento... —Balbuceé refregando mis manos nerviosa, seguía mirando hacía un abdomen bien formado y hombros cubiertos de pecas. Cuando alce la mirada, él tenía las cejas arqueada y los brazos se cruzaron en jarras. Enrojecí. —Bueno... este, sabes qué, volveré después.

Doy media vuelta en un intento de salir corriendo del lugar, pero a medio camino me detengo y volteo a mirarlo. Seguía apoyado en el umbral de la puerta observándome, hizo un movimiento con la cabeza y o abrí la boca un par de veces intentando decir algo, pero terminé por enrojecer aún más y literalmente correr al cuarto de Ginny.

Casi cierro la puerta de un portazo alertando a la pelirroja que entreabre los ojos y murmura insultos. La ignoré por completo y me tumbé en la cama mordiéndome el labio. Ni siquiera puedo describir lo que mi cuerpo estaba sintiendo en ese momento.

If I Stay // Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora