Un Gallinero.

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Caminamos juntos frente a una guerra incipiente, esperando que estalle en cualquier momento. Su mano en la mía marchaba al ritmo de la eventual tormenta. Mirándolo de reojo lo veo alerta, y yo por mi parte aún no puedo localizar ni a Harry, ni a Ron ni a Hermione. El pánico nuevamente se apodera en mi interior y sujeto fuerte la varita.

—Tai. —Lo escucho susurrar y le miro. Sus ojos cafés miran por todas partes y supe que buscaba a George. Así como yo a Harry.

—Deberíamos separarnos. —Sugerí tragando saliva. Niega rotundamente con la cabeza y suspiré aliviada.

Nunca antes los pasillos del colegio parecían tan espeluznantes como en este momento. Nos cruzamos con Kingsley y Remus que iban a la torre de astronomía, también con el señor Weasley con Percy que se dirigían al vestíbulo sin señal de nuestros mellizos. Solo caminábamos encontrándonos con gente, sin un destino fijo. Hasta que divisé un inconfundible cabello rosa chillón y solté a Fred sin pensarlo para correr hacia ella.

—Tonks! —Exclamo. —¿Qúe haces aquí? ¡Deberías estar con Teddy!

—No... ¡Tai, comprende! ¿Esperas que me quede en casa sin hacer nada? ¿Y si Fred se fuera a una guerra? ¿Te quedarías en tu habitación de brazos cruzados? —Negué con la cabeza y mordí mi labio. La verdad, tiene razón. —No creas que es fácil dejarlo, está con mi madre. ¿Viste a Remus?

Señalo el lugar por donde había pasado y Tonks sale disparada. Entonces todo comenzó. Un ruido ensordecedor, gritos y una ola de gente corriendo por el pasillo. Corro a resguardarme en la pared para no ser arrastrada, horrorizada veo como hechizos son lanzados en todas las direcciones y los encapuchados se abren camino sin importarle quienes caen en el medio. Un vuelco en mi corazón se forma cuando me doy cuenta que no veo ninguna cabellera pelirroja.

Empiezo a correr en contra de la corriente, aferrándome con fervor en mi varita doblando por un pasillo y dejando atrás la pelea. Solo quería encontrarlo. El colegio estaba lleno de gente y yo me sentía más sola que nunca. Cuando me concentro en mi camino me quedo estática frente a tres figuras frente a mí.


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Corría escaleras abajo completamente enfurecida. ¡Quería asesinarlo! ¿Cómo puede interrumpirlos? Sólo era un beso, pero Ron es un idiota testarudo y controlador. Lo escuchaba discutir con Hermione quien trataba de bajarle los humos y Harry estaba serio, sus ojos verdes me encontraron y una triste sonrisa se asomó en su rostro creciendo la furia en mi interior. Me cruzo de brazos apretando los labios y volteo sin pensarlo a mirar hacia la ventana encontrándome con Fred. Como Ron y Hermione hablaban y Harry parecía querer desaparecer me escapé a su encuentro.

—¿Qué sucedió ahí? —Preguntó el pelirrojo mientras emprendíamos camino por el jardín de la Madriguera.

—Ron interrumpió el regalo de cumpleaños de Ginny a Harry. —Bufé molesta. —Es un idiota.

—Espero que no interrumpa el nuestro. —Fred sonríe con picardía y entorné los ojos.

—No quiero ni imaginar lo que George y tú tienen preparado.

—¿Quién habló de George? —Bufa Fred. —Sí sí, es mi gemelo. Pero no tengo que compartir todas mis cosas con él.

—¿Tus cosas? —Me detuve alzando una ceja y Fred sonríe negando con la cabeza. Le devuelvo la sonrisa acompañada de una risita. —¿Qué es?

—Nada. No te compré nada. Como te vas de vacaciones no se me ocurrió nada.

—No te creo.

Fred sonríe con cierta malicia. Tomó mi mano y me guió hacia dentro del gallinero para sentarnos en un fardo de paja.

—Vaya. Apreciar a las gallinas es un regalo que nunca olv...

No pude terminar la frase porque Fred comenzó a devorar mis labios, me quede quieta unos instantes sintiendo una llama encenderse y lo sujete por la polera atrayéndolo más hacia mí, respondiéndole el beso, su lengua se abre camino recorriendo toda mi boca, de alguna forma me eche para atrás y el encima, lo sentía recorrer mis piernas hasta llegar a mis caderas, metía su mano por debajo de mi blusa acariciando mi dorso desnudo, me estremecí de una excitación que empezaba a sentir, nos revolcamos por el suelo aumentando la velocidad y el frenesí. Alguien como él me vuelve loca, es mejor que cualquier palabra, irremplazable. ¿Cómo resumir lo que estaba sintiendo? No se puede. Las gallinas camuflarían cualquier ruido que llegáramos a hacer, estábamos escondidos detrás de los fardos, nadie nos podía ver ni escuchar, lo que me dio el valor de quitarle la polera y palmear a mi gusto ese pecho fornido, besar cada una de sus pecas, y el de hacer lo mismo conmigo, besaba mis pechos con deseo...

Hicimos el amor no una, tres veces, cada vez más ardiente que la otra, nos pertenecíamos, nos amábamos en ese gallinero, un regalo de cumpleaños que nunca se me va a poder olvidar.

If I Stay // Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora