Dolor y Consuelo.

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Harry, Ron, Hermione y yo, ese el orden, agachados, gateando por este túnel infernal que nos llevará a la casa de los gritos. Es bastante estrecho para soportar mi claustrofobia mis pulmones gritan urgentes por oxígeno, mi frente empapada de sudor, tengo que inhalar fuerte y tratar de calmarme, siento el corazón por la boca y ya estoy debilitada por los dementores, no sé cuánto tiempo más vaya a durar "estable."

Dejamos de andar y escucho voces, aprieto los puños queriendo ir y matar a estos dos imbéciles, Snape y Voldemort. No parece ser una conversación agradable, Severus suplica por su vida ¿Porque mataría a uno de sus vasallos más leales?

Un ruido, siseo de serpiente y un grito, el señor de las tinieblas se ha ido y solo queda el silencio.

Cuando puedo por fin avanzar, lo hago. Entramos a este lugar circular y grande, siento la bilis subir a mi garganta en un intento de potar todo lo comido en Cabeza de Puerco. Severus Snape está agonizando en una pared llena de sangre, su cuello chorrea y chorrea liquido oscuro, brillante y viscoso, Harry se agacha a su lado, las lágrimas del Profesor son de una mezcla heterogénea, entre líquido y gaseoso. Pensamientos.

Luego de segundos interminables sus ojos oscuros dejan de mirar. No me siento feliz de que haya sucedido, Harry dice que es culpa de la varita de Saúco, merecía una muerte más digna de su persona...más terrible.

Lord Voldemort habló, tenemos una hora para sanar heridas y recolectar a los muertos, y si Harry no va al bosque a la media noche el mismo vendría y mataría a todos. Trague saliva y mire a mi hermano viendo reflejado mi miedo en sus ojos verdes esmeraldas tan profundos, las ultima palabras de Snape resuenan en mi cabeza.

Tienes los ojos de tu madre.

Hermione saca la capa de invisibilidad de su bolsa, tapándonos a los cuatro, salimos del lugar y corremos sin importar que la punta de nuestros pies se vea sin detenerse cuando cuatro personas llevan el cadáver de Colin, mis manos tiemblan. Fue después de la muerte de Tonks, antes de la muerte de Fred. Todavía no puedo llorar. No. No.

El Gran Comedor, una familia de pelirrojos reunidos frente a un cadáver, George estaba arrodillado frente a él sin moverse, Ron salió de la capa y corrió hacía ellos, todavía no puedo llorar. Ginny a un extremo con los ojos hinchados, Hermione sale de la capa igual y se dirige lentamente hacia ella.

-Deberías ir. – murmura Harry pálido. Negué con la cabeza. – Ahora Tai.

- ¿Que harás? No te entregues...Harry...

-Se fuerte Tai. - susurró y luego agarró la capa para sacármela, volviéndome visible y él invisible.

-Harry. – susurré mirando a todos lados. – HARRY! – grité mientras las lágrimas caían por mi rostro.

Una mano cálida tomó mi mano, era Hermione, la miré temblando en pánico, sus ojos también lloraban.

-Se va a....- ¿A qué? No lo sé, todo se congelo, mi corazón se detuvo, caí al suelo junto a Hermione. – No. – susurré sin detener las mil y una lágrimas, las convulsiones de una respiración agitada, me deje abrazar por la castaña y desvíe la mirada del cuerpo inerte de Remus Lupin.

Luego de unos minutos que me mecía en los brazos de mi amiga me levante, y camine lejos del lugar, no me importaba nada, no tengo nada, quizás Harry no muera, una posibilidad, siempre se salva de todo. O que muera, se aleje mientras pueda de este infierno desgarrador. Que escape, la vida duele, la muerte es solo el fin de nuestra trágica existencia.

El castillo está destruido, doy vuelta en una esquina y trago saliva, George está sentado en escombros, la cara desencajada, pero sin lágrimas.

-Deberías llorar. – susurre con la voz ronca. – No todas las lágrimas son malas.

If I Stay // Fred Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora