Las 12 Casas del Zodiaco

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Días atrás...

La euforia de lo acontecido todavía acompañaba al guardián de la octava casa en su camino a Aries, a pesar de que habían pasado un par de días desde que él y Camus se confesaron sus sentimientos.

Se dirigía esa tarde a agradecerle a Mu por su intervención y a contarle que finalmente él y el francés no solo habían hecho las paces sino que ahora tenían una relación, a pesar de que el griego no consideraba necesario ni pretendía andar divulgando su situación sentimental, quería que el tibetano lo supiera como mera cortesía por sus buenas intenciones.

Cuando llegó a Aries su guardián estaba cepillando su cabello, algo en la escena no le pareció bien a Milo, pues lo estaba haciendo lenta y mecánicamente, tenía la mirada perdida y el escorpio inmediatamente se preocupó por su compañero y amigo "Hola Mu" le dijo quedamente, como suponiendo que el mencionado joven se asustaría si hablaba mas fuerte por el trance que cursaba.

Efectivamente Mu se sobresaltó pues no había notado la presencia de Milo y volteó para encontrarse con sus ojos rápidamente "Milo, eres tu...perdona, no te escuché llegar".

Milo entre sonrió "Si ya me di cuenta, ¿Pasa algo?"

El lemuriano negó con la cabeza y le devolvió la sonrisa, la cual para gusto del peli azul se veía fingida "Nada importante, adelante pasa ¿Quieres un café?"

Milo notó el esfuerzo del guardián de Aries por cambiar el tema, por lo que respetó su privacidad conociendo que era algo reservado.

"Si gracias" le contestó el griego mientras se dirigía al comedor, se sentó y le dijo "Vengo a agradecerte Mu..." El lemuriano que se estaba dirigiendo a la cocina volvió la vista para con Milo y arqueó una "ceja" "¿A sí? ¿Qué cosa?"

Milo cerró los ojos y esbozó una sonrisa de lado "En realidad creo que son varias...primeramente la plática que tuvimos el otro día, admito que lograste cambiar un poco mi forma de pensar y aun que en un principio me molesté contigo por casi forzarme a hablarle a Camus con lo del club de lectura, no sería tan feliz ahora si no hubieras usado tu telequinesis para mover el papel de mi nombre a su mano..."

Mu volteó a ver a Milo aterrado y lentamente devolvió sus pasos, sentándose rígidamente junto con él en el comedor, el escorpio tan solo esbozó una sonrisa burlona "No soy tonto, las coincidencias no existen, mucho menos cuando tienes un amigo con poderes telequinéticos y un tanto metiche"

Mu entonces lo miró entre cerrando los ojos y le sonrió pícaramente "Bueno, me atrapaste...probablemente no debí haberme metido donde no me llamaban, pero ya no podía seguir viéndolos así"

"No te estoy reclamando, te estoy agradeciendo" reiteró el griego "Ahora Camus y yo no solo hemos recuperado nuestra amistad, sino que..." Milo se sonrojó pero su semblante seguro seguía acompañándolo"también somos algo más..."

El lemuriano comprendió de inmediato y le puso una mano en el hombro a Milo "Felicidades por eso" le dijo tranquilamente, Milo puso la suya sobre la de él en un bello gesto de amistad y se sonrieron, sin embargo de pronto la mirada de Mu se tornó melancólica, a lo que Milo lo vio extrañado "Debe sentirse muy bien ¿No es así? Ser correspondido" el lemuriano bajó la vista a la mesa, aun que continuaba sonriendo era obvio que algo lo turbaba, de pronto sin mayor explicación dijo "El nunca va a verme como yo lo veo..." Mu retiró la mano del hombro de Milo lentamente y puso ambas entre sus piernas, encogiéndose "Le he dado todo y aun así no ha sido suficiente para que se fije en mi..."

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