...O...
"Vayámonos de aquí antes de que te pida matrimonio sobre un globo..."
"Ouch" pensó el peli aguamarina, pero se mantuvo estoico ante esas palabras y tan solo rodó los ojos esbozando una leve sonrisa, ocultando así su decepción.
"Deberíamos volver al santuario, ya ha pasado demasiado tiempo..." le dijo en un intento por cambiar el tema y así su mente dejara de girar por las palabras del escorpio. Milo asintió con la cabeza, ignorando por completo como esa sencilla oración había turbado tanto al francés.
"Comienzo a extrañar la privacidad de nuestros templos..." mencionó mientras bajaba peligrosamente su mano desde la cintura del acuario hasta su espalda baja.
"Milo..." murmuró tomándole la mano y colocándosela de nuevo en la cintura, el acuario no lo detuvo tan solo porque le hubiera soltado tremendo golpe si se le hubiera ocurrido propasarse en público, sino que además no le podía permitir notar que llevaba algo oculto en su bolsillo: una sortija.
"¿Qué? ¿Demasiado rápido?..." preguntó, obteniendo un prolongado silencio como respuesta.
...O...
Ambos caballeros se encontraban recorriendo las calles ya entrada la noche en búsqueda de un lugar para descansar, después de su plática anterior habían decidido volver a Grecia al día siguiente. Finalmente lo único que pudieron encontrar fue un hotel, se habían estado quedando en hostales para economizar pero decidieron que siendo ya su ultimo día podían darse el lujo de pasar una noche totalmente a solas.
Cuando Camus abrió el cerrojo casi fue atropellado por Milo, quien entró y se tiró a la cómoda cama boca abajo, rebotando en ella por la fuerza con la que se dejó caer. El francés esbozó una ligera sonrisa, no cabía duda que a pesar de que el griego era un caballero calculador, centrado y elocuente en el combate, seguía manteniendo un alma de niño para otras cuestiones.
"Esto se siente demasiado bien..." murmuró el peli azul con la cara hundida en las suaves almohadas "Y se va a poner mejor..." dijo burlonamente al sentir el peso de Camus encima suyo, quien se había sentado sobre su espalda baja poniendo una pierna a cada lado de las caderas del escorpio.
El acuario se inclinó hacia enfrente tomando con sus manos los hombros de Milo y acariciándolos, dándole un suave masaje a lo que el griego soltó un leve quejido.
"Camus..." gimió "Ummm... así, mas a la derecha..." el galo obedeció, apretando un poco más sus hombros, retiró después con delicadeza los ondulados cabellos de su amante con una mano para poder masajear su cuello, con sus pulgares comenzó a formar círculos presionando firme pero suavemente mientras que con el resto de sus dedos acariciaban a cada lado, en una sensación increíblemente relajante, pero que además estaba comenzando a encender la libido de Milo, y eso Camus lo sabía muy bien.
"¿Te gusta?" le preguntó el peli aguamarina suavemente mientras deslizaba sus manos por la espalda del peli azul.
"Uhum" respondió débilmente Milo, como quien contesta entre sueños. Camus se inclinó entonces hasta que su pecho tocó la espalda del griego y sus labios quedaron a la altura de su oreja "¿Sabes cuál es la mejor parte de dormir en un hotel?" le susurró, pero el griego estaba demasiado enajenado en su relajación, además de la deliciosa sensación de sentir por completo el cuerpo de su amado sobre el suyo, así que solo hizo un ruido dándole a entender que prosiguiera.
"No hacerlo..."
No necesitó decir más, con eso Milo se giró, no tumbándolo de puro milagro. El francés podía ser muy serio y pecar a veces incluso de indiferente e insensible, pero sabía como obtener lo que quería de Milo, lo cual este último consideraba más un don que otra cosa.
ESTÁS LEYENDO
El club de lectura
RomanceDespués de la guerra santa y lo sucedido en Asgard los caballeros de oro son revividos, sin embargo aun existen resentimientos entre ellos. Teniendo entonces demasiado tiempo libre Mu y Camus forman un club de lectura, el cual obliga a todos los dor...