-Seung, yo...- Jiyong no sabía qué hacer ni qué decir.
-¡Eres un hombre!- lo mira atónito.
-¿Eh?... Ah, sí. Yo...-
Al pensar que el castaño se habría dado cuenta quién era, pensaba lo peor. Pero Seung Hyun seguía siendo el mismo niño encantador y bingu de siempre...
-¿Por qué te has hecho pasar por una mujer, Jiyong?- frunce el ceño, aunque no podía dejar de mirar el torso desnudo del pelirrosa, sintiéndose nervioso.
-Porque necesitaba que alguien me consolara. Soy hombre, sí. Pero también carezco de afecto como cualquier ser humano- baja su mirada, comenzando a llorar.
Seung al notar lo frágil que se veía Jiyong en ese momento, sintió su corazón oprimirse. Por un momento pensó en su niñez. Cuando fue abandonado por la persona que amó...
Suspiró, negando con la cabeza. No quería recordarlo. No en este momento. Miró decidido al pelirrosa, acortando la poca distancia que había entre ellos y lo abrazó.
Jiyong se sorprendió ante la reacción del menor. Creería que se marcharía.
No lo dudó y apoyó su rostro contra el pecho del castaño, llorando cada vez más. No solamente era por el estrés del trabajo, en ese momento, sentía que la calidez en el abrazo de Seung, lo hacía sentirse querido. Como aquella vez...
-Tranquilo, Ji. No me iré- susurra calmado, acariciando los rosados cabellos del mayor. Por alguna extraña razón, sentía la necesidad de protegerlo y no alejarse de él.
-¿N-no te irás?- alza su mirada, encontrándose con los profundos y bellos ojos de Seung. Con una de sus manos, intentó limpiarse su rostro con lágrimas pero la mano del castaño lo detuvo.
-No. Quiero ser tu Ikemeso. No diré nada a la compañía de que eres hombre- sonríe quitando con su pulgar, cualquier rastro de lágrimas del rostro de Jiyong.
-¿Por qué quieres serlo?- cierra sus ojos al sentir el rostro de Seung acercarse más a él.
-Porque mi corazón ordena que debo protegerte y quitar todo rastro de tristeza en ti, Ji- besa su frente, logrando que el pelirrosa se ruborice.
-Gracias, Seung Hyun- sonríe aliviado, abrazándolo por el cuello. No pudo evitar inhalar el aroma varonil que desprendía el castaño.
"Has madurado tanto"
Piensa Jiyong con una sonrisa.
Seung no dijo nada, sólo capturó con delicadeza la cadera de Jiyong para atraerlo más a su cuerpo y fundirse mejor en el cálido abrazo...
**
Dos semanas han pasado desde que Seung decidió ser el Ikemeso pura y exclusivamente de Jiyong. Ha ignorado a muchas jóvenes que han pedido por él, sólo para estar con el pelirrosa.
Pensó que iba a tener problemas con su jefe ya que, al trabajar sólo para una persona, recaudaría poco dinero. Pero Jiyong al tener en cuenta ese detalle, decidió pagar el triple por sus servicios. El castaño se negó ya que era demasiado dinero, pero ante la insistencia del mayor y su poder monetario, lo convenció.
Ahora ambos se acostumbraron a una especie de rutina. Jiyong terminaba de trabajar y el castaño lo esperaba afuera del edificio para acompañarlo hacia su departamento. Se quedaba un par de horas con Jiyong, quien hablaba sobre su trabajo y se desahogaba si algo le salía mal. Obviamente Seung Hyun, lo consolaba y abrazaba diciéndole que todo saldrá bien.

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Ikemeso
FanfictionKwon Jiyong, un hombre de veintiocho años y bello ante los ojos de cualquier persona, dedica su vida fotografiando tanto paisajes, como seres vivos y objetos inanimados que él cree que son arte ante sus ojos, para luego publicarlos en una revista de...