Mi modelo

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-Seung Hyun, me siento mal- dice en un tono asustado fingiendo marearse, logrando que el menor voltee a verlo.

-¿Qué tienes, Ji?- lo mira y lo sujeta con fuerza.

-Me he mareado. Llévame a tomar aire al balcón, por favor- se aferra al cuerpo del castaño mientras que Seung lo saca de su habitación llevándolo al living para depositarlo con cuidado sobre el sofá.

-No te sacaré al balcón. Estás envuelto sólo con una pequeña toalla y te enfermarás. ¿Cómo te sientes?- se arrodilla frente al pelirrosa acariciando su cuerpo suavemente.

-Más o menos- suspira y mira con tristeza al menor.

-¿Necesitas algo?- lo toma de las manos con delicadeza.

-Agua-

-Está bien. Quédate quieto que volveré en un segundo- sonríe y besa una de sus manos. Se para y corre hacia la cocina.


"Creo que por esta vez logré ocultar la verdad"


Suspira aliviado y se recuesta sobre el respaldo del sofá ya que realmente sintió mucha tensión y miedo. No quería que Seung lo abandonara, menos ahora que por obra del destino, lo había encontrado.

El castaño regresó con un vaso de agua casi corriendo. Volvió a agacharse delante del mayor y le extendió el vaso.

-Gracias, T.O.P- sonríe y bebe unos cuantos sorbos.

-De nada. ¿Te sientes mejor?- lo mira preocupado, acariciando las piernas del pelirrosa con delicadeza.

-Sí, si mi Ikemeso no estuviera conmigo, seguramente me hubiera desmayado-

-Tal vez tu síntoma se deba a que no has comido aún. He preparado el desayuno, ¿por qué mejor no comes?-

-¿Has preparado el desayuno?- lo mira sorprendido.

-Sí, quería que te alimentaras bien mientras no estoy-

-¿Te irás?- hace un puchero logrando que Seung lo mirara con dulzura.

-Sí, debo ir a ver a mi madre-

-Pero... ¿volverás luego?- con sus dedos, juega con el vaso que sostenía.

-Si es lo que deseas- sonríe.

-¡Claro que lo deseo! Además hoy es mi día libre y quiero pasar el tiempo contigo, Seung-

-Entonces volveré en la tarde, Ji-

-¿Lo prometes?-

-¿Prometer? No hará falta, siempre estaré para ti-

Jiyong sintió su cara arder hasta la punta de sus orejas.

-G-Gracias mi hermoso Ikemeso- sonríe y deja el vaso sobre la pequeña mesa que había a su lado.

-No es nada-

El pelirrosa comenzó a levantarse, fingiendo que estaba mareado. Por lo que Seung se levantó y lo sostuvo de su cintura.

-¿Me puedes llevar hacia el comedor? Tengo miedo de caer. Necesito reponer energías con la exquisita comida que habrá preparado mi Ikemeso.

-Claro- sin soltarlo, lo lleva como si de un muñeco de porcelana se tratara, hacia una de las sillas del comedor.

IkemesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora