Problema resuelto

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Pasaron unas cuantas horas que la pareja ya que se encontraba nuevamente en Tokio. Nunca les pasó tan rápido el tiempo como en este momento.

Seung Hyun estaba en silencio, al parecer su mente no dejaba de pensar ante de los ojos de un Jiyong completamente nervioso.

Al llegar primero al departamento del pelirrosa para dejar sus pertenencias, el mayor no pudo evitar suspirar y sentir un nudo en su garganta. Seung Hyun lo notó y lo abrazó por detrás de manera cálida.

-Tranquilo, Ji. Todo saldrá bien- susurra besando con cariño el cuello del mayor y él acarició las manos del castaño que yacían sobre su estómago mientras sonreía con tristeza.

-¿Cómo puedes estar tan seguro? Recuerda lo que sucedió hace unos años- mordió su labio inferior.

-Por algo he hablado con ella. Además, mi madre sabe perfectamente que te amo y ya no soy un niño para que decida sobre mi vida- frunce el ceño.

-Tienes razón, Hyunnie- sonríe y voltea su rostro sintiendo la cálida respiración del menor cerca de sus labios.

-Te amo- dijeron al unísono y unieron sus bocas en un beso para nada necesitado, sólo era cálido y tranquilo.

Jiyong giró para abrazar el cuerpo de Seung Hyun quien no tardó en abrazarlo también, acariciando suavemente su espalda transmitiéndole paz a la negatividad del pelirrosa.

Luego de unos largos minutos abrazados, Ji se separó lentamente mirando a los ojos al castaño quien le sonrió con ternura.

-¿Estás listo, Ji?-

El mayor sólo asintió y besó por última vez a Seung antes de salir del lugar para ir a la casa de la madre del menor...


**


Seung y Jiyong estaban parados en la puerta de entrada, tomados de la mano. El menor antes de abrirla con su propia llave, miró al pelirrosa que se había tensado nuevamente por lo que antes de ingresar besó su mejilla.

-Tranquilo, Yongie. Si algo malo ha de pasar, nunca te dejaré. Confía en mí- susurra y besa ahora la mano que tenían entrelazada para luego soltarla con lentitud.

-Confío en ti- le dedica su más bella sonrisa logrando que Seung Hyun lo besara en los labios.

-Entremos- susurra dulce e ingresa primero seguido del pelirrosa que caminaba detrás de él.

Una vez dentro, el castaño llamó a su madre con su gruesa voz y no tardó un minuto que se hizo presente frente a ellos.

Su mirada se iluminó junto a una cálida sonrisa al ver a su hijo pero cuando desvió su vista hacia el pelirrosa, no pudo evitar fruncir el ceño.


"Mis piernas tiemblan demasiado. Su mirada da miedo"


-Buenas tardes, madre. Llegamos lo más rápido que pudimos- le sonríe.

-Tiempo sin verte, Seung. Cada día estás más hermoso- sonríe y se acerca al castaño, abrazándolo. Luego acarició su rostro con dulzura y luego desvió su vista nuevamente en Jiyong.

-Buenas tardes, señora Choi- hace una reverencia de manera robótica. Se sentía tan nervioso y estático que apenas podía moverse.

-Hola Jiyong- responde de manera seca e ignoró al pelirrosa para observar a su hijo.

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