__ suspiro tirando el agua sucia de los trastos por el desagüe del lavabo de la cocina y miro hacia el perfecto orden que era el mencionado lugar. Sonrió para sí misma orgullosa de su arduo trabajo pero entonces sus ojos se desviaron hacia la bandeja de plata con las pequeñas tazas dispuestas para la hora en la que Reiji acostumbraba tomar el té.
Ella admitió para sí misma que estaba preocupada por el vampiro de ojos color magenta, él se aislaba más de lo normal. Fue a llenar la tetera con un poco de agua caliente y recogió la bandeja para después dirigirse a su habitación.
Toco la puerta pero nadien respondió, empujo un poco y se asomó en el interior. Entro con cuidado y después de dejar la bandeja en el escritorio vio al chico dormido en su sofá con los anteojos al borde de caer de su rostro y un libro en su pecho.
Ella sonrió al verlo y en un movimiento estiro la mano tirando de los anteojos para acomodarlos en la mesa junto a él.
"No has cambiado en nada" pensó con nostalgia y él de un momento a otro tiro de su mano cuando esta vez iba por el libro. Ella amplio los ojos sorprendida apartándose nerviosa.
"Lo siento" susurro mirando el suelo.
"Que haces aquí"
__ se aclaró la garganta.
"Bueno, es que el té" señalo aun sin animarse a ver al vampiro a los ojos.
"Eh...ya veo"
Busco en la mesa sus anteojos y después de acomodarlos en su rostro se levantó.
"Bueno...yo me retiro"
Hizo una reverencia y se dirigió hacia la puerta. Se sentía lo suficientemente incomoda como para querer huir.
"Espera"
Se detuvo con la mano en la puerta.
"¿Si?" pidió mirándolo con curiosidad mientras él se quedó en silencio.
"¿Sucede algo?"
"Eh, no"
__ Asintió y salió en silencio a continuar con sus actividades. El vampiro mientras tanto se acercó a comprobar que el agua estuviera caliente y se quedó mirando las hojas de té en el fondo pensando en la chica y sus detalles.
Sacudió la cabeza, ahora su prioridad era ayudar a __.
XX
La chica camino por los pasillos en completo silencio y suspiro cuando se topó con la ventana que daba al jardín. Cuando era una niña solía mirar hacia la casa asombrada con su gran tamaño, correteando con el peliblanco pegándose como goma aun cuando él se quejaba.
"Que haces espiando en las sombras" dijo Subaru y ella se giró a mirarlo pero el vampiro albino se inmuto por el pequeño rastro de agua que goteo de su barbilla.
"Lo siento"
Él sacudió la cabeza.
"No tienes que hacer eso" susurro y ella se tocó la mejilla.
"Oh, lo siento" susurro tratando de poner una sonrisa en su rostro, pero el albino sabia reconocer cuando alguien fingía felicidad.
"Luces fatal llorando, es molesto"
Ella asintió.
"Lo siento, me iré entonces" murmuro comenzando a caminar, Subaru chasqueo la lengua y finalmente camino para alcanzarla.
"Alguien te hizo daño"
__ se detuvo a mirarlo con curiosidad.
"No..."