Entre Lágrimas Y Pesadillas

Capítulo nueve

Noviembre 10

No sé por dónde empezar...
Lo había visto un par de veces, conversábamos poco tiempo, ya sabes lo normal. Empezábamos con un hola, ¿cómo estás? y terminaba con un adiós en menos de cinco minutos. No podía evitarlo, no podía ignorarlo por más que yo quisiera, era mi vecino, tenía que topármelo de vez en cuando.
No recuerdo mucho de ese tiempo, solo que la escuela cada año organizaba una fiesta, no de parejas y eso, no. Era una fiesta, bueno era como un festival en dónde podías ir solo sin verte como bicho raro o ser el raro que no lleva pareja al baile. También había concursos, karaoke, juegos dinámicos y demás, eran divertidos. Algo en mi quería que Triztan llegara a invitarme, aunque sabía que eso no pasaría.
Aquel día en la escuela, era hora libre, todo el mundo estaba como loco.
Dayana si no estaba comiéndose a su novio, estaba vigilando que Triztan no se me acercara. Pero eso nunca pasó, solo pasaba un par de veces a mi lado mientras yo conversaba y jugaba con Fran, pero él nunca me dirigía la palabra.
Estuve a punto de ir hacia él y no sé tenía dos opciones:
Opción A: Ir hacía él, pegarle una bofetada y besarlo.
Opción B: Ir hacía él, decirle ¡Hey! Aquí estoy, acaso no me notas y entablar una conversación.
Y también estaba la opción C, seguirlo con la mirada todo el día mientras fingía que me estaba divirtiendo con Fran.
—Me escuchaste —la voz de Fran interrumpió mis pensamientos regresándome a la realidad.
—Lo lamento
—Te decía que si irás al baile
—No lo sé, tal vez no —bajo la cabeza mientras deseo que Triztan llegue a invitarme a salir, aunque ya sé que no pasará.
—Oh, vamos yo te llevo
—¿Qué?
—Yo te llevaré
—No, bueno, sí. No lo sé —Sin razón alguna quería echarme a llorar.
—Oh vamos pequeña no vas a llorar o si —preguntó alzando las cejas.
—No, no. Solo que... acepto.
—Yo sabía que aceptarías amiga.
—Eres el mejor —casi grité.
Abracé a Fran, mientras buscaba a Triztan con la mirada pero nunca lo encontré, en su lugar Dayana venía hacía nosotros uniéndose al abrazo.
—Chicos, digan que asistirán al baile —dijo casi suplicándonos.
—Claro que sí, no me lo pierdo por nada del mundo —me esforcé por mostrar una sonrisa.
—Bien, tu vienes conmigo.
Antes de que pudiera decir algo, Dayana ya me había arrastrado fuera del salón en camino a la cafetería, estaba sola, no había nadie. Una vez que llegamos se sienta en una mesa y me mira con cara de cuéntame o te asesino.
—Por qué me trajiste aquí—pregunté cruzándome de brazos.
—Dime que vas a comportarte
—¿De qué hablas? —pregunté extrañada.
—Por favor, ahora no sabes —me fulminó con la mirada. —Sabías muy bien que es un inepto y ahí vas de nuevo a caer en la trampa, sabes creo que no debí dejarte ir de mi casa...

Dejé de escucharla un rato, me sermoneo como por media hora creo yo, y no tuve otra opción más que contarle todo lo que había pasado después de que me dejo en mi casa hasta hoy.
—Está bien, tu tenías razón, yo no. ¿Contenta?
—Un poco sí, pero amiga yo sabía que nada de esto iba a salir bien, así que por favor no vayas a cometer otra tontería.

—Demasiado tarde — susurré.

—Dijiste algo

—No, no. Nada, tú tienes razón y juro que no haré nada malo, me quedaré en casa y no iré al baile. —levanté mi mano haciendo un juramento.

—Si lo harás
La voz de Fran aparece detrás de mí a lo que me doy vuelta inmediatamente.
—Tú mi amiga iras al baile, lucirás hermosa, el tonto de Triztan te verá y morirá de celos al verte con este príncipe—señaló sus pulgares en su dirección.
—Tenían planeado todo esto. ¿Cierto?
Ninguno de los dos respondió a pesar que me mostré molesta. Aunque a decir verdad una parte de mi quería reír por su plan, pero también estaba algo molesta.
—Bien. Ustedes ganan, iré a ese estúpido baile.
—Muy bien dicho. —dijeron ambos.

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