Entre Lágrimas Y Pesadillas

Capítulo cinco

Julio 25
Ya había pasado tiempo desde la última vez que hablamos, no supe más de él, después de que me mandara aquel mensaje, tome mi celular, en la pantalla aparecía su nombre de contacto. Decidí llamarle pero antes de apretar ese botón me arrepentí, guarde el celular fuera de mi vista.

Agosto 1
Ya había pasado tiempo de su mensaje, y mi incidente de casi llamarlo.
Yo ya estaba mejor, ya no lloraba, ya no lo pensaba tanto como antes. Me estaba sintiendo mejor.
Dayana me llevo de compras, me gustaba ir de compras con ella, si pedía algo ella me compraba. Parecía una niña pequeña.
-Llevaremos mi cereal -dije haciendo énfasis en mi.
-Si, si. Tu cereal-puso sus ojos en blanco para después poner el cereal en el carrito.
Seguimos con las compras mientras me detengo a tomar unos dulces alguien más los toma por mi.
-¡Hey! Yo iba... ¿Tú?
-Lo siento, tomalos si quieres.
Extiende su mano pero lo rechazo.
-Y qué haces por aquí -pregunté.
-Mamá me mando de compras, y los dulces son para Sofí, no para mi.
-Pues esos dulces están deliciosos.
Por un momento creí escuchar que decía algo acerca de mi pero decidí ignorarlo.
-Yo... ya me voy -me gire para salir de ahí pero me detiene.
-Te vez muy linda hoy
Pude sentir como el calor subía por mis mejillas. Solo le basto un par de palabras y ya me estaba besando.
Si. Triztan y yo, labio con labio. En ese instante pude sentir como una electricidad me recorría la piel.
-Perdón -habló al separarnos.
-¿Por qué? -pregunté pero creo que no salio de mi voz.
-Solo perdón.
Le sonreí para después volver a besarlo, con la diferencia de que este beso duró más y al final mordí su labio.
Me separe de inmediato de él
-Me tengo que ir.
Caí en cuenta de la realidad, "me tengo que ir" fue lo único que salió de mis labios y corrí en busca de Dayana sin voltear a verlo.
Una vez que llegué a lado de Dayana que estaba a punto de pagar nuestras compras, me preguntó que en donde me había metido pero no dije nada.
Buscaba por todos lados en busca de Triztan pero no había rastro de él
-Buscas a alguien
-No.
-Vámonos niña paranoica

Después de aquel día no pude dejar de pensar en él.