Capítulo diez

4 1 0
                                    

Noviembre 15


Me miraba en el espejo una y otra vez, admiraba ese bello y pequeño vestido, no lo negaba en verdad era lindo. Podría verme muy hermosa y muy feliz, pero por dentro estaba triste, algo rota.
Alguien llamó a la puerta e interrumpió mis pensamientos.
—Annie, estás lista —preguntó Fran.
—Sí, lo estoy. Solo...—busqué en mi cajón aquel collar que Triztan me había regalado y se lo di a Fran —Me ayudarías a ponerme mi collar.
—Aún lo conservas —habló una vez que me colocó el collar.
—Si. Es lindo y además combina con mi atuendo—le dediqué una sonrisa a Fran a lo que me la devolvió.
—Estás segura que quieres ir—preguntó.
—Claro que sí, no me perdería esa fiesta, además pronto iré a la universidad y no me apetecerá salir más que estudiar.
—Sí, claro—puso sus ojos en blanco.
—Dejemos el tema de la universidad para después y dime acaso no quieres que vaya—pregunté alzando una ceja.
—No es eso, pero y si no te sientes bien.
—Te refieres a que veré a Triztan con alguien más, y me pondré a llorar.
—¡No! Yo no....
—Porque no pasará —lo interrumpí.
—Y si corres a sus brazos y me abandonas a mí.
—Te buscas una pareja para que no te sientas solo—hice una sonrisa maliciosa y salí de la habitación.

Minutos más tarde nos encontrábamos frente a la escuela, había personas por todos lados, algunas parejas, grupos de amigos y una que otra persona bailando sola. No pude evitar buscar por todos lados a Triztan.
—Y es así es como luce un baile
—Y más si tu mejor amiga ayuda en la organización.
Si era cierto, había olvidado que a Dayana le encantaba organizar fiestas y eso. Ella en verdad era buena organizando todo.
—Pues no está nada mal. Es la primera vez que asisto a este baile.
Y era verdad, llevaba mucho tiempo aquí y jamás asistí a este baile, incluso si mi mejor amiga era la organizadora, Dayana siempre me insistía en venir, pero yo jamás accedí, este ambiente jamás será lo mío.
—¿Nada mal? Pero si me quedó perfecto.
—Y ahora que se supone que debemos hacer—pregunté—beber hasta caerme de borracha y así bailar arriba de la mesa como loca.
Los tres estallaron en risas y los miré mal.
—Ricitos, ricitos. Tienes mucho que aprender—habló Dylan y me dio unos golpecitos en mi hombro.
—Primero hay que bailar o vete a sentar y esperas que alguien te invite a bailar.
—Creo que elegiré sentarme hasta que nos vayamos—antes de que caminará Dayana me detuvo.
—No tan rápido amiga. Tu y yo, y esos dos—apuntó a los hermanos—vamos a pasar una buena noche.
—Qué tal si mejor Fran y yo vamos a... —trataba de pensar en algo, pero no sabía que decir —A los juegos. Si eso.
Jale a Fran para que viniera conmigo antes de que Dayana me detuviera. Caminamos rápidamente hasta donde había personas un juego donde tenían que atinarle para que la persona cayera al agua. Y mi sorpresa fue ver a Derek ahí sentado burlándose de las personas que no podían tirarlo.
—¡Vamos! Es todo lo que tienen. Mi abuela lanza mejor que ustedes.
—Quieres jugar Annie —preguntó.
—No gracias, tengo muy mala puntería.
Seguí mirando a Derek, me sonrió y le devolví la sonrisa.
—Annie quieres intentarlo—preguntó Derek.
—No gracias, no tengo buena puntería.
—Vamos es para caridad.
—Verte caer a esa agua—apunté hacia el estante y negó con la cabeza.
—No pequeña, cada año estoy aquí sentado recaudando dinero para... Bueno es una larga historia que no contaré aquí sentado.
—Oh, está bien
A continuación Fran estaba tratando de derribar a Derek pero fallaba.
—Vamos niña. ¡Lanza!
Fran iba a lanzar cuando una pelota dio en el blanco tirando a Derek al estante de agua.
—Buena puntería —salté emocionada
—Yo no lo hice —confesó.
—Yo lo hice —habló una voz detrás de mí.
No tenía que voltear a ver quién era, conocía esa voz. Comencé a jugar con mi collar hasta que giré poco a poco, vi como Triztan sonreía con malicia.
—Bueno mi turno acabó —salió Derek a mi lado todo empapado —Creo que puedo contarte esa historia —Miró a Triztan y después a mí.
Y yo hice lo mismo veía como Triztan me miraba y no solo eso, miraba como jugaba con el collar que me había regalado, me sonrió por un momento y dirigió su mirada a Derek, su rostro empezaba a molestarse, veía a Fran con cara que ¡sal de aquí! y a Derek, bueno Derek, creo que estaba más confundido que yo.
—Bueno yo... Creo que iré...
—Con gusto quiero escuchar tu historia Derek —me giré para ver a Derek.
—Claro. Solo voy a cambiarme y....
—Yo voy contigo—lo interrumpí.
—Eh... Está bien.
Caminamos a un lado de Triztan, intentó bloquearme el paso, me quedé quieta por un par de segundos y seguí mi camino del brazo de Derek. una vez que entramos a la escuela me detuvo y me interrogó.

—¿Qué pasa?
—Pasa que te acompañe para puedas cambiarte y contarme esa fabulosa historia de...

—No me refería a eso — me interrumpió.

—Oh, te refieres a lo que paso afuera—dije sorprendida —te tumbaron al agua—hablé rápidamente y volví a jugar con mi collar.

—Annie—alargó mi nombre.

—Derek—hice lo mismo a lo que me miró mal.

—Hablo en serio-se cruzó de brazos esperando mi respuesta.

—Fran es mi mejor amigo, es un excelente amigo...—me detuve al ver su cara de no bromeo —Está bien. Triztan y yo terminamos. Feliz.

—En parte sí. Pero acaso me usas en algún retorcido plan contra él.

—No, yo no sabía que él estaba ahí, y en verdad quiero saber esa historia— hice puchero y le sonreí.

—Te creo. — Entro al baño y yo me senté en la banca que esta alado del baño de hombres. — La historia del porque hago esto cada año es porque cierta cantidad es donada a una casa hogar para niñas, las niñas que están ahí son cuidadas por monjitas, pero no tienen muchas cosas así que yo hago lo posible por ayudarlas.

—Y porque yo no sabía eso

—Porque nadie lo sabe. No soy muy popular que digamos— salió del baño y rasco su nuca.

—Yo tampoco lo soy—me encogí de hombros.

—Pero tú eres popular por ser la novia—negué con la cabeza e hice una mueca—perdón, la ex novia de Triztan.

—Eso no es verdad

—Si, como sea. Tal vez supieras de eso si el año pasado estabas repleta de miel con Triztan.

—Cállate quieres —lo fulminé con la mirada.

— Esta bien. Quieres algo de comer —negué con la cabeza—yo sí.

—Estar todo el día ahí es cansado, ¿no?

—Algo así, pero pienso en esas niñas y lo feliz que las haré.

—Vaya. Me acabo de deprimir

—¿Cómo?

—Nada, pensé en voz alta.

Mi mente no dejaba de pensar en Triztan, en la forma de cómo me miró cuando vio que aún conservo su collar, su repentino comportamiento. Seguí pensando un buen rato que no me había dado cuenta que estábamos frente a un puesto de comida.

—Annie, en serio no quieres nada de comer, todo se ve delicioso.

—No, no. Yo... iré a buscar a Fran

No dijo más y comenzó a comer, salí en busca de Fran, pero no lo encontraba, tal vez encontró a alguien más y se divierte más que yo. Seguí caminando hasta que por fin lo encontré hablando con otro chico, caminé hacia él cuando de pronto Triztan apareció enfrente de mí y casi choco con él.

—A dónde vas tan rápido nena —sonrío y sabía bien cuanto odiaba que me llamaran nena.

—No te importa —dije tratando de hacerme un lado y seguir mi camino, pero de nuevo bloqueó mi paso.

—Tranquila, pero tienes razón no me interesa.

—Bien, podrías dejarme pasar por favor —me crucé de brazos y puse una expresión seria.

—Está bien, corre con tu novio Derek

Di un paso, pero me detuve al escuchar eso, di media vuelta y dije:

—Acabo de estar con él —le sonreí y seguí caminando hasta donde estaba Fran.

—Hasta que apareces —Fran se cruzó de brazos a lo que lo imité.

—Tú te desapareciste

—No fui yo quien se fue con el señor tenebroso

Ciertas veces Fran solía llamar a Derek señor tenebroso solo porque se vestía de negro y creo que ver tanto Harry Potter ya le estaba afectando.

—Okay, okay. Ya entendí. —Alce las manos en son de paz

—Amiga mía, vamos a divertirnos. —me jaló del brazo en camino haciadonde estaba el baile. 

Entre Lágrimas Y PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora