Después del adiós. (Parte I)

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"Te he dejado pensando en muchas cosas pero ojalá pienses un poco en mí."

M. Benedetti.

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29 de abril del 2015

Hay ciento tres pasos entre el altar y la salida del jardín pero pueden llegar a ser sesenta y uno si se camina a prisa o menos si se corre, él lo sabe, lo ha rectificado más de tres veces desde que ha ido por primera vez al lugar, sin embargo, nada tiene de relevante esa información si aquella farsa continua, son las cinco con tres minutos del día pero afuera aún esta oscuro sin embargo, eso no parece impedimento para desarrollar el trabajo de la gente en el jardín, aprieta los puños sin poder evitarlo mientras mira desde la ventana de su habitación en el quinto piso la rectificación de los últimos detalles.

Ha sido el último en llegar de los cuatro aunque sospecha que no es el único en desear no estar ahí, ha venido directo del aeropuerto y es más que obvio que está cansado ha pillado el último permiso de vuelo del día para salir de Nueva York lo más tarde posible, hubiera querido no llegar pero aquello sería imperdonable y aunque esté totalmente en desacuerdo sabe que debe estar ahí, no es por cuestión social o compromiso sino su presencia se debe a un asunto de lealtad y amistad, así que no, no es discutible su presencia ahí, admite por fin que es inútil seguir dándole vueltas ese asunto por más tiempo, corre las cortinas y da media vuelta mientras se deshace de la chaqueta necesita dormir un poco y no puede saltarse el almuerzo con los demás.

A las diez con tres minutos baja a la terraza del tercer piso para desayunar con sus amigos, suspira largamente antes de llegar a la mesa y no tiene que preguntar qué sucede para darse cuenta del tenso ambiente, lo que además sería una imprudencia, se limita a conversar solo con los chicos y evita mirar a las chicas porque no tiene que ser un genio para saber lo que ellas piensan, aguanta estoicamente al igual que el resto de sus acompañantes la aburrida conversación de la novia y su efusiva actitud ante la proximidad del evento, ríe irónicamente cuando mira en la cara de Jae Kyung dibujarse en una mueca de alivio cuando su próxima cuñada se levanta de la mesa "¿quién pudiera verla?" hace seis años cuando ella era la loca prometida torturando a dos enamorados la cosa parecía diferente por lo menos para el resto lo fue al igual que ahora mismo, pero prefiere tomarse el resto de su bebida antes de querer pronunciarlo en voz alta.

Yi Joung mantiene esa fingida tranquilidad y esa sonrisa falsa que todos conocen mientras continúa unos minutos más con ellos en la mesa, para cuando se levanta, la señora de Yoo suelta el aire contenido y un comentario mordaz sobre los ausentes tan bajo que solo él puede escucharle solo porque está a su lado, Jae Kyung nunca se guarda nada quizás por ello Ji Hoo la toma de la mano tratando de consolarla, una acción que sucede con Jun Pyo y Jan Di justo al mismo tiempo, esos amigos suyos y sus cursilerías no pueden evitar recordarle que es el único soltero.

Y un silencio incomodo se prolonga unos minutos más hasta que Jan Di reciba una llamada y mire angustiada a Jae Kyung y se levanten casi corriendo dejándoles solos, pero no, no hablaran de Yi Joung y la estupidez que cometerá en unas horas porque a pesar de estar molestos nada pueden hacer, no son más unos críos y bien saben que la acción de su amigo no es coaccionada sino más bien estudiada y premeditada por el mismo, algo que sin duda le ha defraudado pero vamos... ¿qué pueden hacer? Yi Joung a diferencia de Jun Pyo nunca se ha dejado dominar por sus emociones así que si ha decido hacer esto es porque lo ha pensado lo suficiente.

La ceremonia iniciará en menos de dos horas pero el rostro pálido de sus amigas le previenen de algo terrible, y quisiera creer que no es lo que imagina pero el rostro de los chicos le confirman que sí lo es, así que sin más se aventura a preguntarles directamente "¿a qué hora llegará?"

Jan Di lo mira fijamente por un segundo antes de responder –En unos minutos aterrizará su avión- consulta su reloj antes de volver hablar con una leve sonrisa en los labios –De acuerdo, iré por ella entonces-

-¡Woo Bin...!- El rostro de Jan Di vacila entre la sorpresa y el terror, pero antes de que pueda decir algo más es Jae Kyung quién habla –Ve por ella, por favor- da un paso adelante y enfrenta a Jan Di -¡Ella necesita verlo, necesita enfrentarlo!- la aludida asienta con la cabeza silenciosamente y terminar por sonreír levemente mientras Jun Pyo la cobija entre sus brazos, Woo Bin gira sobre sus pies y empieza a correr al segundo mientras su mano derecha busca en el bolsillo del pantalón las llaves de su auto, conduce como loco por la carretera y no suelta el acelerador sino hasta entrar al aeropuerto, y apenas se baja inicia una nueva carrera hasta llegar a la sala de arribos, llega justo cuando la puertas de cristal se abren, le cuesta respirar y mantenerse en pie, pero al verla se le olvida todo aquello, el rostro siempre alegre de Ga Eul ahora solo muestra serenidad y un deje de tristeza, sin embargo aún tiene animo de sonreír en cuanto le ve, y susurra un suave "gracias" que Woo Bin no está muy seguro sobre si realmente lo dijo o lo imagino, pero él toma su equipaje y lo guarda en auto antes de abrirle la puerta e ir al hotel en silencio.

No tiene invitación ni mucho menos habitación, algo que si lo piensas bien es lógico, al menos el idiota de su amigo trató de minimizar el golpe alejándola pero entonces "¿cómo planea entrar?" deseó preguntárselo pero no lo hace, en cambio cuando llegan media hora después al hotel la toma de la mano frente a la recepción y van directo al elevador, a su lado nadie preguntará, nadie cuestionará se ha convertido sin decir nada en su acompañante y no suelta su mano sino hasta llevarla a su habitación, coge su traje colgado en el armario mientras habla -Serás mi acompañante, siente libre de hacer lo que tengas que hacer aquí, vendré por ti en un rato más- y coloca el pequeño equipaje de ella sobre la cama y da media vuelta rumbo a la salida, y responde un "de nada" sin mirarla cuando ella dice "gracias Woo Bin", aunque se queda recargado en la puerta cuando la cierra unos segundos y no está del todo seguro pero puede apostar a que escuchó sus sollozos.

Consigue una habitación extra en el mismo piso a costa de un soborno demasiado alto, y media hora después sale de ella listo, con traje de media etiqueta en color azul neutro, corbata a tono y camisa blanca camina sobre el pasillo dispuesto a acudir a semejante evento ha omitido el chaqué a pesar de ser considerado padrino, pero se muere de ganas de molestar a los novios, una sutil venganza que ha preparado desde el instante en que tuvo en sus manos la elegante invitación de boda, pero antes de ir por Ga Eul es interceptado por sus amigos –Esta en mi habitación- no tiene animo de hablar y al parecer sus amigos tampoco –Yo la llevaré, pueden adelantarse-

A las tres con ocho minutos de la tarde entra al jardín del hotel sosteniendo su mano, puede sentirla temblar pero su rostro se mantiene sereno a cada paso que da, no está seguro si podrá mantenerlo pero prefiere ser solo su compañero, el lugar esta elegantemente arreglado, atiborrado de la gente más rica del país y puede ver a más de cuatro de sus examantes que le miran curiosas ya que nunca suele llegar acompañado a un evento de tal magnitud donde las miradas curiosas hostigan demasiado, la lleva junto a sus amigas mientras él se dirige al bar donde ya están sus amigos le apetece un wiski doble, sería un mentiroso sino confesase que esta algo más que nervioso así que se toma la bebida más rápido de lo previsto pero la garganta aún la siente seca.

Dos minutos después en el aire se eleva la voz del maestro de ceremonias invitando a los presentes a ocupar su lugar correspondiente, sin embargo se resiste, desde el bar mira a Yi Joung ocupar su sitio en el altar y escucha al trio de cuerdas iniciar una melodía mientras que en la entrada del lugar la silueta de la bella novia aparece, Yi Joung por fin levanta la mirada y en cambio solo puede identificar a Ga Eul en medio de la multitud, y solo él es testigo de semejante escena, de la breve fracción de segundo en el que a su mejor amigo el mundo se le vino encima, pero pronto recompone el rostro y sonríe elegantemente mientras toma de la mano a la que será ahora su esposa.

En su interior se remueven sentimientos que jamás pensó sentir, sigue sin moverse de su lugar y observa detenidamente el juramento de los novios y cuando los ojos de Ga Eul se llenan de lágrimas mientras observa la culminación de la ceremonia algo en su interior estalla, pero termina de beberse la tercera copa, el bullicio estalla cuando lo novios por fin se besan pero en ese mismo instante Woo Bin ha decido parar esto sin pensárselo mucho, Yi Joung y Ga Eul se miran por algunos segundos, los mismo que a él le toman llegar hasta ella y tomar su mano, no importa lo que ha dejado atrás, solo importa ella, solo le importan los sesenta y uno pasos que le tomarán salir de ahí.

En silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora