Prólogo

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Todavía no sé cuál fue mi peor error: haberla conocido o haberme atrevido a enamorarme de ella.

Siempre supe que había algo en aquella chica de cabello negro que me generaba intriga y me daba la sensación de que algo no andaba bien. Sus ojos cafés transmitían muchas emociones a la vez, y me era imposible describirlos. Se movía con mucha rapidez y nerviosismo, como si siempre estuviera preocupada por algo.

Su nombre era Isidora, pero sus compañeros preferían apodarla como "inútil" o "tonta". No era la chica más bonita que había visto, pero era única, inconexa, distinta, tan ella que te daban ganas de correr y abrazarla ahí mismo, de decirle que lo que los demás decían sobre su delgadez o su expresión de desconcierto no era cierto, y que se veía bien a pesar de sus ojeras marcadas y su mirada perdida.

Quisiera haber podido ayudarla, pero he sido un completo cobarde. Lo único que me queda es dedicarle estas palabras incoherentes y pasar la vida pensando en sus constelaciones, en aquellas galaxias que jamás podré explorar.

Mi nombre es Manuel, pero este libro será sobre otra persona mucho más relevante que yo. Una persona que siempre ha existido, pero que nunca ha tenido la oportunidad de mostrarse al mundo por los prejuicios que había en él.

Espero que, esté donde esté, continúe siendo ella misma.

La chica de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora