Capítulo uno

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Su ropa solía ser muy holgada y varias tallas mayores a la que en realidad le correspondía. Siempre estaba con la cabeza gacha y algo encorvada, lo cual le daba un aire bastante introvertido y cerrado. Quizás esos dos aspectos que tanto resaltaban de ella provocaron que no le agrade al resto del curso.

Tengo la teoría de que sabía que no le caía bien a los demás, pero eso no le importaba en lo absoluto. Puede que nunca haya logrado tener amigos, y que el tiempo le haya vuelto fría e indiferente, como si estuviera en otro planeta y no en el salón de clases.

A veces me pregunto «¿Qué hubiera pasado si me acercaba a hablarle? ¿Me hubiera rechazado? ¿Hubiéramos sido amigos?»

Aquellas preguntas ya no podrán ser respondidas; ya es demasiado tarde como para pedir respuestas a interrogantes que jamás se han hecho.

La chica de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora