Capítulo seis

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Al día siguiente, Isidora me dirigió una mirada llena de reproche. Era la primera vez que lograba descifrar algún sentimiento en sus ojos color café, y creo que sabía cuál era el motivo de su odio hacia mi.

—¿Por qué?—susurró con la voz quebrada.

—Lo siento—fue lo único que alcancé a decir.

Como el cobarde que era, le di la espalda y me alejé de la chica a la cual amaba sin tener ni la más mínima idea de que lo hacía.

La chica de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora