So What- P!nk

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El cabello de uno de mis hermanos me hacía cosquillas en la cara, con cuidado de no despertarlo lo aparte de mi regazo y me preparé para un nuevo día.

La cocina estaba sola y apestaba a desinfectante. Decidí que haría papas rellenas para el desayuno.

- Cariño, estoy en casa.- Gritó el loquero desde la entrada.

- Cuando dijiste que llegarías temprano, no pensé que tan temprano.- Reproché.

- Bueno, sabes lo que dicen, al que madruga...

- ¿Se lo lleva la corriente? Espera, así no era. Ayúdame con las potatos – Se acercó a la olla – ¡cuidado! está caliente.

- Tarde – se quejó. – Demonios

- ¿Te quemaste mucho? – Mojé un trapo con agua fría y me acerque a su mano. – Extiéndela

- Seguro, Doc. – Examiné su herida antes de poner sobre ella el trapo. - ¿Deberé de comprar un aparato para mi novia o aun puedo usar los dedos?

- Tonto – lo golpeé leve en la cabeza. - ¿Te duele?

- Me arde mucho. – Apretó mi mano con el trapo en su herida. – Definitivamente, no sirvo como chef.

- Vamos, eres mi pinche. Aunque eres estúpido por querer sacar un par de papas hirviendo.

- En mi defensa, no sabía que estaban calientes. Cambia de trapo por favor siento como si se me estuviera peg... - quite el trapo de su palma.- peaskjsgrndo! ¡HAAA! – Parte de la piel de la palma de su mano se quedó en el trapo.

- Oh por todas las putas de Irak. Segundo grado. Quemadura de segundo grado. ¡Apolo! ¡Apolo! – Grité. – ESTUPIDO RUBIO DESACEADO, ¡TRAE MIS LLAVES DEL AUTO! Ven, loquero. – Lo lleve al fregador y sumergí su mano en agua fría. - ¿Alivia el dolor?

- Las tengo, aquí están las llaves, Sis. – Apolo llegó solo con un bóxer rojo, descalzo y mucho muy despeinado.

- Genial, ábrelo. Saca el botiquín que hay en los asientos traseros y abre las puertas del costado izquierdo.

- Dans une seconde, soeur. – Apolo habla su idioma natal cuando se pone nervioso.

- Llegaremos en 5 minutos, prepárate rubio.

- Je suis prêt.

- ¿Te calmó el dolor loquero?

- Claro, esa cosa, la pastilla. Parece magia, ya no siento dolor.

- Si bueno, es el efecto fundamental terapéutico deseado de la droga. – Le contesto mi hermano.

- ¿Disculpa? – EL loquero lo miró como si lo hubiera sumergido unas chokis en jugo de limón.

- Si, bueno, La mayoría de los fármacos actúan inhibiendo o estimulando las células, destruyéndolas o reemplazando en ellas determinadas sustancias. ¿Qué no te dieron farmacología en las grandes ligas? – Mi hermano y yo somos unos locos de la medicina debido a que papá nos llevó a un campamento militar.

- Soy psicólogo, no doctor.

- Solo los psiquiatras pueden medicar, Apolo. Llegamos. – Dije.

Apolo le estaba envolviendo la mano al loquero con un trapo nuevo cuando una enfermera nos paró en un pasillo del hospital.

- ¿Puedo ayudarlos, jovencitos? – Una enfermera con cara de fuchi se nos acercó.

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2017 ⏰

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