Una ruptura de una relación que nunca comenzó.
Un chico.
Una chica.
Y una serie de cartas que se basan en recuerdos que cambiarán la vida de él, dándose cuenta que ahora recuperarla a ella es demasiado tarde.
OBRA ORIGINALMENTE PUBLICADA EL 16-SEPT...
La tercer carta me había dejado un poco mal por el hecho de que me odiaba. Era un poco tajante la forma en que lo escribió y yo solo decidí proseguir con la cuarta carta.
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D.O
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Ahora te hablaré de la primer persona que me quiso. Y no, no hablo de mis padres. Te hablaré del chico al que le gusté. Él primero que tuvo el valor de decírmelo.
Lo conocí por accidente, cuando el ya me conocía. (Extraño, pero así lo fue)
Estaba enfrente de cafetería durante mi ultimo año en la escuela elemental, él siempre estaba con sus amigos y era algo popular, ya que el estaba en su segundo año de la escuela primaria.
Tú, como cualquiera, sabes que siempre hay un grupo de chicos que se creen los intocables y los mas cool del colegio, un grupo que consta de 4 chicos o máximo 5 que se creen lo mejor de lo mejor. Si, él era parte de ese grupo exclusivo.
Muchas chicas (tanto de mi salón como de otros grados en los que él estuvo) morían por salir con él, más sin embargo yo no lo hacía.
Yo era diferente al resto de las chicas del grupo. Además en ese tiempo estaba mas interesada en aprobar mis materias que en socializar con chicos populares... los inalcanzables del colegio.
No te rías Hanbin, en algún momento de mi vida fui una chica seria. Creeme en cuanto te lo digo.
Eso y mucho más cambio cuando llegaste tu, pero este no es tu momento.
Regresando al tema:
Mi salón estaba detrás de las escaleras del segundo piso que daba frente a las canchas deportivas. Y cada descanso era un deleite para quedarse dentro del salón, y mis compañeras de grado pensaban igual ya que esos cuatro inalcanzables fingían jugar básquetbol.
Y no solo por tener esos cuatro cara bonita conquistaban a las chicas. No. Ellos jugaban sin camiseta y creeme, eso hacía aún mas divertida la situación dentro del salón ya que todas las chicas babeaban a mas no poder viendo sus movimientos y de manera innegable, su bien formado cuerpo.
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Y mis celos se dispararon.
Realmente nunca creí que JiSoo me estuviese contando eso.
Hasta me hace recordar las veces que Bobby y yo jugábamos básquetbol sin camisa y mi JiSoo solo volteaba la vista de nosotros y nos pedía que nos volviéramos a poner nuestras camisas. Mas a mi ya que decía que le avergonzaba verme casi desnudo.
