Capítulo 3

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Ese era Yoosung, ¿verdad? Aunque no tuviera lentes, lo distinguía. Esa manera de expresarse, de hablar con las manos, de gritar cuando le emociona algo. Definitivamente es Yoosung, no hay segundas opciones.

No iba a poder pasar por allí, de cualquier forma que lo hiciera me verían, tanto ________ como Yoosung.

Pero luego recordé, que mi querido amigo rubio es un despistado total; no se olvida la cabeza porque esta pegada a su cuerpo. Y por supuesto, como yo no estaba usando los lentes, existía una pequeña posibilidad, de que no se diera cuenta de ello («aunque en varias ocasiones me ha visto sin los anteojos» pensé). En aquél momento sólo debía apostar a la suerte, y que ojalá, se apiade de mi por un momento.

Caminé en dirección a ellos; no precisamente para hablarles, sino más bien para entrar a mi salón. La cabeza la llevaba gacha, por ende sólo me miraba las zapatillas color azul rey que llevaba puestas ese día. Cada vez más cerca empecé a impacientarme y de si estaba correcto pasar por allí, en vez de esperar en otro lugar (como el baño) a que acabara los diez minutos de descanso.

Ya estaba ahí, estaba con ellos. Pero no me quedé junto a ambos, solo quería pasar a mi salón, sentarme en mi pupitre, tomar el celular y buscar lo que fuera que encontrara en él para distraerme.

Pero ni siquiera eso pude llegar a hacer. Cuando caminé junto a Yoosung para pasar al salón, éste me pasó su brazo por mi codo, sujetándome así, con fuerza (la que él, obviamente, podía ejercer)

-Y ya que hablábamos de Roma, te presento al rey de ésta. ¡Luciel Choi!- levantó en exclamación el brazo con el que no me estaba sujetando. Incluso sonreía.

Ahí, con solo aquello, no sabía que hacer o decir. ¿En verdad Yoosung, es muy idiota para hacer esto? ¿Presentarme así como así?

Mis manos sudaban, y mis neuronas no mandaban ninguna respuesta al cerebro para que hiciera o dijera algo; cualquier cosa estaría más que bien en aquel momento. Pero no podía hacer nada. Ni moverme siquiera. Paralizado en aquel lugar, en el que a mis espaldas, se encontraba la chica la cual yo he amado desde que entramos a esta universidad.

Yoosung jaló con fuerza (¿de dónde la sacó? Quien sabe, quizás jugar LOLOL le ha fortalecido también los brazos) hacia él, y me obligó a girarme y observar a la chica. Aunque estuviéramos frente a frente, no iba a mirarla. Simplemente no.

-Oh ya veo.- pronunció con delicadeza. Siempre tenía ese tono de voz, dulce y amable.

-Oye Seven, le contaba que eres muy bueno en matemática.

-S-Si, pero en la universidad... No existe tal materia a cursar.- explique como pude, ya que la voz se escuchaba bastante nerviosa.

-Me hubiera servido mucho tu ayuda en la secundaria...- dijo con voz pensativa. -Ahora que lo pienso, a mi hermana le esta costando esa materia... ¿Que tal si la ayudas? Te pagaré.- sonrió amistosamente. A su vez, Yoosung sonrió de manera extraña; como victoriosa y feliz al mismo tiempo.

-Uhm... Yo... E-En realidad, ya estaba ayudando a Yoosung con eso.- el rubio esfumó su sonrisa de sopetón. Lo mire de reojo y sus ojos cual amatista mostraron sorpresa, y su boca quedó entreabierta.

-Oh... Ya veo.- sus ojos se dirigieron a su izquierda, donde se encontraba su salón. Quién sabe que estaba mirando.

Al instante, Yoosung reaccionó.

-¡Cambiaré mi horario!

... ¿Que demonios estaba haciendo? ¿Por que buscaba convencerme para que le explicara a la hermana de ______?

Love In Secret [707 & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora