4. Y fue ese día lunes.

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Natasha podría quedarse por siempre aquí. Aguas cristalinas, arena suave, y Steve solamente con unos shorts cortos.

Acomodo sus lentes de sol, mientras Steve quitaba su mano de la cintura de la chica para empezar a acomodar las toallas y la sombrilla, donde pasarían todo su día lunes.

Se tendió sobre su toalla, mientras sacaba su protector solar.

― Hola preciosa, ¿Necesitas ayuda? ―Un hombre guapo, cabello color castaño y ojos miel de encanto, piel tostada y una sonrisa coqueta, se acercó a ella. ―

Natasha devolvió la sonrisa, pero antes de contestar, Steve habló por ella.

― No, no necesita ayuda. Yo, su novio, se lo aplicara. ―Acentuó la palabra "novio", dejándole muy claro a Natasha que el soldado americano estaba celoso―

El hombre de sonrisa coqueta frunció el ceño y se alejó, en busca de una nueva conquista.

La rusa miro a Steve divertida, mientras este le empezaba a aplicar el protector solar en la espalda a Natasha, haciendo pequeños masajes y de vez en cuando mirando a la dirección en que el castaño se había ido.

Al terminar, Natasha besó su mejilla, y le regaló una de sus típicas sonrisas coquetas.

― ¿Estabas celoso, Rogers?

Este se sonrojo, pero evitó la pregunta y le paso el protector solar.

― Es mi turno.

La pelirroja repitió las acciones de Steve, y cuando termino de aplicar, vio como una rubia en bikini rosa se acercaba a ellos.

Sharon Carter.

― ¡Chicos! Miren que casualidad encontrarnos aquí.

― ¡Sharon! ¿Cómo estás? ―Steve abrazo por la cintura a la pelirroja, mientras esta daba una sonrisa falsa―

― Bien, ¿y ustedes?

― No podríamos estar mejor... ―La pelirroja miró a Steve, mientras sonreía. ― Necesitábamos tiempo de pareja, y a Steve se le ocurrió la genial idea de venir a Miami.

Sharon apretó levemente los puños, aguantándose los celos, acción que no pasó desapercibida por la rusa, quien sonrió aún más.

― Me tengo que ir, mis amigas me esperan. ¡Fue un gusto verlos!

Y se fue, agitando levemente las caderas, haciendo que Steve quedará pasmado.

― Steve, lo hicimos, Sharon estaba celosa. ―La rusa dio un pequeño golpe en el hombro del súper soldado, quien aún no reaccionaba― ¿Steve? ―Lo agito, este aun no reaccionaba― ¡Soldado de pacotilla!

Grito, mientras la palma de su mano iba a parar a la espalda del americano. Este dio un respingo, mientras se echaba para atrás, recostándose en la toalla. Natasha aprovecho esta acción para ponerse a horcajadas sobre él, mientras entrelazaban sus manos.

― Solo debes esperar unos meses más, y ella será toda tuya.

― No hablemos de eso, estamos en Miami, vamos a disfrutar.

Natasha se levantó a la par de Steve, él la tomo tal cual princesa y corrió hacia el agua, mientras la rusa daba pequeños gritos y se aferraba al cuello de este.

Pasaron horas metidos ahí, riendo, robándose algunos besos, y salpicándose mutuamente agua. Salieron a las seis de la tarde, con las puntas de sus dedos arrugadas y con sonrisas de felicidad pasmadas en su cara.

Las pequeñas gotas iban desapareciendo a medida que las toallas pasaban por sus cuerpos, Steve volvió a ponerse una polera, que irónicamente, tenía su escudo estampado, mientras Natasha se ponía un vestido de playa blanco, que dejaba traslucir el bikini negro que llevaba.

Entrelazaron sus manos, mientras volvían a la habitación de hotel que Tony había reservado para ellos, gracias a Steve, el mismo hotel en que Carter se hospedaba.

Dejaron sus cosas, mientras cada uno entraba a un baño, para quitarse los restos de arena y el agua salada del cuerpo.

En el baño de Natasha rápidamente se inundó en vapor, tarareaba una canción en ruso cuando sintió la puerta abrirse.

― Solo soy yo, te he venido a dejar tu bata y las toallas, las has dejado afuera.

La rusa hizo un sonido de aprobación, y siguió tarareando.

Steve quedó pasmado, por segunda vez en el día, observando la silueta del cuerpo de la rusa, agito la cabeza, saliendo de su ensoñación.

Seguramente habría estado pensando en Sharon, y luego confundió la silueta del cuerpo de su amiga con ella.

Natasha salió de la ducha a los segundos después de que Steve cerrara la puerta tras su ensoñación, seco las puntas de su cabello, y luego se puso su bata.

― ¿Lo has pasado bien hoy?

Ella sonrió, mirando al hombre quien cambiaba los canales de la televisión una y otra vez.

― Más que bien, gracias.

― ¿Por qué? ―Steve se acercó a ella, con una sonrisa―

― Sin tu idea loca de venir a Miami, probablemente yo estaría encerrada en busca de una nueva misión.

Steve sonrió más, y Natasha unió sus labios.

"Solo es una práctica, nada más, todos necesitan practicar."

El beso se fue intensificando poco a poco, la rusa puso sus brazos alrededor de la nuca del americano, mientras este la acercaba más a su cuerpo.

La mano de Steve fue a parar al nudo de la bata que cubría el cuerpo desnudo de Natasha Romanoff, tiro solamente un poco, y luego retomo la cordura.

Se separaron, los dos fingieron que la última acción nunca había pasado, mientras Steve se convencía a sí mismo que eso solo fue producto de una calentura del momento.

Romanoff entró nuevamente al baño, para luego salir con su típico pijama de una polera de tirantes y unos shorts cortos.

A la mitad de la noche, estaban en su posición normal. Sus piernas estaban entrelazadas y Steve la tenía abrazada por la cintura.

Y fue ese día lunes, que Steve empezó a sentir cosas por Natasha.

n/a: EMPIEZA LO BUENOOOOOOO, ah ya, me calmo. Vi varios comentarios sobre el fondue, así que puse unos pequeñísimos rasgos de este. Espero que les haya gustado, y lo más probable, es que suba otra capitulo mañana, pero no se ilusionen. Recuerden, si les gusto el capitulo, dejen la estrellita & un comentario, ¡LXS AMOOOOOO! 

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I hate u, I love u. ϟ Romanogers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora