10. Aquí vamos Miami, otra vez.

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El sol caía suavemente en su cara, haciendo que sus párpados se abrieran poco a poco, en sus brazos reposaba su dulce Natasha, luciendo como un ángel caído del cielo.

Uhm, no. Definitivamente así no despertó aquel día Steve Rogers.

― ¡Arriba soldado! ―Los gritos de Natasha, junto a un silbato y el ruido de tapas de ollas chocar fue exactamente lo que despertó a Steve aquella mañana―

Soltó un gruñido, para luego poner la almohada sobre sus oídos tratando de apaciguar un poco el bullicio que estaba provocando, ahora, su novia.

― Así que no te levantaras, eh.

Natasha dejó caer las tapas, se sacó el silbato que traía colgado al cuello y gano en una punta de la habitación. Corrió y se lanzó, con la agilidad de una bailarina de ballet, sobre Steve.

― ¡Natasha, déjame dormir!

― No. ―Ella rio, mientras abrazaba el gran torso de súper soldado que tenía su novio― Buenos días, soldado. ―Dejo un beso en el hombro de este, para luego recargar su cabeza buscando una posición cómoda. ―

Claro, lo cómodo se acabó cuando Steve quiso tomar venganza.

― ¡No, no, no! ¡Ni te atrevas! ―Salió de sobre Steve con una velocidad digna de Pietro Maximoff y corrió hacia el salón, con el súper soldado pisándole los talones― ¡Ayuda!

Los vengadores restantes se miraron entre sí, para luego admirar a Natasha Romanoff corriendo alrededor con una sonrisa en la cara, y a Steve Rogers detrás de ella, soltando carcajadas cada vez que Natasha gritaba por ayuda.

― Extrañaba a estos dos tortolos.

― ¿Saben que Natasha nunca se fue realmente y que se quedaba en mi habitación, cierto? ―Wanda rió, mientras apoyaba su cabeza en el pecho de Bucky, quien la abrazaba por los hombros―

Escucharon un grito, seguido de muchas risas y más gritos. Se acercaron a la escena, riéndose de los actos adolescentes de la treintañera y el anciano en cuerpo de adulto.

― Pararé, señorita Romanoff, si me contesta esta simple pregunta. ―Natasha asintió como pudo, mientras Steve paraba abruptamente sus cosquillas― Natasha Romanoff, Cásate conmigo.

― ¿Qué?

― Cásate conmigo, Natasha.

Salió del trance, con los ojos vidriosos y asintiendo lentamente. Luego esas acciones tímidas se convirtieron en una Natasha gritando "Si", y saltando sobre su ahora, comprometido, para besarlo.

― ¡Por fin! ¡Ya no tendré que ser una psicóloga a la cual no le pagan nada!

― Bien, bien. Señor Capipaleta, Señora Arañita. ¿Dónde quieren que sea su boda?

Natasha no se lo pensó ni por un momento.

― Miami.

Semanas después, la familia Avengers, estaba abordando un Jet privado hacia el paradisiaco Miami.

En la mañana del sábado 10 de diciembre, Natasha Romanoff estaba terminando de arreglar su maquillaje y su vestido de novia. Iba a casarse con un anciano bueno en la cama justo ahora.

Bueno, no era solamente un anciano -muy- bueno en la cama, era su novio, era el Capitán América, un súper soldado que era capaz de sacar las mejores cualidades de cada persona, era Steve Rogers, alguien que poco a poco había derretido el corazón de una espía rusa.

Natasha lo amaba. Lo amaba como nunca había amado a nadie, había hecho cosas estúpidas por él, por ejemplo, el fingir una relación. Se había hecho daño, había visto cómo Steve Rogers amaba a una mujer que no era ella, pero si no hubiera fingido una relación con el súper soldado, ahora no estaría ahí, frente a un camino lleno de flores, en Miami, en aquel parque botánico que habían visitado aquella vez, viendo cómo Steve Rogers la esperaba en el altar.

Fue una ceremonia hermosa, rodeada de naturaleza y palabras cargadas de cariño, que hicieron llorar a James Rhodes, Pietro Maximoff y por supuesto, a Tony Stark.

Llego el momento de la fiesta, del alcohol, de la comida, y de más palabras que hacían llorar. Estuvieron hasta las 6 A.M del otro día, Wanda Maximoff terminó confesando que salía con Bucky Barnes, Sr. y Sra. Stark tenían un pequeño/a en camino, y Pietro Maximoff y James Rhodes volvieron a llorar, por lo solos que se encontraban.

Fue una boda al estilo Avengers. Sólo faltó que Ultrón se apareciera por ahí, pero lo omitiremos en estos momentos de felicidad.

Steve y Natasha Rogers pasaron su luna de miel fabricando una pequeña pelirroja, viendo paisajes asombrosos, y amándose, como debieron hacerlo hace mucho tiempo.

Ahora, 25 de diciembre de 2019, una pequeña pelirroja, un bromista niño pelinegro y los ya más grandes hijos de Clint y Laura Barton se encontraban abriendo enérgicamente regalos.

Llovían papeles, la sala estaba inundada de risas, y de grititos, por cada regalo que abría de parte de la apedillada Rogers.

Era una navidad feliz, era el final feliz de Steve Rogers y Natasha Romanoff.

Y nada podía cambiar eso, nadie podría sacar su "y vivieron felices para siempre".

F I N.

n/a: ¡FELIZ NAVIDAD MIS CORAZONCITOS DE AZÚCAR! Ando toda melosa hoy, esta época me pone así. Además, estoy escribiendo esto mientras espero que se cargue el capítulo final de un dorama, que se ha convertido en uno de mis favoritos. UHM, SI. HEMOS LLEGADO AL CAPÍTULO 10, AL FINAL DE IHU, ILU. Y ESTA SONANDO IF YOU DE BIGBANG Y ESTOY LLORANDO. Y WEON, SON LAS MEJORES DE TODO EL MUNDO, GRACIAS POR DARLE TANTO AMOR A ESTA HISTORIA T.T LAS AMO CON TODO MI CORAZONCITO DE PIEDRA <tres.

Solo me queda decirles que las amo, las adoro, las re quiero. Y por último, no olviden su voto y su comentario e.e

FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO <tres

pd: si hay alguna fan de BTS por aquí, subiré pronto una fanfic del Yoon Gi e.e


I hate u, I love u. ϟ Romanogers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora