Cap. 3

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Salí del colegio hecha una furia. Escuchaba que alguien gritaba, pero no le preste atención por pensar en la manera de hacer sufrir a ese grupito.

-¡Hey!.- dije al sentir que tiraban de mi brazo fuertemente.

Vi un rostro que me pareció familiar, lo escaneo poco a poco y cuando por fin lo reconozco mis ojos se abren como platos.
Era el sujeto que me cargo en su hombro al momento de la pelea con el príncipe infernal.

-Nos volvemos a encontrar muñeca.- su sonrisa hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.- sabes ese golpe que recibí por parte de tu novio si dolió un poco.- dijo acariciando su quijada.

-Ah, bueno en realidad él no es mi novio.- comencé nerviosa.- y lamento que te haya golpeado, no era....- reduje mi voz al verlo acercarse a mi rostro.- ... Mi intención...- trague saliva.

-Shh, ahorra te las escusas no funcionan. Pero sabes, puedo olvidar ese incidente muy fácil si me lo pides.- me guiño el ojo.

-¿Ah si? Bueno entonces solo olvidalo.

-Ah, ah. Todo tiene su precio muñeca. Y esto también lo tiene.- acaricio mi mejilla y después paso su dedo pulgar sobre mis labios.

-T..tengo que.. Irme.- intente alejarme pero, me sujeto de la cintura acercando me a su cuerpo.

-¿Tan pronto?.- como si se tratara de un animal, paso su lengua por mi mejilla y después cerca de mi oído.

-No.. me.. toques.. Por.. Favor.- titube.

-Las niñas como tú, me gustan. Siempre me eh preguntado que esconden debajo de tanta ropa holgada.- susurro en mi oído.

-Por favor.- dije casi inaudible cuando acercaba su mano a mi cuerpo.- ¡¡No!!.- grite al borde de la desesperación.

-Te dijo que no la tocarás.- dijo alguien detrás de él.

-¿Tu?.- dije al ver al príncipe infernal.

-Vaya, creí que no vendrías nunca.

-Pues aquí estoy.- dijo el pelinegro.

-Ya veo. Dime ¿porque lo pensaste tanto?.- dijo con tono de burla.

-Tengo asuntos mas importantes.

-¿Mas importantes que tu chica?.- se aferro a mi cuerpo.

-¿Mi chica?.- levanto una ceja dudoso, mirándome con duda.

Alce las manos en mi defensa.

-El cree que estamos saliendo. Ya le explique que nunca fue así.- dije rápidamente nerviosa,

-Como sea, suelta la.- dio un paso hacia nosotros.

-Oh. No te gustaría que sufriera esta muñeca. ¿Cierto?.- suspiro y puso sus manos dentro de sus bolsillos.- así me gusta.

Acerco sus labios a mi rostro nuevamente. Cerré los ojos con fuerza y me aleje cuando intento besarme.

-Creo que no le agrado.- se burlo.

-¿A que mierda estas jugando?.- pregunto el pelinegro cansado.

-Sabes lo que quiero. Y tu la quieres a ella.- volvió a lamer mi mejilla.

-De acuerdo.

-¿Que?

-Lo haré.- dijo el pelinegro.

Vi la sonrisa triunfadora de el idiota y poco a poco me soltó.

-El sábado. A media noche, en el mismo parque.- me miró de soslayó.

(PAUSADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora