Cap. 5

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-¡¡¡Louise!!!.- me levante de golpe cayendo al piso.

-Ahh, joder. ¿que ocurre?.- abrí la puerta de mi habitación dejando ver una mamá muy sorprendida.

-¿Dormida? Hija por dios, ya es tarde.

-No puede ser mamá, puse la alarma.- le reste importancia y tome mi móvil para mostrarle.

-¿Y bien?.- dijo cruzada de brazos, esperando.

-Joder.- dije al mirar mi móvil (ahora) encendido.

-Esa boca, jovencita.- me reprendió.

-Lo siento mamá, debo darme prisa.- dije buscando un cambio rápidamente

Mi mamá salio Dejandome sola con mi carrera.

Ya no tenia tiempo para darme una ducha, así que simplemente cogí un cambio normal, tome mis pertenencias y salí.

Caminaba cerca del parque donde siempre me tiraba un rato a leer, esta vez, no me detuve.

Ya casi serian las ocho de la mañana, así que, no llegaría a mi primer clase.

Al llegar al colegio pase de largo las aulas y me fui directo a la azotea. Iba tarareando una canción que no existía y al abrir la puerta alguien tiro de mi brazo y cerro la puerta.

-¡Joder! ¿que pasa conti....go.- dije al mirar al pelinegro frente a mi algo molesto.

-Has olvidado algo niña.- dijo muy cerca de mi.

-¡¿El que?!.- me zafe de su agarre.

-A mi nadie, me hace esperar durante mas de una hora. ¿entiendes?.- me tomo de la barbilla y me obligo a mirarlo.

-A mi que me importa si tu.. Esperaste.. Mas de una hora.- baje el tono de voz al recordar la llamada de ayer.

-Te lo dije. Tu harás lo que yo diga, cuando lo diga.- me soltó y camino hasta la puerta.

-¡¿Y que si no lo quiero hacer?!.- y aquí viene la Louise valiente.

Se detuvo y regreso hasta mi.

-No querrás saber que sucederá si eso pasa.- su rostro estaba demasiado cerca del mio.

Antes de que se acercara más escuchamos algunos pasos y después el radio del tipo de prefectura.
Era un amargado y solo buscaba una escusa para castigarte de por vida.
La puerta comenzó a abrirse y en un abrir y cerrar de ojos, el pelinegro tiro de mi al otro lado y cubrió mi boca con su mano. Mi cuerpo estaba contra la pared y su cuerpo pegado al mio.

Mi cuerpo se tenso y mi corazón se aceleró cuando el prefecto comenzó a revisar. Afortunadamente era tan holgazán para revisar toda la azotea, así que solo echó una mirada y se marcho.

El pelinegro soltó el aire y giro hacia mi lentamente, aún con su mano sobre mi boca.
Me miro detenidamente a los ojos y poco a poco fue apartando su mano.

Su mirada bajo de mis ojos a mis labios, los cuales humedeci por instinto.

Ya no había espacio entre los dos y él continuaba tratando de acercarse aún más.

Poso sus labios sobre los mios despacio y sin sentimiento alguno, pero con una chispa que me decía que jamás lo olvidaría.

Simplemente me beso y ya, no pareció afectarle. Se alejó.

-Que te entre bien en la cabeza, harás todo lo que diga sin más. Oh, atente a las consecuencias.- dio la vuelta y salio de la azotea sin mirarme una sola ves.

-¿Estas bien?.- salí de mi trance y mire a Dan, que se encontraba frente a mi algo preocupado.- ¿que hacías con ese idiota aquí? ¡¿te amenazo?! ¡¡¡¿te violó?!!!.- dijo histérico saliendo hacia donde fue.

-¡Espera! Dan.- lo detuve.- Él, no me hizo nada.- fruncio el ceño.

Se acerco a mi, me tomo de los hombros y reviso.

-¿Estas segura?.- asenti.

-No te preocupes.- Sonreí.

-De acuerdo. Vamos.

-¿A donde?

-A clases.- lo mire confundida.- oh cierto. Soy tu nuevo compañero de clases.- dijo orgulloso.

-¡¡¿De verdad?!!.- sonrió y asintió.- genial.

Fuimos directo a nuestra próxima clase y Dan se sentó a mi lado mirando el asiento (ahora ocupado) detrás de mi.

Mire por el rabillo del ojo, el pelinegro se encontraba recostado hacia atrás e ignoraba por completo la mirada de Dan, él solo se enfocaba en mi.

Aparte rápidamente la mirada cuando sus ojos bajaron a mis labios.

Mi rostro estaba ardiendo, aun no lograba comprender porqué me besó. Digo, él me odia y yo lo odio a él.

-Hey, ¿te sientes bien?.- reaccioné y mire a Dan.

-S..sí.

-¿Segura?

- Señor Marcus Daniel. ¿tiene algo que comunicarle a la clase?.- dijo la profesora.

-¿Eh? Lo siento, no.- dijo algo avergonzado.

Me reí por dentro para que no me reprendieron también a mi.

Las clases pasaron volando y al momento del descanso, Dan y yo caminamos hasta la cafetería (la cual ya se encontraba repleta de estudiantes hambrientos).

-Así que... ¿todos me odiarían?.- dijo cruzado de brazos y observando la cafetería.

-Algo anda mal.- dije mirando a todos lados.- es extraño que se comporten de esta manera quizás....

-Uyy lo siento, no fue mi intención.- dijo una chica después de derramar toda su bandeja de comida sobre mi.

-Fue un accidente.- me adelante a decir. Aunque estaba segura de que no fue así.

- Soy Jessica ¿Puedo ayudarte a limpiarte?.- frunci el ceño, su sonrisa no me agradaba.

-Si, por favor ayuda la. Lo haría yo, pero no podría entrar a los baños de chicas con ella.- dijo con algo de gracia Dan.

-No pasa nada, estoy bien. No necesito tu ayuda.- dije rápido, Dan no tenia idea de que ella mentía.

-Louise, ¿porque eres así? Ella sólo quiere ayudarte.- la sínica sonreía.

-Si Louise, vamos.- tiro de mi brazo.

-Aquí te esperare.- dijo Dan.

Llegamos a los vestidores.

-Creí que iríamos a los baños.

-Necesitas lavarte el cabello, Callo algo de comida en el. Date una ducha, mientras yo limpiarse tu ropa.- la mire dudosa.- vamos, Dani te espera.

Lo pensé. Tenia razón, pero si algo sucedía ¿podría manejarlo?

-De acuerdo.- entre a las duchas y ella se marcho a lavar mi ropa.

Minutos después me sentía mas limpia y cómoda.

-Jessica, terminé. -salí de la ducha y la busque por todos los vestidores.- Jessica...

Tomé aire, esto me pasaba por seguirle el juego.

Busque mi móvil en mi casillero, pero no estaba.

-Esa hija de...- camine hasta la puerta y estaba cerrada por fuera.

Las horas pasaban y Dan no aparecía, ni nadie más. Yo me encontraba sentada en el piso recargada en la puerta.

Estaba arta, golpeé la puerta nuevamente con la intención de que alguien me escuchara, se escuchaban pasos pero, nadie se acercaba a abrir.

Era obvio que todo fue planeado.

(PAUSADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora