Cap. 6

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-¡¡Saquen me de aquí!! ¡¡abran!! Puedo escucharlos fuera.- dije bajando la voz.

Estaba cansada.

Continúe golpeando la puerta hasta que me cansé por completo.

-Louise, ¿Louise donde estas?.- escuche entre sueños.

Abrí los ojos y comprobé que no soñaba, alguien al fin me buscaba.

-¡¡Aquí!! ¡Estoy aquí!.- comencé a golpear rápidamente la puerta.- abre la puerta.

-¿Louise?

-Dan, sí, soy yo. Tienes que sacarme de aquí.

-De acuerdo, ten cuidado la abriré.- me aleje un poco y deje que Dan abriera de golpe la puerta.-¿Estas bien?.- dijo llegando a mi lado.

-Si, gracias. Ella se llevo mi ropa.- le explique cuando frunci el ceño al verme cubierta con solo la toalla.- ¿la has visto?

-Si, le pregunte por ti. Pero dijo que no aceptaste la ayuda después de todo.

-Estoy segura que esto fue obra de ese idiota.

-¿Que idiota?

-El pelinegro.- cerré los ojos frustrada.

Dan tiro de su cabello recordando algo.

-Ese gilipollas, estaba con ella cuando le pregunte por ti.- mi cara hirvió de la rabia.

-Lo mataré.- dije entre dientes.

-Las clases ya terminaron.- dijo mirando fuera de los vestidores.- deberíamos marcharnos antes de que alguien más te vea.

-¡No saldré así!.- dije cubriendo me más.

-Vamos Louise, todos se han marchado.

-De acuerdo.- dije rendida. Lo único que deseaba era salir de aquí.

Tomamos mi bolso y salimos cuidadosamente por todo el colegio hasta llegar a la salida trasera, ya que, la delantera estaba cerrada.

-Bien, ya casi.- dijo Dan cuando nos detuvimos frente a la puerta.

Salimos y al momento el sonido del flash de las cámaras y las risas de todos se hicieron presentes.

Todo el colegio estaba reunido frente a la salida.

-¡Joder, ya dejen eso! ¿Escucharon? Si aprecian sus miserables vidas, larguense de aquí.- grito furioso Dan.

Luego se colocó frente a mi para cubrir me, en ese momento dejaron caer algo a nuestros pies.

Mire que se trataba de mi ropa, la cual estaba cubierta de miel, harina, huevos, chocolate y otras cosas más.

Mire a todos a mi alrededor, que no paraban de reír y tomar fotos.

A lo lejos, admirando su trabajo se encontraba el príncipe infernal sonriendo con gracia por ver la escena en la que me había metido.

Mis ojos picaban, pero no me permitiría llorar. Tomé mi ropa así como se encontraba y camine hasta él, haciendo a un lado a todos, lo encaré.

-¿Te parece divertido?.- me miro de pies a cabeza hasta mirarme a los ojos.

-¿De que hablas?

-¿Te divierte ver como una persona es humillada en público, todo por un niño inmaduro que se molestó?.- me miro serio.

-Creí advertirte.- se puso de pie.

-Y yo creí decirte que no me importaba lo que tu pensaras. ¡Nunca haré lo que quieras! ¡¿entiendes?!.- grité.

-Ya veremos niña.- me dio la espalda y pretendía irse sin más.

Apreté con fuerza la ropa y sin pensarlo más se lo arrojé encima.

Se giro a mi y me fulminó con la mirada, se acercó cabreado y antes de que pudiera acercarse más, Dan se colocó en medio de los dos.

-La tocas... Y te juro que te arrepentirás.- ambos se comían con la mirada.

El pelinegro le entrego mi ropa en las manos y se marcho.

-¿Estas bien?.- asenti. No podía comprender porque me odiaba tanto, desde ese día.

Subimos a su auto y condujo hasta su casa, no podía llegar así a la mía.

-Por cierto, Louise ¿que te paso por la mañana?.- frunci el ceño.

-¿Porque?

-Pase por ti y no estabas, no contestabas tu móvil así que me marche.

-Oh, se apago. Y yo me quede dormida.- Sonreí traviesa.

Al llegar a su casa me presto una camiseta suya mientras mi ropa era lavada y secada.

-Bien, ven aquí.- dijo palmeando el sofá a su lado.

-¿Que ocurre?.- me acerque.

-Necesito que me des una muy buena razón para no golpear al pelinegro.- dio un masaje en el puente de la nariz.

-Dan, no es necesario.

-¿Porque?.- se puso de pie molesto.- no puedes permitir que te trate de esa manera. ¿que fue exactamente lo que no hiciste por él?.- se cruzo de brazos.

No sabía que me había escuchado decir eso, suspire.

-Anoche que me llamo, quería que hiciera su tarea de química y la llevará a la entrada del colegio a las 7:00.- explique.

-¿Y?

-Y.. No lo hice.

-Por eso estaba contigo en la azotea.- afirmo.

-Si.

-Actuabas raro entonces, ¿qué sucedió antes de que llegara yo?.- me miro curioso.

-N..nada.- fruncio el ceño.

-No te creo. Debes confiar en mi, ¿de acuerdo?.- tome aire y cerré los ojos.

-Me besó.- susurré demasiado rápido para ser comprendida.

-Si te amenazó yo podría..... Espera ¡¡¿que?!!.- se exalto.

-Eso..- mi cara se encontraba roja.

-No me digas que tu...- sabia a que se refería, quería saber si permití ese beso.

-Yo..- mordi mi labio.- fue repentino, no lo pude controlar.- trate de arreglar todo.

-Joder, Louise, esa no es excusa.- tiro de su cabello.- se puede saber ¿por que permitiste el beso?

-No lose, fue muy repentino, cuando me di cuenta ya me había besado.- baje la voz y mi mente viajo a ese momento.

-Dios, ¿te gusta?.- lo miré con horror.

-¡¡¿Te has vuelto loco?!! Lo odio y él me odia a mi.- dije poniéndome de pie rápidamente.

-¿Miento?

-Él, es el mismísimo príncipe infernal, nunca me enamoraría de él.- mi mueca mostraba asco, pero mi yo interior no dejaba de pensar en ese beso.

Estúpido ¿no? Me gusta el chico que me ha echo sufrir en solo tres días.

(PAUSADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora