-¿Saldrás de nuevo con tu novio?.- pregunto Noah.
Hace dos días, Dan habló con Noah ya que le dije que era él.
Estuvimos charlando y comprendí como sucedieron las cosas.
Ese día, cuando Dan golpeo la mesita no se percato que tenia encima una vela encendida. Al caer fue lo que comenzó el incendio.
Cuando Noah, salió a pedir ayuda también fue golpeado pero en la cabeza, lo cual lo dejó inconsciente por todo un día.
Su madre venia a buscarlo para decirle que se mudarían. Así que no logró decir nada.
-Eso no te importa.- Noah, era algo diferente a ese entonces.
Cuando supe que era él, algo en mi no dejaba de molestar y era el hecho de que no lograba dejar de pensar en él.
Noah había dejado de ser el príncipe infernal a solo Noah, no sabía en que momento fue que todo había cambiado.
–¿Eso es un sí?.– bufé.
Hace poco conocí a un chico. No, ya lo conocía, pero por su trabajo no lo veía tanto tiempo.
Estuvimos charlando y termino declarando su amor.
Acepté, el pensar tanto tiempo en Noah me asustaba. Incluso llegue al punto de seguirlo sin darme cuenta, ya no estaba bien, antes me confundía y desde que supe que era Noah me confundí aun más.
-No me interesa, pero se que terminaras llorando.- dijo recargado en la pared con los brazos cruzados.
-¿Que te hace pensar eso? Yo soy muy feliz con él.- lo pensé.
¿Lo era?
-Si te molesta que sea feliz solo dilo.- comenzó a reír.
-¿Molestar me? No me afecta en absoluto si tu novio te deja llorando.- comenzó a alejarse.- adiós, suerte con tu última cita.
Frunci el ceño. ¿última cita? Estaba loco de remate.
Paté un bote que estaba en el piso, cada vez que Noah aparecía me dejaba de esta manera, lo odiaba.
-¡Te odio!.- grité. Pero no sabia que el escucharía y regresaría hasta mi.
-¿Me odias?.- alzo las cejas.- claro, como digas.
-Solo estas celoso de que mi novio es muchísimo mejor que tu y porque él si cumple sus promesas.- solté de repente.
No sabia porque lo había dicho, yo sabia el por que no cumplió su promesa pero, aun así.
-Sabes perfectamente porque no la cumplí.- se acercó a mi y dijo entre dientes.
-¡No me importa como sucedió!.- comenzó a alejarse.-¡¿A donde vas?!
-¡¡Lejos de ti!!.- grito.
-Aun no término de hablar contigo.- lo seguí.
-Pues yo si.- comenzó a correr.
-¡Hey!.- lo seguí.
Se detuvo frente a las piscinas donde practicaban los del equipo de natación.
-Deja de seguirme, eres muy insistente.- a decir verdad no sabia porque lo seguí.
Todos nos miraban esperando que el temible príncipe infernal desatara su odio contra mi nuevamente.
-Eres un idiota ¿sabes?.- fue lo único que se me ocurrió decir.
-¿Eso crees?
Di la vuelta y comencé a caminar, pero él me detuvo.
-Ahora soy yo quien no ha terminado de hablar.- me sostenía del brazo.
En ese momento alguien paso detrás de él y lo empujo un poco logrando que chocara contra mi cuerpo.
Nuestros rostros estaban muy cerca el uno del otro, Noah miro mis labios y algo dentro de mi me obligo a mirar los suyos. Lo empuje para que se alejara, pero en ese momento no me percate de que estaba en la orilla de la piscina.
Noah me tomo de la mano y me sostuvo para que no cayera.
Todos comenzaron a acercarse, creyendo que él planeaba tirarme.
Me miraba a los ojos asustado, el sabia que desde que éramos niños yo no sabia nadar.
-¡Suelta la! ¡suelta la!.- comenzaron a gritar.
Él no sabia que hacer, al parecer no lograba pensar con los gritos de todos a su alrededor.
En ese momento me di cuenta, lo fuerte que yo podía llegar a ser.
Yo podría soportar las burlas, pero no él. Noah debía mantener su reputación como el príncipe infernal del colegio.
Sonreí, le Sonreí asiéndole saber que todo estaría bien. Noah fruncio el ceño, me miro a mi y después miro su mano. La cual fui soltando poco a poco hasta caer.
Permanecí abajo unos segundos.
-Vete.- pensé.- vete de una vez, para que yo pueda salir.– Solo así nadie se burlaría de él.
Observe como se alejaba y todos igual.
El aire se me acababa y por un momento de descuido en el que estaba en las nubes, solté el aire retenido y ya no aguantaba más.
Comencé a patear para llegar a la superficie pero un calambre me lo impidió.Cuando menos lo esperé, alguien se arrojo al agua junto a mi y me ayudo a ir hasta la superficie.
-Oye, hey Louise despierta.- Sentí que golpeaban mis mejillas.- ¡¿Estas loca?!.- dijo cuando al fin abrí los ojos.
-Tú.- comencé a toser.- ¿Porque regresaste?
-¿Regresar? solo eche a todos de aquí.- mire y en efecto, el lugar estaba vacío.
-Idiota.– golpe despacio su pecho.
-De nada, Louise. No es necesario que me álabes por salvar tu trasero.
Sonreí, me había hecho recordar aquel día que lo conocí y lo salve. Dije la misma contestación sarcástica.
–¿Te burlas? Casi me da un ataque y ¿te burlas?.– respire profundo.
–Noah, se nadar.– su cara parecía todo un poema.
–¿Que?
–Tome clases, ya se nadar.
–Pero, yo te vi...
–Solo fue un calambre, si tarde en salir es porque.... Quería que te fueras primero.
–Irme. ¿Querías que me fuera y te dejara así?.– lo mire detenidamente.–¿que pasa?
–Has cambiado. Si no supieras quien soy no serias así conmigo.– sonrió, pero su sonrisa desapareció cuando las voces de sus amigos se hicieron presentes.
Mire a mis espaldas, se estaban acercando.
–Miren quien esta aquí. ¿Eh? ¿También Noah?.– debía salir pronto de aquí.
Gire hacia Noah y antes de poder decir algo o ponerme de pie, derramo todo un frasco de bloqueador en mi cabeza y cuerpo.
–Disfruta el agua, pequeña Louise.– su tono de voz había cambiado completamente, mis ojos picaban pero no lloraría esta vez.
Me puse de pie rápidamente, tomé el frasco y se lo arrojé a la cabeza.
–Se te olvida una cosa, Noah. Ya no soy la misma Louise que conocías de niño.– todos lo miraron sorprendidos. Al parecer sabían algo de lo que ocurrió hace años.– y puedes quedarte con esto.– tire de una pequeña cadena que siempre escondía y se la arroje.
Una pequeña cadena que él había fabricado cuando eramos niños.
Ese día, fue lo único que pude rescatar para no olvidarlo.
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(PAUSADA)
Teen Fiction-Siempre estaré a tu lado. bufé al escuchar la típica promesa de un par de enamorados. promesa que terminaría rota. ¿Porque no creo en las promesas? fácil. siempre que me prometían algo terminaban rompiéndolo. deje de en esas palabras cursis y en mu...