II. Primera parte

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Krystal 


8 años atrás



Krystal era una princesa sirena, tercera hija del respetable rey Tritón. La pequeña sirenita se encontraba explorando el mar, como de costumbre. Desde pequeña siempre fue curiosa y aventurera, odiaba quedarse encerrada en su enorme castillo. No entendía por qué su padre se empeñaba en encerrarla cuando fuera había hermosos lugares para conocer. El mar no era peligroso como todos decían, al menos no para ella. Le gustaba conocer nuevos lugares, nuevos amigos. Estando encerrada en casa solo podía platicar con los aburridos Onew y Leeteuk, sus guardaespaldas, unos caballos marinos vejetes y malhumorados.

A pesar de que su padre le había prohibido salir del castillo, Krystal siempre encontraba la manera de escapar sin que los guardias pudieran notarlo.

Krystal se había alejado demasiado del castillo. Cuando se disponía a regresar, oyó una pegajosa canción

"Sirenita donde estas, yo te voy a encontrar. Sirenita no huyas más, nadie te va a lastimar".

Curiosa siguió aquella melodía que provenía de la superficie. La sirenita nunca había salido a la superficie y tenía miedo de lo que le podría pasar, pero su curiosidad fue más fuerte. Aún temerosa sacó su cabeza del agua. Pudo divisar a lo lejos a 2 humanos en un bote, uno anciano y otro mucho más joven y atractivo. El más joven le sonreía al anciano, esto fue suficiente para disipar todo el temor que estaba sintiendo. La pequeña sirenita los miró encantada, era su primera vez viendo humanos reales. Solo sabía de su existencia por las leyendas que circulaban en la Antártida  o por los cuentos infantiles que sus abuelos solían leerle antes de dormir. Se dispuso a seguirlos sigilosamente, de un momento a otro los humanos empezaron a remar mucho más rápido. Krystal supuso que perseguían algo, así que no dudó en acelerar para alcanzarlos.

Dejaron de remar exhaustos, la sirenita palideció, sintiendo un escalofrió que la hizo estremecerse. Nunca había explorado por estos lares. El lugar lucía extraño y sombrío, donde el cielo y el mar parecían más oscuros.

—Los mares negros —Recordó.

Su hermana Amber le había advertido de lo peligrosos que estos eran, haciéndole prometer que si encontraba un lugar con dichas características, huiría inmediatamente.

Una fuerte tormenta se desató, Krystal estaba a punto de huir cuando un grito la alcanzó. El fuerte movimiento del pequeño bote causado por la tormenta, hizo que el humano más joven caiga al agua. El anciano gritaba desesperado tratando de coger sus manos, mientras el joven trataba de coger las contrarias sin éxito.

El joven dejó de luchar, hundiéndose en las profundas aguas.  Sin pensarlo más, Krystal nadó veloz para salvarlo.

Krystal logró tomar al joven en sus brazos, quiso nadar rápido, salir y ponerlo bajo resguardo. Pero tuvo que detenerse al ver una enorme mancha negra acercándose, sostuvo  el cuerpo del muchacho y se ocultó tras unas enormes rocas.

Se percató del lugar en el que estaba. Eran los dominios de la malvada bruja marina "Morgana". Solo sabía de ella por los libros, pero tenia muy  claro que era peligrosa.  Pudo ver como la mismísima Morgana se abría paso hacia la superficie, tras ella, otros peces igual de monstruosos la seguían como si de un maestro se tratase.

El miedo que Krystal sentía, no se comparaba con su preocupación por el bienestar del joven en sus brazos. Sería un milagro si este seguía vivo después de estar tantos minutos en el agua.

La bruja salió a la superficie unos minutos y cuando Krystal menos se lo esperaba, nadó de vuelta sosteniendo al humano anciano de antes. Lo partió en 2 sin problemas, lanzó la parte de las piernas a los monstruos que la acompañaban, estos luchaban por devorar la pequeña pieza. Krystal vio como la bruja devoraba al anciano, tiñendo el mar de rojo con su sangre, lo devoró hasta dejar solo huesos y siguió su camino como si nada hubiese ocurrido.

Al perderlos de vista, Krystal salió de las aguas lo más pronto posible, la tormenta por fin había cesado. Krystal colocó al joven sobre su pequeño bote, tratando de hacerlo despertar,  pero su cuerpo casi inerte se hacía cada vez más pesado y se tornaba pálido. Sin pensarlo más, Krystal abrió la boca del humano y simulando un beso, le traspasó un fragmento de su vida. El lugar se iluminó, los ojos y el cabello de Krystal se habían tornado mucho más rojos que de costumbre.

Una anciana apareció en otro pequeño bote, con un arma de fuego trataba de matar a la sirenita, propinándole miles de insultos. Krystal tuvo que escapar.

—Tal vez esa anciana creyó que le hacía daño cuando en realidad lo salvé  —susurró Krystal  haciendo un puchero.

Al cabo de unos minutos, los disparos e insultos cesaron. Krystal salió del mar, sonriendo aliviada al ver a la anciana cuidando al joven y abrigándolo. Los siguió en silencio, hasta llegar a la isla de los humanos, el joven parecía estar a salvo y eso era suficiente.

El sol estaba a punto de desaparecer, ya casi era la hora de la cena y si su padre descubría que había huido otra vez, sería capaz de encerrarla en un lugar más seguro, una cárcel por ejemplo.


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sorry por actualizar después de tanto :'c

si les gustó denle estrellita, para que me anime a seguir :'3

bye, saben que los amo por leer esta cosa(? <3

Poor Little Mermaid (Pobre Sirenita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora