Más que primos.

Todo comienza.

Emily se encontraba apoyada en la pared fumándose un cigarro, acababa de llegar de clase como un día cualquiera, estaba algo estresada por los exámenes pero el finde llegaba y ya nada importaba. Se levantó y se dispuso a vestirse y peinarse para ir a casa de su primo Leonard.

Emily era alta ojos caramelo, piel dorada, pelo negro y ondulado, por lo que hacía que sus ojos destacasen.

Leonard era de estatura media para ser un chico, pelo castaño y alborotado y ojos negros profundos.

Ambos siempre habían sido como hermanos, siempre se habían llevado bien, estaban muy unidos.

Emily salío de casa y fue corriendo a casa de su primo, ya que habían quedado para ver una película y luego echar una partida a la play.

*Riiing* sonó el timbre

-¿Sí?

-Soy yo Leo, abre.

Emily subió corriendo.

-¡Buenas noticias Leo! - Dijo emocionada-

-¿Qué pasa Emi?

- Acabo de encontrarme a un amigo tuyo y nos ha invitado a una fiesta este finde, ¿vendrás?

-No creo que pueda, tengo que trabajar el sábado por la noche... Pero ve tú si quieres, quédate a dormir aquí en casa, no hay ningún problema, si puedo, luego me paso.

-Vaaale... Pero termina rápido eh, que no conozco a casi nadie.

Emily y Leo bajaron las persianas y encendieron la tele, pasaron de la peli y se viciaron un rato a la play. Ya habían pasado 5 horas así que Leo llevó a Emily a casa.

A la mañana siguiente Emily se volvió a encontrar a Rayan, el amigo de su primo.

-Hey Emily -dijo entrecortadamente- ¿Te gustaría que te pasase a buscar el sábado?

-Bueno vale, ¿a qué hora?

-A las 20:00 ¿te parece?

-Fantástico- Dijo emocionada-

Rayan era el típico chico creído que cuando estaba a solas con alguien podía ser la persona más simpática del mundo, era alto, ojos grises y pelo castaño oscuro.

Emily siempre se había sentido atraído por él, pero atraída sexualmente. Tenía un punto.

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