Los clásico lo utilizaban para que todo el mundo dejará a un lado las reuniones sociales que implicaban ir a la ópera, tomaban su asiento y los músicos empezaban sus preludios.
Así que, poneros cómodos para escuchar mi sinfonía número 13, que yo casi no sobrevivo a la maldición de la 9, pero aquí estoy, rompiendo mitos.
Síentate, que esto ya empieza.
"Mahler te tendría envidia después de la sinfonía que acabas de hacer con tus caderas. Vaya movimientos."
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Sinfonía número 13
PoesíaUn día me rompieron el corazón a trocitos muy pequeños, y mientras busco pegamento para volver a unirlos, escribo.