Sin embargo, ¿que podría hacer? Dejar de venir no estaba en sus planes porque de lo contrario no podría tener amigos. Dejar el trabajo sería lo más factible, pero él había luchado tanto para llegar hasta donde estaba como para dejar todo tan fácilmente. ¿Además que clase persona deja su trabajo porque no tiene amigos?
Su doctora lo trajo de vuelta a la realidad y le sonrió.
—Toma asiento, por favor.—ella le dice haciéndole una seña.
—Gracias.—le dice dejando a un costado su mochila.
—Llevo esperando que te sientes en la bendita silla.—le regaña su doctora con una pequeña sonrisa burlona.
—¿Q-Qué? Lo siento.—el chico balbuceó nervioso.
—Bien, sin balbuceos, comencemos. Disculpa si te hice sentir un tanto incómodo, no lo noté del todo.—ella dice cuando aleja su mano de la manija y se sienta en su cómoda silla.
Harry sonríe tímidamente y se termina de acomodar.
Harleen le echa una rápida y última mirada para después mirar sus registros con Harry.
—Bien, Harry...¿en que nos habíamos quedado?
El chico respiró profundamente para acallar sus emociones , anhelaba gritarle que le encantaba todo de ella, ya que sin duda no podía resistir semejante tentación.
—N-No lo sé.
—Oh, Harry. Te pedí que me hicieras el resumen de un libro, azul. Supongo, no lo has hecho pues, no sabes de que fue nuestra anterior sesión.
—¿Está enfadada?—dice tristemente.
—Me has dejado claro que eres difícil de controlar.—ella dice un tanto divertida mientras removía sus gafas y lo mira seriamente.
Ella mantuvo su mirada puesta en el indefenso chico, sus labios mostraban una tierna sonrisa, una sonrisa que no dejaba ver hace mucho tiempo; esta situación provocó nerviosismo en Harry.
—Dime, Harry ¿Estas asustado?—respondió con ternura.
Las manos de Harry sudaban tanto que tuvo que limpiarse en su propia chaqueta.
Empezó a caminar alrededor del consultorio, sentía su mirada por sus rizos y después en todo su cuerpo, situación que era incómoda para él.
—No.—el resopla nervioso.
—Harry, lo estas. Y no tienes que sentirte avergonzado por eso, a cualquiera le puede suceder, escucha no soy psiquiatra, no soy psicóloga, soy terapeuta, que es muy diferente a las dos anteriores, claro. Estoy aquí para ayudarte y escucharte, puedes desahogarte, llorar, gritar, reír y soltar palabrotas, estoy para ti, Harry.—su doctora dice acariciando su caliente mejilla haciéndolo sentir seguro y con confianza.
Harry sin saber como reaccionar solo se limitó a sonreír y morder sus labios fuertemente.
Harleen negó con la cabeza y abrió la puerta para dejar ir a su apuesto paciente.
—Necesito que confíes en mí, cuando lo hagas, vuelve. Y esto, lo hago por tu bienestar.—ella dice depositando un suave beso en su mejilla.
Harry agradecia por este día en su vida mientras tomaba sus cosas y se despedía de ella de mano; sonrojado.
Harry.
Estaba seguro en este momento que soy totalmente heterosexual, tan heterosexual. Al igual, sigo siendo un completo estúpido, siempre que estoy con ella, no digo nada, me quedo perplejo con idiota, dios soy un idiota.
Trate de olvidar mi reciente descuido, si, traté porque no podía imaginarme a ella dándome un beso en la mejilla y yo como idiota sin decir nada. Dios, en este momento que voy conduciendo a casa me siento tan estúpido. Ya cuando llego finalmente, dejo mis cosas en el sillón y recuerdo que Anabela había salido de fiesta con sus amigas.
Me quito delicadamente el pantalón y me quedo en boxers, sin camisa y sin zapatos, por fin podía estar cómodo por una vez en mi vida. Me decido por checar mi móvil y atender a todos los mensajes y llamadas, noto que tengo un correo de Andrew, impaciente lo abro y leo:
"Muchas gracias, por la charla de hoy, me sentí muy afortunado de comer contigo, Harry, debemos repetirlo" ;)xx. -Andrew.
Y, otra vez me emociono, el calor invade mi cuerpo y mis mejillas comienzan a arder. Me muerdo el labio y texteo mi respuesta:
"No es nada, todos necesitamos un tiempo de relajo y reflexión. Claro que se repetirá, será un placer.
Cuando justo le dí en la tecla "enviar" lo leo y me percato de que textee la palabra "placer", muy bien, muy bien, parezco un completo urgido, basta me voy a matar.
Dejé mi móvil en la cama y me decidí por dormir, había sido un día bastante agotador.
A la siguiente mañana, me pongo de pie cansado y entro al cuarto de baño para tomarme una ducha y despejarme. Cierro la puerta, abro la llave de la bañera y me deshago de mis prendas lentamente; las cuales solo constaban de mis boxers y calcetines.
Después de terminar mi baño me salgo del cuarto de baño y comienzo a cambiarme para ir al trabajo. Dios, alistarme para el trabajo se me estaba haciendo demasiado pesado, y no tengo idea del por qué.
Sin embargo a leguas termino de cambiarme y salgo de mi pieza para acomodar mis cosas y tomar mi termo con café caliente.
Anabela seguía dormida por semejante borrachera que se puso anoche, seguramente.
Bajo las escaleras tomando todo lo que necesito y me monto en el auto conduciendo hacía el trabajo.
Ya cuando aparco en el estacionamiento, me bajo y subo las escaleras para subir por el elevador <<si, que flojo soy>> aprieto el botón de subir al piso principal y espero hasta que baje. Ya cuando abre, me meto en el y aprieto para cerrar las puertas, cuando veo que alguien quería entrar, las vuelvo a abrir y dejo entrar a la persona sin prestarle mucha atención me volteo a otro lado y me distraigo mirando la arquitectura del elevador.
Sigo sin mirar a quien entró y me recargo en el elevador distraído. De repente, escucho su voz... esa voz que me hace estremecer y hacerme sonrojar.
—Buenos día, Harry.
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»Criminal Lips« [h.s au]
Fanfiction¿Qué ocurriría, si.... aquella mujer de ojos azules, tan bella resultará ser tú peor equivocación y el más peligroso. Todo tú panorama cambia, pero es toda tú adicción. Esa soy yo. No soy la chica linda de ojos azules, ya no. Pero si a la que t...