Capítulo 8

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BaekHyun intentó recordar cuándo se había enfermado así por última vez. Pero, quizá su cerebro estaba tan congestionado como su nariz. Se tiró sobre el sillón y se quedó dormido. Las pesadillas afloraban por la fiebre, en un sueño inquieto, lleno de sensaciones incómodas. 

Una mano tibia sobre su frente, una presencia desconocida a su alrededor. BaekHyun pensó que era un sueño, pero los ruidos de la cocina lo hicieron despertar.

—¿Quién... quién está allí? —preguntó, apenas levantando la cabeza del sillón. Su corazón estaba acelerado.

—¡Despertaste! Lamento haber entrado así, la puerta estaba abierta —respondió una desconocida voz femenina desde la cocina.

BaekHyun se sentía muy mal. Si aquella mujer venía a matarlo, él recibiría con gusto el descanso eterno. Se dio por vencido y regresó su cabeza a su posición original. La mujer se acercó a él, llevaba una taza con té caliente en las manos.

—El señor Lee me llamó para decirme que parecías enfermo. Me tomé la libertad de visitarte, espero que no sea un problema... Te preparé un poco de té. Había medicina en la mesa, creo que deberías tomarla.

Al tenerla más cerca, BaekHyun reconoció el cabello rubio de SunHee. Su voz era dulce y reconfortante.

—No quiero dar molestia —susurró con dificultad el muchacho.

—Claro que no. Quiero cuidarte —confesó la rubia sonriendo, mientras se inclinaba para tocar de nuevo la frente de BaekHyun—. Tienes mucha fiebre. ¡Anda!, toma la medicina.

Era un tanto irónico. Su futura esposa ofreciéndole las pastillas, que el chico de sus sueños y pesadillas había comprado para él. Con esfuerzo, BaekHyun se incorporó un poco para tomar un sorbo de té. No estaba mal. Puso en su lengua la pastilla que SunHee le ofrecía, después tomó un poco más de té. Se recostó de nuevo, mientras un escalofrío recorría todo su cuerpo.

—¿Te molesta si me quedo? No creo que sea buena idea dejarte solo.

BaekHyun ya no pudo ver su expresión, sus ojos se cerraron automáticamente. Sólo pudo responder con un movimiento de su pesada cabeza. De nuevo, tuvo la sensación de que estaba soñando. Sin embargo, la chica no parecía tan superficial ahora. Quizá, las primeras impresiones no son tan acertadas.


BaekHyun despertó en un nuevo día. Se sentía mejor, aunque todavía le dolía la garganta, la fiebre había cedido. Se incorporó despacio en el sillón y miró a su alrededor. SunHee estaba dormida en el sillón frente a él, estaba sentada y se abrazaba a sí misma, para protegerse del frío. BaekHyun la observó con cuidado. Durante su primer encuentro, ChanYeol se había robado toda su atención, así que no pudo apreciar la belleza real de su futura esposa. El director se levantó con cuidado, tomó la manta con la que ella lo había cubierto la noche anterior, y la colocó sobre ella. SunHee se movió un poco, pero no despertó.

En el silencio de una mañana fría, BaekHyun tomó su decisión. Quizá perdería mucho, pero ganaría una esposa dedicada, que lo cuidaría cuando fuera necesario. Después de todo, no tenía grandes ilusiones para su vida romántica, un poco de estabilidad no le vendría mal. Envejecer con alguien y, además, salvar la compañía de su padrastro, parecía un buen trato. Por supuesto, ChanYeol era un problema, BaekHyun sabía que no iba a dejarlo en paz tan fácilmente. Pero, no tenía opción, tendría que lidiar con él.

Preparó café y tostadas para desayunar con su huésped. SunHee parecía dormir profundamente, BaekHyun le echaba un vistazo de vez en cuando, para asegurarse de que nada perturbara su sueño. Cuando servía las tostadas en un platón, alguien tocó a la puerta.

El rostro sonriente de ChanYeol apareció cuando BaekHyun abrió.

—¡Buenos días! —saludó con efusividad.

—¡Shh! —BaekHyun puso un dedo sobre sus labios para pedir silencio, luego empujó a ChanYeol y salió del departamento, cerrando la puerta detrás de él—. ¿Qué demonios haces aquí? Tu cuñada está dormida en el sillón.

La expresión alegre del recién llegado, se transformó en una mueca iracunda.

—¿Qué? ¿Qué hace ella aquí? ¿Dormiste con ella? ¡Vaya, vaya! Nuestro BaekHyun por fin se ha tomado en serio el falso compromiso! —exclamó, con las manos en la cintura y la voz elevada.

—¡Cállate! Yo no dormí con ella. Sólo pasó a ver cómo estaba y se quedó dormida en el sillón —respondió BaekHyun, hablando bajo. Se sintió incómodo al dar explicaciones a ChanYeol, que parecía más un novio celoso.

—¡Claro! La tierna SunHee, tan preocupada por su futuro esposo. ¡Qué lindos! De verdad, te envidio, BaekHyun, tendrás una esposa ejemplar —ChanYeol usó su mejor tono sarcástico. Después empujó a BaekHyun y se marchó.

El enfermo se quedó de pie allí, confundido. ¿Por qué últimamente la realidad parecía más un sueño? ¿Por qué sentía el impulso de correr detrás de ChanYeol?

—¿Oppa? —la voz de SunHee lo tomó por sorpresa. La muchacha asomaba la cabeza por la puerta, con curiosidad—. ¿Estás bien?... Escuché voces...

—Yo... estoy bien. Sólo saludaba a un vecino. Vamos adentro —BaekHyun fingió una sonrisa y entró al departamento.

Comenzó a sentirse nervioso. Después de todo, SunHee era todavía una extraña en su vida. El rostro sonrojado de la muchacha era casi como el reflejo de BaekHyun, pues su rostro también adquirió esa expresión ansiosa.

—Preparé el desayuno —anunció, mientras traía el platón con las tostadas, de la cocina a la pequeña mesa del comedor— Como agradecimiento por cuidarme anoche, espero que te quedes a comer algo.

SunHee acomodó su largo cabello y asintió.

—Lamento haberte molestado.

—Claro que no. Agradezco que hayas venido. Nunca pensé que te preocuparías tanto por mí —BaekHyun le sonrió. Trajo las tazas y el café a la mesa.

—Yo... Creo que debo confesar algo —SunHee se mordió el labio inferior. Sus ojos se volvieron dulces, lo que hizo que BaekHyun se sintiera más nervioso— Oppa, yo te he admirado por un largo tiempo. Sé que quizá no me recuerdes, pero asistimos a la misma universidad.

BaekHyun ya tenía esa información, gracias a ChanYeol. Sin embargo, sabía que lo más prudente era actuar sorprendido. Hizo alarde de su mejor actuación, mientras sus ojos se abrían como platos.

—¿En serio? ¡Vaya, qué coincidencia!

Funcionó. La muchacha se sonrojó de nuevo y bajó la mirada. Era linda.

—En aquella época, yo... yo pensaba que eras muy guapo. Creo que... fue como amor a primera vista.

BaekHyun comenzó a toser después de morder una tostada con mermelada. Las palabras de SunHee le provocaron ansiedad.

—¡Oppa, oppa! ¿Estás bien? —la muchacha se acercó para golpear su espalda suavemente.

—Sí... sí... —respondió BaekHyun, tratando de recuperarse del ataque de tos— Es que... todavía me duele la garganta.

Desayunaron en silencio, intercambiado miradas nerviosas. Cuando BaekHyun estaba a punto de terminar su café, decidió hablar. Sus ojos se volvieron serios y se concentraron en el rostro, todavía sonrojado, de SunHee.

—Señorita, SunHee... casémonos —propuso.

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