Capítulo 2

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<<BaekHyun>>

Los recuerdos se desvanecen despacio, minuto a minuto, desaparecen sin despedirse. Sin embargo, había un recuerdo que BaekHyun mantenía vivo, lo alimentaba día tras día, lo regaba con cuidado, como a una delicada flor. Era el sabor de sus labios, el aliento caliente que rozó su piel, la saliva dulce que mantenía intacta la atracción. Ese era su recuerdo más preciado.

Había pasado un año desde que ChanYeol se fue. A pesar de que BaekHyun le escribía casi todos los días, nunca recibía una respuesta. En sus mensajes, trataba de parecer el viejo y cercano amigo que era, sin mencionar nunca los acontecimientos de aquella noche de tormenta. Muchas veces, mientras escribía, recordaba el vacio que sintió en el pecho al día siguiente. Nunca pudo hablar con su amigo, nunca pudo verlo a los ojos para decirle lo que sentía, nunca pudo disculparse y rogarle para que todo siguiera igual entre ellos. ChanYeol salió corriendo de la casa después de aquel incidente, y nunca más volvió. Se fue al ejército una semana después, sin despedirse. Cuando BaekHyun juntó el valor necesario para ir a verlo, la señora Park le dio la noticia, junto a una gentil palmada en el hombro. Sus ojos tristes parecían ocultar algún secreto, pero el muchacho supuso que quizá, el carácter volátil del señor Park había explotado aquél día.

Ahora, BaekHyun asistía a una universidad en la ciudad vecina. Continuaba con su vida, sin dejar de pensar en su amigo ni un solo día. Le escribía entre clases, cuando tomaba un descanso del estudio, cuando estaba en la biblioteca y se aburría de leer. Le escribía mientras almorzaba solo en la cafetería, también antes de ducharse y los fines de semana. Los mensajes viajaban por la red invisible, pero nunca sabía si ChanYeol los leía, nunca sabía qué pensaba, qué sentía.

La fecha de su cumpleaños número diecinueve llegó sin que se diera cuenta. Su madre le envió un mensaje de felicitación, avisándole que la sopa de algas lo esperaba en casa. Aquella noche, llovió de nuevo, casi con la misma intensidad de la vez anterior. BaekHyun lloró hasta quedarse dormido, sin poder responder con claridad a las preguntas de su compañero de habitación, un muchacho regordete que casi siempre lo dejaba en paz, excepto esas noches en las que lloraba en silencio, tirado sobre su cama. Preocupado, le preguntaba si estaba enfermo. BaekHyun balbuceaba un no y se cubría la cabeza con las mantas.

El día después de su cumpleaños, mientras se cepillaba los dientes frente al espejo, BaekHyun se prometió a sí mismo que dejaría de enviar mensajes. Dejaría de alimentar aquel recuerdo, aquel sentimiento que ahora le parecía más un pesado lastre. Esa mañana, decidió que comenzaría a vivir en el presente, y no en aquel pasado que, seguramente, ChanYeol ya había olvidado.

<<ChanYeol>>

Casi todas las noches, ChanYeol se despertaba de pronto, sudando frío. Una pesadilla recurrente lo atormentaba. En su sueño, BaekHyun se encontraba de pie en una montaña, rodeada de nubes blancas y esponjosas. Parecía un ángel, sus ojos rasgados lo miraban con un amor infinito. ChanYeol corría hacia él, quería alcanzarlo, tomarlo entre sus brazos y confesarle lo que sentía. Pero no podía tocarlo. Entre más se aproximaba, BaekHyun se acercaba más a la orilla, hasta que caía en el oscuro abismo. La angustia de verlo caer, provocaba un terror nocturno en el joven soldado, quien despertaba apesadumbrado, ahogando su grito para no despertar a los compañeros que dormían junto a él. Lloraba en silencio, hasta quedarse dormido otra vez. Así transcurrió el primer año de su servicio militar.

Aquella noche de tormenta, muchas cosas explotaron dentro de él. Al sentir a su mejor amigo tan cerca de su corazón, comprendió que un sentimiento más profundo ardía dentro de él. Nunca había estado tan asustado. Enfrentar a una pasión desconocida, que lo hacía sentirse sucio, culpable, era algo que no quería hacer. Por eso huyó, por eso no salió de su habitación en toda la semana, por eso no se despidió.

Mientras llevaba a cabo las estrictas rutinas en el ejército, lejos de cualquier comunicación con el exterior, puesto que los nuevos enlistados no tenían acceso a ningún aparato que los pudiera distraer, ChanYeol se preguntaba constantemente qué estaría pensando BaekHyun, se preguntaba si recordaría aún aquel beso, si lo atormentaba como a él. Su mundo estaba en caos. La única persona en el mundo que le brindaba calidez, era también la persona que le proveía incertidumbre, terror y confusión.

La noche del cumpleaños diecinueve de su amigo, ChanYeol admiró la tormenta a través de la ventana. Estaba tan sumergido en sus recuerdos, que pudo sentir los labios de BaekHyun pulsando sobre los suyos, como el latido de su propio corazón. Un año entero había transcurrido, y todavía podía sentir el calor emanando de su cuerpo, el roce de sus dedos sobre su mejilla. Aquella noche, el soldado decidió no volver a buscar a BaekHyun, los preciosos recuerdos de su infancia se quedarían por siempre en su corazón, no los echaría a perder con sentimientos extraños que iban contra natura. Todo se quedaría enterrado en el pasado, el miedo y la confusión se volverían un recuerdo más.

Mientras la lluvia caía sin cesar, ChanYeol se recostó sobre el delgado colchón de su cama. Por fin, un sueño pacífico lo envolvió. 

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