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Jimin siempre había sido abiertamente gay y cuando digo siempre, es siempre.

No tenía más de cinco años cuando se plantó frente a sus padres para informarles que le gustaba un compañero del jardín de infantes. Los señores Park al principio no tomaron en cuenta lo que decía Jimin, pensaban que era una fase o algo por el estilo.

Pero mientras pasaba el tiempo aquella "fase" jamás se fue, solo se hacía más notoria. La madre de Jimin siempre supo que su pequeño era especial y por eso hablo con el señor Park para que quedara claro que sin importar nada apoyarían a su hijo.

Eran buenos padres.

Así que la sexualidad de Jimin jamás fue un problema en su hogar, pero en la escuela no era lo mismo. Sus primeros años fuera del closet fueron un asco total, recibía insultos y hasta agresiones físicas de parte de sus compañeros quienes lo veían como un ser inferior por el solo hecho de ser gay.

A pesar de todo Jimin era un chico feliz, quizá en la escuela la mayoría lo odiaba pero en su casa recibía el amor y cariño que necesitaba para enfrentar su realidad cada día.

Eso hasta el accidente de sus padres.

Jimin tenía trece años cuando aquello sucedió y marcó su vida hasta el día de hoy. Perder a sus padres fue la gota que rebalsó el vaso en cuanto a la salud mental de el, también fue el empujoncito para un cambio de actitud radical.

Después de un mes sin ir a clases a causa del luto llego a retomar su rutina. Apenas puso un pie en la escuela sus compañeros empezaron a molestarlo ignorando de forma olímpica la tragedia que había pasado. Jimin normalmente dejaba que dijeran lo que quisieran y tampoco respondía los golpes que le daban, pero ahora era distinto porque ya no tenía aquel apoyo que tanto le ayudaba a sobreponerse frente a la situación. Así que ese día rompió la nariz de tres compañeros y lo echaron de la institución.

Ahí nació el nuevo Jimin.

Se convirtió en un chico tosco, nadie podía pasar a llevarlo ni de la más mínima forma, se comportaba como si fuese el dueño del mundo y eso le ayudaba a que nadie se metiese con el.

Luego llegó la pubertad y Jimin floreció al igual que sus hormonas. Después de perder la virginidad con su mejor amigo de su ciudad natal el rubio se convirtió en lo que las personas llamarían: una zorra.

Jimin disfrutaba del sexo tanto como un buen masaje de pies cuando haz tenido un largo día y no se avergonzaba de ello. Era joven, guapo, inteligente... Osea el chico soñado para cualquiera. Se aprovechaba de esas cualidades para tener un buen polvo.

Así que apenas vio al chico de su clase supo que sería su siguiente víctima.

Jimin podía ser una zorra pero era bastante selectivo al momento de decir a quien le prestaría el culo. No se metía con idiotas petulantes y mucho menos con heteros que solo buscaban una aventurilla. Debía cuidarse a sí mismo, no le interesaba ganarse un problema a causa de un revolcón.

Siguió con su vista perdida en el chico de adelante cuando escucho la voz de Hyesun llamándolo.

– Eh, Jimin –dijo la chica– ¿que miras tanto?

Jimin despabila y se hace el desentendido.

– Nada, nada.

– ¿Eres gay? –pregunta Taehyung cambiando el tema radicalmente.

Jimin se ríe.

– ¿Se me nota mucho? –pregunta y Taehyung niega con la cabeza.

– No, por eso he preguntado –contesta el chico– pero mi radar gay nunca se equivoca.

Ternura ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora