Ternura ◆ Kookmin ; 국민

010.

Jimin tenía la boca bien abierta mientras con su mano derecha empujaba las caderas de Jungkook para que el miembro de este entrara y saliera de forma rápida.

¿Como habían llegado a eso?

Jimin estaba decidido a quitar la inocencia que existía en el cuerpo de Jungkook y por eso le había dicho que lo esperaba en el baño en diez minutos. Apenas llego se cercioró de que estuviese desocupado, el hecho de que fuera hora de almorzar favorecía sus planes malévolos.

Trataba de convencerse a sí mismo de que todo lo hacía por Jungkook, para que Hani dejase de tratarlo como un niñato. Pero no podía hacerse el idiota, Jimin quería follar con Jungkook de forma desesperada y eso lo hacía tramar todos esos planes descabellados. Si iba a convertir al castaño en un fuck boy lo disfrutaría.

No creyó que Jungkook se presentaría. Se miro al espejo y se rió de sí mismo. Al chico le daba vergüenza todo, ¿por qué se presentaría si sabía que Jimin quería terminar la mamada que dejaron pausada en su casa? Era tonto pensarlo pero al menos debía intentarlo.

Casi podía oír a Yoongi riéndose de el por hacer todas esas estupideces por un chico que con suerte se había visto su propio pene. Jimin sabía que era una locura, pero necesitaba a Jungkook dandole duro a su culo o no podría estar tranquilo. Ya lo tenía anotado en su lista de cosas que hacer antes de morir.

No era como si quisiese algo más con el castaño. Jungkook quería a Hani y Jimin lo sabía, aquello no se podía borrar aunque tuviesen mil polvos. Ademas el no tenía tiempo para relaciones, esas cosas solo absorbían a la gente y les traían problemas. No estaba dispuesto a pasar por eso... No nuevamente.

Se puso frente al espejo a esperar, no quería hacerse muchas ilusiones porque era mucho más probable que Jungkook no llegase, pero de todas formas se preocupo de estar lo más decente que pudiese. Acomodo un poco su cabello y la camisa que llevaba para que se viera mucho más su clavícula. Quería que el al chico tímido no viera otra opción que estamparlo contra la pared para follarlo sin control.

Los minutos pasaron y Jimin se dio por vencido. Jungkook no sería capaz de ir a verlo, ni siquiera sabía por qué se lo había pedido. Mojó un poco su cara dispuesto a volver a clases cuando la puerta se abrió lentamente dejando ver a un chico que miraba directamente al piso de forma avergonzada.

Maldito Jungkook, era demasiado tierno.

Jimin lo miro mientras se acercaba con cuidado, lo primero que hizo fue moverse por el costado y llegar hasta la puerta donde coloco el pequeño pestillo, así nadie los molestaría. Jungkook seguía evitando su mirada mientras frotaba sus propias manos, parecía un pequeño ciervo indefenso en la boca del lobo feroz.

– No pensé que vendrías –susurro Jimin con una sonrisa lasciva en el rostro.

– Yo... Yo creo que...

Jungkook tenía la lengua enredada y Jimin se mordió el labio. Tenía que actuar rápido o seguramente el chico se arrepentiría de lo que iban a hacer.

Dio tres pasos hacia el, Jungkook no era capaz de levantar la mirada. Jimin alzó su mano y con cuidado acarició los dedos del castaño tratando de que se sintiera cómodo. De verdad deseaba que en el interior Jungkook tuviese a un maldito maniático del sexo dentro, eso le haría las cosas mucho más fáciles.

Jungkook separo sus manos y trago saliva por el contacto que estaban teniendo.

– ¿Sabes lo que haremos? –pregunta Jimin.

– Tu... Tu dime qué hacer.

Jimin asintió y acorto la distancia que los separaba. Podía sentir el aliento de Jungkook chocando con su cara mientras el lo miraba hacia arriba gracias a la altura. Desde ese angulo tenía vista a la mandíbula perfilada de Jeon.  Era un chico tan guapo y ni idea tenía de ello.