012.

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Click.

Ese fue el sonido que despertó a Jimin.

Lo primero que vio al abrir los ojos fue a su hermana con la cámara que tenían guardada en sus manos apuntando directo hacia el y Jungkook. Quiso gritarle pero sintió al castaño removerse así que solo hizo una seña para que los dejase en paz a lo que Iseul respondió en un susurro:

– Se ven demasiado tiernos.

Luego desapareció y Jimin giró sobre su cuerpo para mirar a Jungkook dormir plácidamente. El castaño respiraba de forma relajada, viéndose aún más joven de lo que ya era. Jimin pensaba que Jungkook era un contraste perfecto, mientras que su personalidad reflejaba inocencia y timidez, su cuerpo era firma y grande, como los tipos que van al gimnasio.

Jimin se sentía pequeño al lado de Jungkook cuando estaban cerca, pero apenas este último abría la boca era como si estuviese hablando con un infante. La diferencia entre la personalidad de Jungkook y su cuerpo era demasiada, pero esa era una de las razones por las que Jimin se sentía inevitablemente atraído hacia el.

Paso su dedo indice delineando los rasgos de Jungkook. No quería molestarlo pero le gustaba el cosquilleo que sentía en sus yemas cuando estas entraban en contacto con la piel de Jungkook. La sensación electrificante que recorría su ser más que molesta le parecía adictiva, como si no pudiese dejar de buscarla.

Jungkook se removió y Jimin dejó lo que estaba haciendo.

De a poco vio como el castaño empezaba a despertar de su letargo, como un gatito dando por terminada su siesta. No pudo evitar reírse al verlo bostezar y mirar a sus costados como si se preguntara donde estaba. Jimin se acomodo en el sillón solo para mirarlo, había descubierto lo mucho que le gustaba hacerlo y ahora no desaprovechaba ninguna oportunidad.

– ¿He dormido mucho? –le pregunta Jungkook.

– Un par de horas, pero técnicamente en este momento habríamos salido de la escuela.

– Oh... Quizá debería irme...

Jimin no quería que Jungkook se fuera, quería que se quedarán así por un rato más pero no dijo nada, no pensaba admitirlo en voz alta así que ambos se levantaron del sofá para dirigirse a la salida cuando Iseul hizo su aparición en medio de la sala.

– ¿Acaso ya te vas, Jungkook? –le pregunta su hermana mayor al chico.

– Ah, sí... Ya es algo tarde...

– ¡Quédate a cenar! Quería hacer un pastel para probar mis dotes de repostería gracias a los tutoriales de youtube.

Jimin se río ante la ocurrencia de su hermana y luego miró a Jungkook quien sonreía con ternura.

– Claro, muchas gracias.

Entre los tres comenzaron a preparar todo en la cocina. Iseul era quien les iba indicando cada paso a seguir y los dejo encargados del rellenos para el pastel mientras ella estaba concentrada en la masa de este. Jimin miraba de reojo a Jungkook quien estaba preparando la mezcla de chocolate que su hermana le dijo que hiciera. Le daba risa verlo tan preocupado por una simple mezcla que le fue inevitable estampar un poco de crema batida en su cara.

Ahí desato la guerra.

Aunque Jimin trató de salir corriendo cuando cometió aquella barbaridad, Jungkook lo atrapo de una vez huntandole chocolate en toda la cara mientras Iseul se reía de su hermano. Cuando logro zafarse tomó el paquete de harina que estaba sobre la mesa y prácticamente baño al castaño con ella.

– No te atreviste –gruñe Jungkook.

– Claro que sí.

Iseul tuvo que echarlos de la cocina porque estaban dejando un enorme desastre allí, pero eso no impidió que se fueran al patio trasero a seguir con la guerra de ingredientes y especias. Ambos chicos eran competitivos y parecía que ninguno quería rendirse frente al otro. El único momento en que se detuvieron fue cuando ambos estaban muy cansados y se recostaron sobre el césped abogando por una tregua.

Ternura ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora