VI /Final/

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Realmente, llevaba según mis cálculos, 6 meses, al parecer dejaron de buscarme, ya que cuando Tom se va es para matar a todos los policías que tuvieran pistas sobre mi.

Maldecir no vale la pena, se que nadie lo escuchará y nadie me salvará, se que no podré salir de aquí y se que él nunca me dejará ir.

Escuché a lo lejos el llamado de el demonio que me secuestró. Dejo todo de lado y corro a donde esta, con el paso del tiempo las reglas fueron aumentando al igual de que manera quería Tom que las cumpliera.

–¿Si, Daddy?– Odiaba tratarlo así, puede que en algún tiempo antes, mi corazón estuvo a punto de caer ante el demonio, pero las sádicas acciones de Tom lo impidió, y en vez de amarlo lo termine odiando. Era lo más normal en mi caso.

–Amor, ven a complacer a tu daddy.– Camine hasta él, moviendo mis caderas "sensualmente" haciendo que la pequeña falda que traía se levantara un poco.

Me senté en sus piernas, comenzando a restregarme contra su hombría, él por su parte tocaba todo mi cuerpo como se le antojaba. Mis gemidos no eran tan reales de por si, pero tenía que hacerlo creer que si lo eran.

–¡T-Tom!– "gemí" su nombre, calentándolo mas, comenzó a tocar mi trasero, apretando y enterrando fuertemente sus manos en el. Un quejido salió de mis labios.

–Date la vuelta, bebé.– Hice lo que ordenó y él rompió las diminutas bragas que traía.

Desabrochó su pantalón dejando expuesto su miembro, que inmediatamente lo introdujo en mi abierta entrada.

Sus estocadas era fuertes, debería estar acostumbrado y no excitarme, pero me era imposible, aún una parte de mi le encantaban los juegos que tenía con Tom, y no lo negaba, el pelirrosa era muy bueno en la cama.

Gemía sin control mientras Tom seguía penetrando fuertemente y sin parar. Comenzó a morder mi cuerpo, mordía con tal fuerza que mucha sangre escurría y él la lamía como si nada.

–Amo tu sangre, dulzura.– Susurró en mi oreja para después lamer esta.

–D-Daddy, m-ma-más... más fuerte...– A pesar de que no quería que siguiera y lo que mas deseaba era descansar, debía decirlo para complacerlo.

–Con gusto, mi princesa.– Odiaba sus estúpidos y cursis apodos.

Sus estocadas seguían, estimuló mi miembro masturbándolo hasta correrme, haciendo que Tom se corriera en mi interior sin decir alguna palabra.

Salió de mi interior mirándome fijamente a los ojos, al parecer él quería decir algo.

Me levanté y comencé a caminar a la habitación, sintiendo la mirada de Tom en mi, no quería voltearme, pero algo en mi me decía que lo hiciera. Giré un poco mi cabeza, mirándolo un poco, su mirada reflejaba tristeza y no tenia la sonrisa de siempre. Algo le pasaba.

–Tom.– Lo llamé, aunque me arrepentí un poco, ya que no le dije Daddy... no le importó.

-¿Si?- Su voz sonaba apagada, como si estuviera en un funeral o un ser querido suyo muriera. Tampoco dijo sus cursis apodos.

–¿Estás bien?– Desvió la mirada.

–No.– Respondió cortante, parándose y caminando a la cocina.

Suspiré y fui a mi habitación, era la primera vez que actuaba así y eso me asustaba. Miré por la ventana, el mar era hermoso y en el cielo... un avión. Sobresaltado miré bien y efectivamente era un avión, uno que me podía sacar de aquí.

De golpe, entró Tom a mi habitación, con dos cuchillos en mano y llorando.

–Ellos vienen.– Dijo Tom acercándose lentamente a mi, un sollozo se escapó de sus labios y sonrió como nunca lo había hecho. Sonrió tímidamente.

Traté de alejarme, no quería apartar mi vista de él, ya que podría atacarme y no me podría defender.

Caminaba hacia atrás aún mirándolo, y él seguía acercándose hasta acorralarme.

–T-Tom... b-baja... b-baja e-el cuchillo...– Dije tembloroso, él no dijo nada, seguía con el cuchillo en mano.

Está rodeado, salga con las manos en alto o nos veremos obligados a entrar.– Se escuchó de afuera en un megáfono.

–Supongo que antes debes decir tus últimas palabras, al igual que yo.– Dijo tomando mi cara entre sus manos.

–¿De que hablas?– Comencé a sollozar de miedo. El soltó un par de lagrimas.

–Ellos si me capturan me separarán de ti. Prefiero la muerte a no tenerte entre mis brazos.– Y me abrazó.

–¿Que quieres que haga?– El valor volvió y lo miré a los ojos. Me entregó uno de los cuchillo que traía.

–Mátame.– Dijo entregándose a mí con una pequeña sonrisa.

–¡No lo haré!– Tomó mi mano con el cuchillo y comenzó a apuñalarse.

Sus brazos, sus piernas y su estómago fue apuñalado por él, aunque fue más por mi.

El apuñaló mis brazos y piernas,me comenzó a besar, me dolía mis extremidades, pero ahora no me importaba mucho. Le correspondí el beso soltando muchas lágrimas. Nos separamos, apuñalé mi estómago y uno de mis ojos.

–Ahora estamos a mano.– Dije débil y lo miré sonriendo con ternura, él me devolvió el gesto.

Salgan o entraremos.Se escuchó de nuevo por el megáfono.

Me abracé a Tom, apuñalando su espalda y él la mía.

Realmente, yo quería morir, si quedaba vivo recordaría todo el trauma que sufría aquí y me suicidaría de todas formas.

Al borde de la muerte, soltó las palabras que siempre me decía.

–Marco... Te amo.– No le respondí y los dos posicionamos los cuchillos en el cuello del otro.

–¿Estás listo?– Le pregunté acariciando su cabello por última vez.

Como no quieren obedecer, usaremos la fuerza para entrar.– Y se escucharon golpes en la puerta principal.

–Más que listo.– Nos acercamos los dos para besarnos enterrando los cuchillos en nuestras gargantas cortándolas, muriendo al instante.

[...]

Los oficiales derribaron la puerta principal, revisando toda la casa, al igual que la familia de Marco.

La hermana de Marco revisaba cada habitación, pero no encontraba nada. Abrió la última puerta que quedaba, gritando fuertemente, todos fueron a ver lo que encontró la chica.

Los padres fueron los primeros en entrar, la madre enseguida gritó y lloró, mientras que el papá tapó los ojos de su hija.

El cuerpo de Marco estaba recostado entre el piso y la pared, tiene un profundo corte en su garganta y parecía que sus piernas fueron apuñaladas millones de veces. De uno de sus ojos escurría sangre, y sus brazos abrazaban una cabeza llena de sangre con un peculiar pelo rosa. El cuerpo de Tom estaba en la piernas de Marco, el profundo corte en el cuello del demonio hizo que se le saliera la cabeza que Marco terminó abrazando.

Los guardias hicieron a la familia salir de ahí, aunque el padre se quedó un poco más, los guardias le dieron privacidad y salieron de la habitación.

–Mi esposa dudó de mi y todo por tu culpa Tom, aunque me hubieras dicho que terminarían así, no pensé que te matarías. Creí que solo matarías a Marco, pero bueno. Me debes una por ayudarte, demonio.– Y el hombre salió.

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En el siguiente curiosidades y aclaraciones :D
Si alguien tiene alguna duda, no olviden comentarla para poder responderla

Darkness  ♡Tomco♡ #PremiosTiempo2016 #PremiosTomcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora