Capítulo Dos.

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2 años atrás.

04/03/2015

Aaron y yo nos íbamos a juntar en un Starbucks de Las Condes, ha sido muy insistente en juntarnos a solas. Al principio debo de admitir que me daba un poco de vergüenza, porque cuando llegué al nuevo colegio y descubrí que él era alumno de mi mismo colegio, me falló la respiración.

Les explicaré, este colegio es bastante especial, si se podría decir así, tiene una metodología muy distinta a los colegios tradicionales; se divide en Talleres, es decir tiene un acoplamiento de cursos en un taller. Taller 4 y 5 es toda la media, en taller 4 está primero y segundo medio y en taller 5 está tercero y cuarto medio. Además somos muy pocos alumnos, alrededor de 120. En mi antiguo colegio habían 120 alumnos por generación.

Definitivamente me costó acostumbrarme a todo aquello, pero con la compañía de Aaron, todo era más fácil, la diferencia es que en un principio sólo contaba de su compañía en los recesos, él estaba en Taller 3, que consta de séptimo y octavo básico. Él estaba en octavo básico y yo en cambio en primero medio. Ahora puedo contar con su compañía siempre, ya que estamos juntos en Taller 4, yo en segundo medio y él en primero. A principios de año tenía cierta inseguridad ya que iba a pasar con él todo el día y todos los días de la semana de clases, la verdad es que en aquel momento no entendía el porqué, ahora creo comprenderlo un poco. Pero muy poco.

En fin, he conocido en este ultimo año gente bastante agradable.

Recuerdo el primer día de clases como si fuese ayer...

— Bueno alumnos, ella es Isidora, entró a primero medio, ya que llegó a principios del tercer trimestre, quiero dejarles claro que probablemente no entienda algunas materias que estamos pasando. Entonces les pido que si tiene alguna duda, ustedes como buenos compañeros que son le expliquen lo que están pasando, pónganla al día básicamente.

Y ahí estaba yo, con una sonrisa tímida en el rostro, vestida con unos jeans negros y unas converse y en la parte de arriba la polera del colegio, un poleron negro con las siglas GAP en él y el poleron extra del colegio por encima del Gap.

— Hola — saludé tímidamente.

Todos me acogieron con mucha gratitud.

Al salir en el primer receso, Francisca, una chica de segundo medio que me incluyó amablemente me estaba explicando un poco sobre lo que podía y no podía hacer en el colegio, a decir verdad lo encontré bastante liberal. Bueno, es un colegio Montessori.

— Mmmh, ahora nos toca mates, hay que esperar que los de Taller 3 salgan, si quieres podemos bajar al baño o algo así, pero la profe es muy relajada, igualmente te dejaría ir al baño mientras estemos en clases, tampoco hay probabilidades que te pierdas, el colegio no es muy grande que digamos.

Ambas reímos.

— No tranqui, quiero revisar whatsapp antes de entrar, mi mamá estaba súper preocupa porque es mi primer día de clases y todo eso.

Mientras revisaba el celu sentí como los de Taller 3 salían de la sala, aunque no le di mucha importancia.

Tenía algunos mensajes nuevos, y en el momento que decido revisarlos y contestarles a mis mejores amigas de mi antiguo colegio, PAM, una estúpida persona me choca al pasar al lado de mí y mi celular cae al suelo.

PUTA LA WEA, grité en mis adentros, no le puse la carcasa hoy.

— Sorry, no te vi — dijo una voz masculina, la cual me sonó bastante conocida.

Recogí mi celular indignada al ver que el desconocido no se dignó en ayudarme a levantarlo.

— ¡Aaron de mierda, vai a asustar a la nueva! — gritó la Fran —, tu tranqui, son así de simios — me dijo.

¿Será ese...?

Y al levantar la mirada, ahí pude verlo y comprobarlo por mí misma. Aaron, el de la playa, ya no se veía tan relajado, y no sabía si era yo o faltaba oxígeno en el pasillo.

Aquellos ojos verdes me miraron fijamente. Abría la boca, pero no soltaba palabras. Y justo antes de que pudiera decir algo sonó la campana. Nunca pensé que iba a ocupar aquella frase en mi vida, pero "salvada por la campana". Me moví torpemente y me fui con Fran a la sala de mates.

Que lindos y extraños recuerdos, reí para mis adentros.

Pensé que nunca más le iba a ver y ahora es mi compañero y tal vez un poquitín más, esto es demasiado interesante.

Aún no sabía que ponerme y ya se me estaba haciendo tarde, así que opte por algo cómodo y no tan revelador. Me puse unos pantalones apretados negros, una polera burdeo con líneas negras, mis converse negras y un poleron negro. ¿No será mucho negro?, bah, es casi que el único color que está en mi closet. Me deje la cabellera suelta, me puse un par de anillos y me delineé los ojos, muy sutilmente.

Tomé mis cosas y antes de que pudiera salir recibí un mensaje.

avísame cndo llegues🤗

Era de Aaron, aghhh insistente este cabro dioh mío.

estoy saliendo

Le respondí.

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