Capítulo Cuatro.

10 0 0
                                    

1 año atrás.

15/07/2016

Vacaciones de invierno, un momento y un pequeño respiro para escapar de la realidad. De aquella realidad que me consumía, tenerlo tan cerca y tan lejos a la vez sólo por el hecho de ir a clases juntos.  Sólo por el hecho de cruzar miradas en los pasillos, pero no emitir ninguna sola palabra, tal vez algunos 'hola' o 'adiós' llenos de cortesía, pero sin ninguna pizca de amor, cariño. Sentimientos que tuvimos alguna vez por el otro.

Ahora yacía en mi amada cama, escuchando música, hasta que Daniela expresó una estúpida idea.

— No quiero iiiiir — suspiraba en mi cama, con una almohada tapándome el rostro.

Me he negado demasiadas veces, pareciera como si fuera una niña pequeña y preguntara "por qué" hasta que obtuviese lo que quisiese.

— ¿Por qué no?

Estábamos en mi habitación, la Dani me invitó a un carrete donde va a ir toda la media, incluyéndolo a él.

— Porque... va a estar Aaron — susurré.

— Pero weona, qué importa. Teni que superarlo — me enseñó una mueca de desagrado.

— Sí sé.

— ¿Entonces? Vamos — Dani seguía insistiendo.

— ¿Y si vai tu sola?

— A ver para — Dani se levantó rápidamente de la cama —. Isidora Saavedra, ¿me estás intentando decir que mi mejor amiga me va a dejar ir sola a un carrete, a una fiesta donde irá toda la media y va a haber más copete del que nunca te vas a poder imaginar. Y ME VAS A DEJAR SOLA POR UN ESTÚPIDO QUE TE ROMPIÓ EL CORAZÓN?

— Yo también se lo rompí — dije con un toque de tristeza.

— No me importa, tu vas a ir a esa fiesta conmigo, la vamos a pasar increíble, vas a tomar muchísimo, nos vamos a curar y finalmente te vai a pelar con un tipo que no sea el rancio del Aaron.

— No me gusta la palabra pelar, podrías decir "besar" — hice énfasis a la palabra besar, formando las comillas con mis dedos.

— Amiga, estamos en el siglo XXI, y esto es Chile, que esperabas.

— Creo que estoy muy acostumbrada a las palabras universales.

— Eso te pasa porque escribes como loca.

— ¿Debería sentirme insultada?

— Nah.

— Ya, entonces no hay nada más que decir. Me vas a acompañar... — expresó enojada.

— Dame una buena razón para que lo haga — sonreí.

— Cuando tu quieres salir a cualquier cosa que incluya más personas, yo me niego, y al final termino acompañándote porque eres mi amiga.

— Puta, ya. Vamos a ir y nos vamos a curar... — dije vencida.

Me ha ganado esta vez, pensé.

Pusimos un poco de música para relajar el ambiente y mantenernos algo ocupadas mientras nos maquillábamos y nos arreglábamos en general. Esto se me hace muy extraño la verdad, porque la Dani nunca en la vida le ha gustado carretear, o sea le gusta, pero muy de vez en cuando, ella es una persona más de estar en casa, ver netflix y comer chanchadas. Siento muy dentro de mí que probablemente esté tramando algo y me quiera emborrachar y tirar al primer hombre mino que encuentre.

OcéanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora