La huida

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Narra Zircon:

Un día, repentinamente, salí de la corteza del HomeWorld. Supe inmediatemente que debía servir a mi Diamante, como todas. Mas específicamente, estaba encargada de entregar mensajes de emergencia. Supongo que por eso tengo alas.

Sinceramente, creo que en el fondo hay más de mi misma. Creo que toda gema puede hacer lo que se proponga sólo con quererlo, pero en vez de eso sólo están en un sistema monótono y aburrido.

En una de mis primeras reuniones importantes, aprendí a usar los recursos de los planetas colonizados mas favorablemente.

-Y, como adelanto, les diré que nuestro próximo objetivo es la Tierra. En unos días iremos a inspeccionar por primera vez, y ayudarán a Lapis a terraformar el terreno -Dijo una Peridot que dirigía la reunión.

Al escuchas "la Tierra" me sentí mal. No entiendo cómo pueden saber su nombre si nunca han hido, quizás unas Zafiros lo predijieron, o tal vez no.

-Y recuerden. La Tierra está habitada por humanos. No son un problema grave, es fácil lidiar con ellos.

Me sentí aún peor al enterarme que tenía vida.

-Oye, pero no pueden destruir ese planeta lleno de vida...

-¿Quién te crees que eres para cuestionar los mandatos de mi Diamante? Harás lo que te digo, o serás quebrada.

Me quedé en mi posición sin decir ni una palabra. La Tierra me gustaba, pero debía ser fiel a mi Diamante. No sabía qué hacer.

Llegó el día de el viaje a la Tierra. Aproveché el momento en el que las gemas desendían de la nave para esconderme tras unas rocas y explorar un poco los alrededores. Sólo había una planicie café claro, que mas tarde me enteré que se llamaba "Desierto".

Vi a lo lejos una curiosa especie que se aparecía mucho a mí. Supongo que serán los humanos.

Algunos de ellos llevaban atuendos realmente interesantes. Aunque me dijeron que no eran un gran problema, no me acercaré a ellos de momento.

De pronto, escuché unas gemas que gritaban mi nombre. Intenté ignorarlas, pero al ver que avanzaban hacia mí no tuve otra opción que escapar.

Usando mis alas, despegué lo más rápido que pude del lugar. No paré hasta que me convencí que ya no me perseguían, y descancé un poco.

Al fin puedo hacer lo que quiero, al menos por este tiempo. Quien sabe si me capturan y me rompen.

Aquí puedo expresarme como quiero sin presión. Soy libre al fin de aquel sistema. En el poco tiempo que estuve en el HomeWorld, sentí que eran demasiado estrictas para mi gusto.

El sol comenzó a desender y el cielo a oscurecerse. Aproveché esa instancia para cambiar mi atuendo y dejar atrás el HomeWorld.

Comencé por cambiar el Diamante, ya que me recordaría a esos malos días. Lo dividí formando dos triángulos, que sin duda, me quedaban bastante bien. Luego desordené un poco mi cabello, usé otro diseño para mis botas y unos pocos detalles mas.

JustGems (Disponible hasta el capítulo 9)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora