La puerta se abrió dejando ver a una Quinn más que feliz.
-Santana...te desperté? Yo... Lo siento tanto.-
-Tranquila, ¿cómo te fue el día?-
-Fue genial, Rachel es muy divertida. Me dijo que ella iría a Nueva York, como tú.-
-Ah.. Es muy... Interesante. ¿Pasó algo más?-
-Bueno ya sabes, ella me besó y poco más. No nos hemos acostado tranquila.-
Esa punzada.
-Me alegro mucho por ti Q, yo saldré con Britt mañana.-
-Espero que os vaya bien, hacéis buena pareja. - Bromeó, pero para mí no era una broma nada de eso.
-Ya, cierra. Quiero continuar mi sueño.-
-Buenas noches San. -
Y así se acostó después de ponerse el pijama, yo solo pude abrazar a mi almohada y llorar en silencio. ¿Porqué lloré? Diganmelo ustedes.
La semana del campamento concurrió en Quinn, mi Quinn, ligando con ese apestoso gnomo.
Un día del verano de ese año el cual no recuerdo Quinn entró en mi habitación más feliz de lo normal. Yo ese día estaba feliz, me habían aceptado en Nyada. Osea Nyada. No mames.
-¡Quinnie me aceptaron!- La abracé y besé, pero se separó negando sin dejar de sonreír.
-Me alegro por ti San, a mí Rachel me pidió salir.
¿Qué? No, no! Esto no podía estar pasando. ¡No a mí!
Dejé de sonreír unos segundos hasta que puse la sonrisa falsa que ponía cada vez que Quinn me contaba algo de ella y el gnomo.
-Quinn eso es... Fantástico.-
Y así empezó mi pesadilla, besos Faberry. Veía como el amor se escapa ante mí. Y todos sabemos porqué...
*Flashback*
Quinn me besó y yo le besé la nariz. Como dos tontas enamoradas.
-Te quiero tanto San, siempre estaré contigo. Lo prometo. - Y volvió a besarme dulcemente, adoraba sus labios.
-Yo también te quiero mucho Quinnie. Mejores amigas ,siempre.- Y la besé.
-Yo no quiero seguir siendo una sola amiga. Te amo San, te amo cada vez que me miras, tu sonrisa, tus ojos café, tu preciosa risa, tu tacto. No puedo vivir sin ti.- Me sonrió.
-Yo también te amo Quinn pero no puedo salir contigo, mis padres... -
En el momento que dejó de sonreír sentí como mi alma se rompía junto mi corazón.
-No te preocupes, iré a ayudar a mamá con unas cosas y luego te llamo. - Y así me dejó sola, con lagrimas en mis ojos.
Desde ese día jamás me lo dijo de nuevo.
*Fin del flashback*
Qué idiota fuí. Quien no se enamoraría de alguien tan perfecta.
Es mi alma gemela, mi futura esposa, la persona con la que quiero compartir mi vida, la que quiero ver al despertar y la última que quiero ver al dormir, dormir entre sus brazos, compartir besos, caricias...
Al empezar el curso Quinn fué a Yale y yo a Nueva York. Trabajo en un apestoso local de camarera para pagar mi apartamento.
No me puedo quejar, no vivo mal. Y mientras busco algo en alguna empresa puedo arreglármelas. Espero que mi padre me eche una mano.
Solía hablar a diario con Quinn, videos llamadas, llamadas, mensajes de texto, pero eso solo era al principio porque luego se perdió el contacto excepto por algunos emails...
-San!-
